Masterchef Celebrity: Josie es «el gran ladrón» de la noche

Una de las pruebas más deseadas de cada año: el robo de ingredientes. Este fue el primer asalto con el que los concursantes podían quitar hasta diez productos de las cestas de sus compañeros, acompañados de los comentarios , el humor propio y también algún robo de Santiago Segura, que también fue aspirante de Masterchef Celebrity en su tercera edición. Desde que arrancó el robo de ingredientes ya se podía ver cómo iban las relaciones entre los aspirantes. «Con Terre tengo una relación amor-odio», comentaba mientras quitaba ingredientes Villalobos. En el punto de mira estaba la cesta de Gonzalo Miró, que con su pin de inmunidad se quedó viendo la prueba desde la grada sin nada para poder cocinar, ya que sus compañeros le dejaron la cesta vacía. El resto de aspirantes que no quedaron muy favorecidos con el robo de los demás aspirantes fueron Villalobos (cebolleta, hierbas y flores) y Josie (almendras, Pedro Ximénez y corzo).

Una sorpresa fue la entrada de Santiago Segura a cocinar también, sobre todo para la lucha con Florentino Fernández, con el que no parecía llevarse muy bien. «Voy a hacer una cosa muy rica para dejarte en ridículo», le decía el actor a Flo. Aunque Raquel Meroño, por ser la mejor de la última prueba de exteriores, recibió una caja de ingredientes básicos para quedársela ella o regalarla a un compañero, el humorista Flo fue el afortunado que se llevó este obsequio de su compañera.

Josie, que fue catalogado como «el gran ladrón de la prueba» por Samantha Vallejo-Nágera consiguió acertar en su plato. «Tiene pocos elementos, pero está muy bien», le decía el jurado tras probar su 'Corzo Winona'. «Esta prueba os ha definido como cocineros y como estrategas», apuntó Jordi Cruz. La peor elaboración fue el 'Montón de mierda' de Flo, un bizcocho crudo y con nata cortada por encima. «Ha sido un desastre», le comentó el juez Pepe Rodríguez. Los mejores fueron los platos de La Terremoto de Alcorcón y Lnicolás Coronado y, este último, el ganadora del primer asalto. «Estéticamente hay una evolución brutal», valoró el jurado.

Rodeados de mar y naturaleza, los 'celebrities' llegaron a la prueba de exteriores a Ribadesella (Asturias) y fueron acompañados por Pedro y Marcos Morán, padre e hijo, del restaurante Casa Gerardom, con una estrella Michelin. Cada aspirante tenía un precio transformado en minutos perdidos para cada uno de sus equipos. Nicolás Coronado y La Terre iban a elegir a sus compañeros y cada uno le restaría un tiempo de 5, 10 o 15 minutos en la elaboración de los menús. El pescado y el marisco a la parrilla serán los protagonistas de los menús que van a realizar los dos equipos; el rojo, formado por Nicolás Coronado, Lucía Dominguiín, Celia Villalobos, Gonzalo Miró y Florentino Fernández; y el azul, con La Terremoto de Alcorcón, Ainhora Arteta, Raquel Meroño y Josie en sus filas.

Al final el tiempo perdido fue más para el grupo azul, capitaneado por La Terremoto de Alcorcón, que de los 180 minutos que tenían de tiempo le restaron 40 por las 'compras de aspirantes'; mientras que el equipo rojo de Nicolás Coronado perdió diez minutos menos, restando 30 a los 180 del total. Las cigalas y los bogavantes vivos pusieron en el inicio la dificultad en los 'celebrities' que no sabían como sacarlos para empezar a cocinar. Josie limpiando el mero también estaba en apuros: «Estoy es un dinosaurio de otro nivel. ¡Me estoy dando con el cantábrico en la frente!», apuntaba mientras quitaba las escamas.

La prueba de exteriores no estaba llevando a buen puerto a ninguno de los dos equipos. «Vamos muy mal de tiempo. Parece que estamos en el primer día», les avisaba Samantha Vallejo-Nágera. En el equipo rojo Lucía Dominguín y Celia Villalobos no terminaban de entenderse y Flo y Gonzalo Miró no estaban entendiéndose para cortar el bonito. «Crisis, crisis», valoraba el jurado. Los chefs y jueces Pepe Rodríguez, con el equipo rojo y Jordi Cruz, con el azul, tuvieron que ponerse el delantal y meterse a ayudar en los equipos y destituir a los respectivos capitanes de grupo. «Menos mal que ha entrado Jordi y se ha hecho cargo de la capitanía», admitía Nicolás Coronado. La visita inesperada del piragüista olímpico y ganador de la segunda edición de Masterchef, Saúl Craviotto también se puso manos a la obra con el delantal azul para ayudar a este equipo que tenía un aspirante menos. «Saúl debería estar toda la edición con nosotros, necesitábamos ese bíceps», bromeaba el diseñador, Josie. «Me acuerdo en estos momentos de Pablo Casado, para que espabile», selaba Celia Villalobos mientras aplastaba las torrijas.

«Os lo habéis ganado a pulso, mala organización y lentitud», valoró Jordi Cruz. Con esto quería decir que los nueve aspirantes irían a la prueba de eliminación, ya que ninguno de los dos grupos habían hecho un buen trabajo. «Siento que haya pasado así», decía Celia Villalobos. «Era una prueba que nos ha superado», añadía Nicolás Coronado. Desde el equipo azul, Josie, entre lágrimas, admitía que «ha sido muy duro». «La capitana tampoco ha estado brillante», señalaba Pepe Rodríguez. Sin embargo, hubo un aspirante favorito y esa fue Ainhoa Arteta. «Cuando entré aquí fuiste la única que se puso seria, tenías muy buena actitud», apuntó el jurado.

El negro fue el protagonista de la prueba de eliminación y no solo por ser el color de los delantales. Los nueve aspirantes debían cocinar una receta de cordero lechal con una condición, que todos los ingredientes fuesen de color negro. «Me sorprenden las hormigas, están ricas», comentaba los ingredientes Raquel Meroño. Para esta última prueba llegó a las cocinas de TVE Teresa, finalista de Masterchef 7.

En esta eliminación Gonzalo Miró entregó su pin de la inmunidad y volvió a las gradas para ver la prueba y no arriesgarse. “Ha habido otras veces que he tenido más confianza que hoy, mejor no jugar con fuego”, aclaraba Miró. El pleno de concursantes -excepto Gonzalo Miró- en la posible eliminación creó varios momentos de tensión por dar todo en los últimos instantes de la gala 8. Celia Villalobos quiso dejar de lado su cocina tradicional y dar un toque moderno, pero no convenció al jurado: “Vaya lío para comerme una chuleta de cordero”, le comentó Pepe Rodríguez. Algo parecido con el emplatado a Flo: “Hay mucho miedo e inseguridad”, valoraba Jordi Cruz.

Nada claro se veía en el momento de la decisión final por parte del jurado, en la que se destacaron a los dos aspirantes que habían sacado la luz dentro de la oscuridad: el de La Terremoto de Alcorcón y el de Nicolás Coronado. Raquel Meroño, Celia Villalobos y Lucía Dominguín se quedaron en la cuerda floja los últimos minutos del programa. “Si me voy hoy sería un fracaso”, añadía Villalobos tras su segunda vez consecutiva entre las peores del programa. “Has desperdiciado el cordero de manera escandalosa”, le evaluaba Samantha Vallejo-Nágera a Lucía Dominguín que, recién incorporada tras la repesca de la pasada semana sería la expulsada de la octava gala. “En esta ocasión su despedida es definitiva”, aseguró Pepe Rodríguez.