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MARÍA REGO
Martes, 3 de septiembre 2019
Salva Reina (Las Palmas de Gran Canaria, 1978) ha decidido cambiarse de bando. De la comedia al thriller. De compartir plano con un dicharachero perro en su último trabajo para la cadena pública, la serie 'Sabuesos', a meterse en la piel de 'El gato' en ... la nueva apuesta de ficción de TVE para el próximo otoño, 'Malaka', que se estrena el próximo lunes. El actor que ha arrancado carcajadas con sus monólogos y títulos como 'Allí abajo' se transforma en un policía que roza la frontera de la corrupción y trata de mantener controlado el mercado de la droga en una Málaga que no sale en las guías turísticas. «Esos tejemanejes los hay en todas las ciudades», avisa recién aterrizado 'aquí arriba' para su estreno en el XI FesTVal.
- Oscuro, atormentado, corrupto... Menuda carta de presentación de su personaje, Darío, en 'Malaka', no parece que vaya a encontrar muchos amigos entre los espectadores.
- Pues, mira, curiosamente yo creo que sí los va a encontrar. La gente va a empatizar con él porque es un tipo al que se le está desmoronando el tinglado que tenía montado, que está solo y que lo único que quiere es recuperar a su familia. A la gente le gustará porque, aunque sea malo, tiene un lado humano y está atormentado por algo que hizo y... no quiero hacer mucho 'spoiler'.
- ¿Bordea la ley o se la salta directamente?
- Mmm, depende, según le convenga. Es un tipo muy inteligente y un superviviente nato al que estar del lado de la Policía le ha servido para montarse su tinglado y cuando ha tenido que dar un paso a la derecha, lo ha hecho y nadie le ha visto. Oye, y digo derecha sin connotaciones políticas, ja, ja, ja, que nadie malinterprete, eh, sólo me estaba imaginando una línea...
- Con este papel se retrata también a una generación 'tocada' por la droga. ¿Hay mucho chaval que vio en ella una forma de vida y de ascenso, de conducir coches caros y vestir ropa de marca?
- Sí, pero el objetivo de Darío no es ése sino sacar adelante a su familia para que no viva lo que a él le tocó vivir. No se trata tanto de algo personal, de enriquecerse o de ego, como de ayudar a su gente.
- ¿Haber conseguido el cariño del público a través de la risa complica interpretar un papel así?
- La verdad es que sí y tengo que agradecer la oportunidad porque también era una apuesta arriesgada para el director, la productora, la cadena... Yo había hecho otras cosas dramáticas pero es verdad que se me reconoce por hacer comedia y por unos personajes amables, y hacer de Darío, que está al filo de caer en una negritud absoluta, es una apuesta personal por mí y espero estar a la altura.
- ¿Cambiar de registro es un caramelo... envenenado?
- No, no, para mí es una oportunidad grandísima. El actor lo que quiere es hacer diferentes personajes y contar otras historias, eso es lo bonito de este trabajo.
Alto nivel de la ficción
- Dijo que nos sorprenderíamos de que 'Malaka' fuera una serie española, ¿por qué?
- Desgraciadamente muchas veces se dice eso como un piropo, como si algo bueno no pudiera ser de aquí, cuando tenemos un nivel de ficción en España que es espectacular. Pero es verdad que esta serie puede recordar a otras más crudas, con más movimientos de cámara, más pegada a la realidad...
- Y en la que han dejado que el acento andaluz -buena parte del elenco lo es- saliera natural y fluyeran sus expresiones. ¿Es un plus a la hora de sumergirse en la trama o hay peligro de que algún televidente se pierda?
- Yo creo que eso no va a pasar. Si quieres contar una historia centrada en Málaga tiene que ser muy real y a mí al principio también me cuesta coger un poco la onda del deje cuando veo una película americana o argentina o mira 'Fariña', que todo el mundo decía 'hostia, qué buena' y había momentos en que hablaban en gallego... 'Malaka' es una serie pegada a la verdad y los personajes tenían que estar en esa línea dentro de que se ha cuidado que fuera algo entendible.
- Pegada a la verdad pero muy alejada de la ciudad que las guías muestran al turista. Su personaje ya lo dice: «Esto es el Bronx».
- Es lo que se pretendía y también te digo que es una serie más internacional de lo que parece porque su historia podía haber pasado en Toronto, Shangai o Utrera. Tejemanejes hay en todas las ciudades.
- ¿Y Salva Reina es más de la ciudad de la feria, de la playa, de los bares...?
- A mí me gusta todo. Me encanta la ciudad y me siento cómodo en cualquiera de sus lugares. ¡Bendita Málaga!
- Pero usted es canario, lo he tenido que 'googlear' varias veces porque le daba por un malagueño de pro.
- Sí, soy de Las Palmas, como (Javier) Bardem, ja, ja. Mi familia vivió allí unos años por trabajo pero cuando yo tenía tres nos fuimos ya a Málaga.
- Allí ha montado la sala Cochera Cabaret. ¿Falta apoyo institucional a la cultura que los propios actores tienen que ejercer de empresarios?
- Uy, esto es un chivatazo, je, je, ¿cómo sabes lo de la sala? No es que falte apoyo sino que había bastantes espacios pero no había una sala independiente, y unos cuantos locos decidimos montar una especie de casa de la cultura.
- No es su primera vez en Vitoria, ni en Euskadi. ¿Cómo se siente uno aquí arriba?
- Encantado, me encanta el Norte, aunque hoy hace un poco de frío...
- Hace dos días estábamos en la piscina asfixiados de calor.
- ¿Y eso qué era? ¿20 grados?
- Pues hablando de tópicos, ¿le pesa la etiqueta de andaluz gracioso?
- No me molestan los tópicos. Al final sirven para partir de un punto y contar una historia pero si te quedas sólo en el tópico... es como quedarse vacío.
Su personaje «La gente va a empatizar con él porque, aunque sea malo, está atormentado y tiene un lado humano»
¿El andaluz gracioso? «No me molestan los tópicos, sirven para partir de un punto y contar una historia»
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