Bámbola en 'Pesadilla en la Cocina': luces y sombras del paso de Chicote por Olletas (Málaga)

El teléfono del restaurante suena ahora a cada rato. El programa de Alberto Chicote hizo parada este jueves por la noche en Málaga para meterse hasta la cocina de Bámbola y sus dueños lo están empezando a notar. Curiosos muchos, otros para pedir reserva. Un programa emitido en laSexta que vendía las miserias del local y sus propietarios, aunque con grandes dosis de amarillismo. Bámbola es un establecimiento en el popular barrio malagueño de Olletas (Camino del Colmenar, 7) que «no estaba teniendo demasiado éxito», cuentan en la intro del último episodio de 'Pesadilla en la Cocina'. Hasta ahí, todo fiel a la realidad, tanto es así que, como se remarca en varios momentos del programa, María Jesús López y José Manuel Aguilar, los propietarios. tenían una deuda de unos 10.000 euros y se mantenían gracia a la ayuda económica de su hija Vanessa.

María Jesús, José Manuel y Vanessa ansiaban la emisión del programa. De hecho, estaba anunciado en su escaparate desde hace semanas: «¡Salimos en laSexta!». Pero lo que encontraron los espectadores ayer en sus pantallas, no corresponde del todo con la realidad. «Una hija preocupada por la marcha del negocio y cómo afecta a la relación de sus padres pide ayuda a Alberto Chicote», vendían desde la productora. Peleas, gritos y ataques de nervios se suceden en el episodio. María Jesús, incluso, se desespera en medio del programa, tira los platos contra el suelo y se pone a gritar para sonrojo de sus clientes. «Pueden llevarse mejor o peor, pero eso nunca ha pasado aquí». Nos hablan los protagonistas sino los verdaderos clientes, sus vecinos, que confirman en la puerta del negocio que esto «nunca ha ocurrido·. «Había que hacer un espectáculo. El programa es un teatro y Chicote es un showman», cuenta José Luis a SUR.

¿Y qué hay de la comida? ¿Tan mala era? Pues al parecer, los camperos, hamburguesas y pizzas que han salido de la cocina de María Jesús, «eran estupendas», nos confiensan sus clientes de siempre. Alberto Chicote llamó «cocina frankenstein» al menú que probó nada más empezar el programa: fideuá, porra, croquetas y pizza. Este última, la salvó de la quema: «No está tan mala». Desde que fue rodado en marzo de 2022 -«Chicote vino con la calima»- hasta que ha sido emitido este 19 de enero, han pasado muchas cosas. La primera es que la carta que diseñó el televisivo chef en exclusiva para el local, ya ha sufrido cambios, al menos en su mayoría. «La gente prefiere un campero que un bonito encebollado», se sincera José Luis, porque cuenta que desde el cambio «comenzó a dejar de venir mucha gente». Así que adaptaron muchas de las recetas, porque «eran demasiado elitistas para un restaurante de barrio». Y ahora, Bámbola tiene una mezcla, con lo mejor de Chicote y de María Jesús. Triunfan las croquetas de gambas al pilpil (de Pesadilla), pero también una carrillada ibérica «que quita el sentido», marca de la casa. Y, aunque denostadas por el chef en el programa, se siguen sirviendo «las famososas maxitapas» de arroces y fideuá.

«Vamos luchando». ¿Hay un antes y un después de 'Pesadilla en La Cocina'? Es cierto que para su primer fin de semana tras el estreno, ya hay casi una decena de reservas. «Han llamado curiosos de Córdoba e incluso desde Sevilla, para la semana que viene», explican los propietarios. «Nuestro Facebook ha disparado las visitas», comentan con cierta emoción. Quizá ahora la cosa cambie, porque con el simple cambio de imagen «no se ha notado un incremento real de ventas». Quizá todo esto cambie con la publicidad. Pero, con la nueva carte se estaba facturando incluso menos que antes de la visita del cocinero. «Esperamos que con el boom de la televisión esto mejore, porque la cosa se está poniendo difícil», explica José Luis. Tanto es así que, desde marzo hasta hoy, en alguna ocasión se ha llegado a colgar el cartel de 'Se Traspasa'. Hay una leyenda urbana que afirma que, tras el paso de Alberto Chicote, los locales acaban siendo vendidos, por aquello de sacar la máxima rentabilidad. Desde Bámbola lo niegan: «Ahora mismo pensamos en trabajar y aprovechar la popularidad. Mañana, Dios dirá». ¿Qué quiere decir esto? Confiesan que hay días que se hacen 20 euros de caja. «Si alguien viene con una oferta, la escucharíamos por supuesto», matiza José Luis.

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