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Acababa de bajarse del escenario y con la adrenalina aún disparada, la conexión en directo con el programa de TVE posterior a la gala de Eurovisión la devolvió a sus orígenes. La respuesta de Olesa de Montserrat, la ciudad donde ha crecido Chanel Terrero (La ... Habana, 28 de julio de 1991) tras llegar a España desde su Cuba natal con cinco años, estuvo a la altura del reto que afrontaba su vecina más insigne en Turín, Italia.
Los 1.400 vecinos de este municipio barcelonés que agotaron las entradas disponibles para seguir la actuación de Chanel en Eurovisión desde el Teatre de la Passió ovacionaron a la representante española antes, durante y después de su actuación en un certamen que ganó Ucrania.
Así se lo manifestaron en la conexión posterior, donde por sorpresa la cantante pudo escuchar a una persona especial para ella. «Chanita, mi vida, te quiero y estoy muy orgullosa de ti. Eres fantástica», expresó Jeny Poquet, su exprofesora de baile y su «segunda madre», tal y como aseguró Chanel. Ésta rompió a llorar de la emoción y, entre lágrimas, deslizó unas palabras sin mucho sentido para los millones de espectadores que seguían pegados al televisor: «Aceite, Jeny, aceite y agua».
Con este mensaje, Chanel le recordaba la lección que su maestra le había impreso a fuego desde que comenzara a bailar, con apenas siete años de edad: «En el mundo habrá 200 millones de bailarines y músicos y la única clave para destacar entre todos ellos es ser buena persona. Ser buena persona te convierte en aceite en el agua; nunca se mezcla, siempre flota por encima de ella».
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