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Pablo Alborán, durante el programa.
Risas, confesiones y alguna lágrima de un Pablo Alborán renovado

Risas, confesiones y alguna lágrima de un Pablo Alborán renovado

El cantante reconoce en el programa de Bertín Osborne que no ha encontrado el amor pero que se lo ha pasado "muy bien" estos dos años de parón. Incondicional de su madre, su familia y su sobrina, que sufre una enfermedad rara, asegura se le ha despertado el instinto paternal

elena pérez

Jueves, 26 de octubre 2017, 01:41

Sincero y cercano. El cantante malagueño Pablo Alborán volvió este miércoles al programa de Bertín Osborne, 'Mi casa es la tuya', después de dos años. Precisamente, él fue el primer invitado de este espacio tras el desembarco en Telecinco procedente de TVE.

La primera pregunta era, pues, obligada: "¿Qué has hecho en este tiempo?, preguntó el anfitrión nada más comenzar la entrevista. El malagueño confesó que en los últimos meses había recuperado la cotidianidad de su vida. “He vuelto a mi casa, con mi familia, mis amigos, he recuperado la normalidad, necesitaba encontrarme. Han sido siete años sin parar".

Alborán confesó al presentador que este tiempo de reflexión le había venido muy bien: “Para encontrarse hay que perderse”. “Llegó un punto en el que me preocupaba mucho por muchas cosas, le daba importancia a todo e intentaba controlar todo. Me afectaban mucho las críticas. Dejé de disfrutar; me di cuenta de todo esto después de un concierto”, admitió.

"Cuando paré me puse superenfermo, con fiebre y anginas, el estómago mal, los ojos amarillos... Pensé: estos siete años me han pasado factura". Alborán reconoció a Bertín que llegó a preocuparse, aunque finalmente era tan solo una bajada de defensas.

El malagueño insistió que durante este paréntesis profesional ha recuperado su vida cotidiana: jugar con su perro Terral, ver una serie, ir a la playa... "Lo primero que hice después de parar fue lavar mi nevera, nunca lo había hecho. Son estos absurdos los que forman parte de la cotidianidad", explicaba entre risas.

"Mi madre me salvó la vida"

El malagueño reconoció estar muy unido a su madre, un vínculo que llegó a calificar de complejo de Edipo. “Mi madre me salvó la vida, fue la primera que apostó por mí. Yo me lanzaba a la música sin abogados, sin nada, ella me protegió y construyó todo el mundo legal que conlleva la música”.

Confesó que siente que le ha llegado el instinto paternal. Su debilidad en estos momentos es su sobrina. “La hija de mi hermana nació con una enfermedad rara llamada Perthes. Estuvo 4 ó 5 años muy mal, pero la cirugía salió muy bien. Le dediqué un tema en mi último disco, la quiero mucho”. Ha sido ésta la primera vez que el cantante ha querido hablar del tema, porque “ya está superado”.

Entre fogones, Alborán y la actriz María Esteve, la otra malagueña invitada, explicaron cómo surgió su amistad. Un día quedaron para cenar y desde ese momento son inseparables. Prepararon hamburguesas y brochetas de carne entre risas y recordaron anécdotas vividas juntos. Pablo se sinceró una vez más: "He ganado mucho más en amistades este año que en sexo”, reconoció el cantante, que se define como una persona dominante. "Me gusta tener las riendas".

En la sobremesa, la protagonista fue Fabiola Martínez, la esposa de Bertín Osborne, que retó a los demás proponiendo el juego ‘Yo nunca he…’ Bertín Osborne, Pablo Alborán y María Esteve confesaron algunos secretos. “Una vez salí en pijama a tirar la basura y me sacaron en una revista”, dijo el cantante malagueño. Confesaron alguna infidelidad, algún desliz en lugares públicos… “Yo nunca me he sentido atraído por un compañero de trabajo”, a lo que el malagueño bebió del té, reconociendo que sintió algo por una compañera con la que hizo un dueto.

Acompañado de su guitarra y su voz, cantó, para deleite de sus acompañantes, Saturno y No vaya a ser, los dos primeros sencillos que lanzó a principios de septiembre. Después, se sentó al piano e interpretó su último lanzamiento, el tema Prometo, homónimo de su nuevo disco, una canción muy especial.

“Este es un disco que ha nacido de la calma, del sonido de mis sobrinos gritando por la mañana. Ha sido recuperar el niño que soy y el componer sin contaminación”, reconocía Pablo Alborán, emocionado.

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