El vacío de la Sala Gades

La singularidad de ese espacio complica su reapertura en tiempos de coronavirus. El escenario forma parte de las instalaciones del Conservatorio Profesional y Superior de Danza de Málaga (C/ Cerrojo 5) y desde 2007 lo gestionaba el Teatro Cánovas, dependiente de la Junta de Andalucía, en virtud de un convenio de colaboración alcanzado entre las direcciones. El teatro lo incorporó como escenario alternativo a su programación a cambio de proporcionar a la sala la dotación técnica necesaria para que los alumnos de ambos conservatorios desarrollaran allí sus trabajos. La crisis sanitaria ha dejado en suspenso ese acuerdo.

Según fuentes consultadas, la dificultad de compatibilizar dos protocolos de seguridad diferentes, el que le corresponde por ser un centro educativo y el de un espacio cultural, ha motivado la decisión de no renovar la colaboración esta temporada, a la espera de ver cómo evoluciona la pandemia en el próximo curso. Ambas partes insisten en su intención de que la Gades –donde ya se han retirado todos los equipos técnicos– continúe siendo la casa de la danza en Málaga, pero sin fecha de regreso.

Desde 2007 hasta ese 23 de febrero, la Gades ha proporcionado un lugar estable a la disciplina de las artes escénicas con menos presencia en los grandes teatros. Lo ha hecho, además, con una agenda muy enfocada en el talento malagueño, dándole continuidad en la cartelera con varias fechas consecutivas, algo poco habitual en la oferta cultural malagueña. Solo en la temporada 2019/2020, antes de la irrupción de la pandemia, pisaron la Gades Ximena Carnevale, Fernando Hurtado, David Segura y La Pícara. La anterior estuvieron también otros dos nombres habituales de la danza malagueña: Nieves Rosales y María del Mar Suárez 'la Chachi', ambas ganadoras del Premio Lorca del teatro andaluz a la mejor intérprete de danza, un galardón que también tiene el bailarín David Segura.

El Cánovas daba cabida así a través de la Gades a todas las manifestaciones de danza, desde la contemporánea a la clásica, pasando por el flamenco, su fusión con el teatro e incluso la performance.

Sin las 230 butacas que le proporcionaba el escenario de la calle Cerrojo y con la Sala B para las obras más experimentales también cerrada por su aforo reducido, el teatro de la Junta de Andalucía en Málaga se queda con una actividad muy limitada, centrada exclusivamente en las artes escénicas para niños y jóvenes. Una circunstancia que pone en evidencia la carencia de escenarios alternativos de la Junta en la provincia.

De hecho, la especialización del Cánovas hace que pasen de largo o se instalen en otros teatros de la capital propuestas de relevantes compañías de proyección nacional e internacional que sí hacen parada en el Teatro Central de Sevilla y en el Alhambra de Granada, los otros dos espacios escénicos de la Junta en Andalucía.