Pese a la maleza, las dos líneas paralelas de piedras marcan el estrecho espacio para un enterramiento. Marilú Báez

Último descubrimiento de la arqueología en Málaga: un agente forestal localiza una necrópolis con más de 4.200 años

La Consejería de Cultura confirma el hallazgo en Colmenar de una decena de tumbas megalíticas que se han datado de forma preliminar en la Edad del Cobre

Paco Griñán

Málaga

Lunes, 24 de febrero 2025, 00:34

Llevan allí miles de años. Desde que sus seres queridos los depositaron en la cima de un cerro. Un lugar estratégico con vistas al cielo ... y a la vida eterna. Un tiempo prolongado en el que la vegetación y los arbustos se han encargado de ocultar estos enterramientos. Y así han permanecido durante más de 4.000 años, hasta que un agente forestal de Colmenar con buena vista y mejor olfato advirtió del hallazgo. Así, esas alineaciones de piedra que no parecían naturales no han tardado en confirmarse como el último gran descubrimiento de la arqueología en Málaga: una necrópolis con una decena de tumbas con pequeños dólmenes o cistas megalíticas, aunque se sospecha que existen más enterradas por la zona. Su antigüedad se ha datado de forma preliminar en la Edad del Cobre, por lo que llevan ocultas más de 4.200 años.

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Algunas tumbas emergentes muestran la estructura casi completa con pequeños dólmenes o cistas magalíticas. Marilú Báez

Bautizada como Necrópolis Megalítica de Romeral de Colmenar, este tesoro patrimonial ha permanecido inédito al mapa arqueológico de la provincia por los siglos de los siglos por varias razones. Una de ellas es que se encuentra muy apartada, en un ámbito rural y en lo alto de un monte, un terreno que, al parecer, pertenece a un cortijo cercano, según fuentes locales. El coche hay que dejarlo en una pista de tierra cercana y subir la colina por un sendero. El camino pasa precisamente por la mitad del propio yacimiento, pero es casi imperceptible, pese a que se han llegado a localizar una decena de enterramientos. La razón es que la maleza y la sedimentación de estos miles de años ha enterrado estas estructuras hasta el punto de que han permanecido invisibles hasta ahora.

Precisamente, esa difícil visibilidad hace sospechar a los técnicos de la Consejería de Cultura que han validado este descubrimiento fortuito de la arqueología en Málaga que este cementerio pueda estar formado por más sepulturas que hoy están bajo tierra y sin signos visibles. Las estructuras halladas han llamado la atención por su concentración en el punto más alto de la zona y su orientación a la salida del sol (este), además de por seguir el modelo de las necrópolis megalíticas. Así, las tumbas están delimitadas por pequeños dólmenes o cistas, unas construcciones funerarias de forma rectangular para la colocación en su interior de los fallecidos.

Los técnicos creen que este fortuito hallazgo arqueológico de una decena de tumbas puede estar formado por más sepulturas que hoy están bajo tierra y sin signos visibles

La singularidad que se puede ver en los enterramientos más emergentes es que estos espacios de piedra miden unos dos metros de largo, pero apenas poco más de medio metro de ancho, una superficie ajustada en la que 'encajaban' los cuerpos en posición decúbito supino. Una solución constructiva propia, que tendrá que ser confirmada por las investigaciones posteriores.

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Similitudes con otros espacios megalíticos

Según los expertos y, a falta de una excavación arqueológica que determine su antigüedad exacta, el periodo histórico en el que se han datado de forma preliminar es la Edad del Cobre (entre 3200 y 2200 a.C.). Al parecer, esta nueva necrópolis localizada en el término municipal de Colmenar presenta similitudes con otros yacimientos de la provincia, como la tumba de Morenito 1 en Ardales, una cista megalítica fechada en la etapa inmediatamente posterior del Bronce, y la sepultura megalítica de El Tardón de Antequera, un enterramiento colectivo que también tiene su origen en la misma etapa prehistórica que la ahora descubierta. Además, esta decena de tumbas se encuentra a apenas poco más de un kilómetro de distancia de Tajillo del Moro (Casabermeja), un pequeño dolmen funerario descubierto a finales de los años 70.

Extremo de uno de los enterramientos, donde se cierra el espacio con bloques de piedras verticales. Marilú Báez

Según los indicios y al encontrarse semienterrada o bajo tierra buena parte las tumbas, la Necrópolis Megalítica de Romeral de Colmenar se encuentra en buen estado de conservación. A la espera de una investigación científica que determine la extensión completa de esta necrópolis y aporte nuevos datos sobre el yacimiento al mapa arqueológico en la provincia, el siguiente paso será la protección como BIC de este sitio que ha situado Colmenar entre las los espacios de carácter sagrado de la Edad del Cobre en la provincia.

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