Antonio de la Torre, en su última visita a Málaga para la celebración de los Goya en enero pasado. migue fernández

Antonio de la Torre: «Hay que apostar por lo colectivo, el virus no entiende de individualidades»

El actor malagueño cuenta desde su casa el singular estreno esta noche en Movistar + de la serie 'La línea invisible', sobre los orígenes de ETA

Miércoles, 8 de abril 2020, 01:04

Cuando descuelga está hablando en la distancia (social) con un vecino, del que se disculpa para atender la llamada. «Estoy tendiendo en la azotea», explica Antonio de la Torre, como justificándose de un acto doméstico que en estos días caseros se mezclan con ... absoluta normalidad con las obligaciones laborales. Como buena parte de la humanidad confinada, el malagueño residente en Sevilla no deja de (tele)trabajar. Le han aplazado los proyectos que tenía en cartera, pero esta noche tiene el estreno en Movistar + de 'La línea invisible', la serie sobre los orígenes de ETA que le ha unido por primera vez con Mariano Barroso. Una producción que tendría que haberse presentado en el Festival de Málaga, suspendido por la crisis del coronavirus. El actor con más nominaciones de los Goya y ganador de dos estatuillas se quedó sin «volver a casa» para la 'première', pero desde su terraza nos habla de su papel del ángel y demonio que fue el policía Melitón Manzanas, una de las primeras víctimas de la banda, a la vez que tiene tiempo de mirar el mundo desde la azotea. Y lo ve diferente.

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–¿Cómo lleva el confinamiento?

–Bien, bien, disfrutando con los niños, haciendo de maestro por las mañanas y con sus momentos de estrés. No tenemos balcón, aunque subo a la azotea a tender.

–¿Y cómo se ve desde ahí la aportación de 'La línea invisible' a la revisión del terrorismo?

–La serie presenta un punto de vista desde dentro. El protagonista es Xabi Etxebarrieta, el hombre que cruzó la línea invisible y decidió que ETA tenía que empezar a matar. Todos sabemos lo que ha sido la banda terrorista, pero en ese contexto ETA era un movimiento político que buscaba derrocar una dictadura y defender los derechos de los trabajadores. Muchos de los miembros de aquella formación idealista y pacífica se quedaron fuera cuando la asamblea decidió que la vía era la violencia. Y nos acercamos a la figura del policía Melitón Manzanas, que fue la primera víctima de un atentado planificado y ejecutado.

–¿Ese personaje que usted interpreta es lo que más le interesó para volver a una serie?

–Es una de ellas porque fue un personaje con claroscuros. También acercarme al origen de ETA que empezó a matar el año que nací yo. Y para terminar de aderezar ese interés, el director Mariano Barroso, con el que tenía ganas de trabajar. En el 92 o 93, di un curso con él y me ofreció un papel en 'Éxtasis', pero no nos acordamos por qué al final no lo pude hacer.

–¿Cómo se mete uno en la piel de Melitón Manzanas, un hombre que fue víctima y verdugo?

–El Gobierno vasco encargó un informe en el que se citan torturas con 3.500 casos acreditados, tanto en el franquismo como ya en la democracia. Algunos de ellos testificaron haber sido torturados por Melitón Manzanas y los entrevisté para crear el personaje. También intenté acercarme a su hija, a través de un amigo periodista. Ella declinó la oferta, pero le contó a mi amigo cosas que para mí fueron importantes. La primera de ellas es que Melitón era un buen padre y que ella no reconoce esa imagen como un torturador del franquismo. Me interesan los personajes poliédricos, porque así ocurre en la vida real.

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–¿Y cómo es su Melitón?

–Esto es una ficción y no estamos ante un documental. El director y los guionistas proponen un relato al que yo me suscribo. Y lo que averigüé del personaje lo compartí con Mariano y lo hemos incorporado. Espero haber mostrado a un hombre con muchas caras y que resulte convincente.

–Este policía franquista hablaba euskera y el que lo mató, no. Todo un revés para los prejuicios.

–En lo que me he podido acercar a la realidad vasca, he comprobado su complejidad. El conflicto se ramificó en las familias y pasó algo parecido a lo que ahora pasa en Cataluña con una sociedad dividida en dos mitades. Por suerte, toda la base social que apoyaba a ETA se cansó de tanta violencia, lo que unido a las actuaciones de las fuerzas de seguridad del Estado y de la Justicia, fue clave para que la izquierda abertzale se diera cuenta que ese no era el camino y ese fue el fin definitivo de la banda.

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–¿Y qué tal se le da el euskera?

–Yo no lo usé en la serie, pero Emilio Palacios que, también es malagueño, hace un papel cojonudo y sale hablándolo. Me sorprendió.

–Retratar este episodio en la gran pantalla es un signo de madurez de la sociedad con esta historia tan dolorosa, aunque llega en un momento en el que vuelven los extremismos políticos.

–Las dos Españas siempre han estado ahí y tenemos pendiente el reto de aprender a convivir. Con esto que nos está pasando sería una buena oportunidad para ello.

–¿Teme que acusen a 'La línea invisible' de blanquear a ETA?

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–En absoluto blanquea la historia. La serie trata de contar algo que empezó como un sueño y se convirtió en una pesadilla. La violencia no tiene una justificación, pero sí una explicación y en la medida en que esta ficción puede ayudar a eso, pues bienvenida sea. Pero ya llevo mucho tiempo trabajando, he vivido de todo: elogios, críticas... Habrá gente que la disfrute, la deteste o le deje indiferente.

«La serie no blanquea a ETA en absoluto; cuenta un sueño que se convirtió en pesadilla»

'lA LÍNEA INVISIBLE'

«Cuando subo a tender la ropa, veo el cielo limpio; tenemos que cuidar nuestra casa»

CUARENTENA POR LA CRISIS DEL CORONAVIRUS

–¿Le han suspendido muchas películas por esta crisis?

–No se han cancelado, pero proyectos que tenía con fecha concreta están ahora en 'stand by'. Por el momento toca vivir el día a día y confiar que esto pase pronto.

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–¿Cómo saldremos de esta pandemia?

–Espero que fuertes, apostando por lo público, la educación, la sanidad y lo colectivo para salir de esto lo mejor posible, porque el virus no entiende de individualidades.

–¿Cree que no volveremos al mundo de antes?

–Espero que este encierro nos lleve a una reflexión para la solución de problemas globales. Estamos en un momento histórico en el que se han puesto en jaque muchas cosas. Entre ellas, la debilidad del sistema capitalista. Cuando subo a tender la ropa, me he dado cuenta de que se ve un cielo limpio y se escuchan los pájaros. La naturaleza está ocupando su sitio y como especie tenemos que cuidar la casa en la que vivimos, que es la Tierra, y cuidarnos como colectivo.

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–En esta reclusión, muchos aprovechan para hacer cosas pendientes. ¿En qué emplea el tiempo?

–Pues sobre todo en ocuparme de mis hijos y la casa. Ah, he ordenado el trastero, pero el día te va pillando y con dos niños no paras. Además, me ha coincidido con este estreno, por lo que estoy teletrabajando en la promoción. Hasta ahora no he podido abrir un libro.

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