carmen magu
Lunes, 8 de agosto 2016, 14:16
Más de 65 niños se presentaron ayer a la cuarta edición del casting de Master Chef Junior en su paso por Málaga, la última ciudad antes de llegar a la fase final en Madrid. Los jóvenes aspirantes, de edades comprendidas entre los 8 y 12 años, han sido seleccionados entre 2.000 inscritos en Andalucía, y un total de 6.000 se apuntaron en toda España.
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Algunas familias han aprovechado sus vacaciones de verano en la Costa del Sol para que sus hijos acudan a la prueba de selección, por lo que niños de toda España estuvieron presentes en la misma. Antes de llegar a esa fase, los candidatos rellenaron un exhaustivo cuestionario sobre cocina para mostrar sus conocimientos. La primera parte del casting fue el emplatado, que consiste en decorar un plato con los alimentos previamente cocinados, todo bajo su elección y creatividad.
Ester González, directora de casting dijo sobre los candidatos junior que «este año se nota que los niños tienen un nivel más alto». Una de las causas de esta mejora en sus capacidades es que al ver año tras año el programa, van adquiriendo más conocimientos. Otro de los aspectos a tener en cuenta a la hora de seleccionar, además de su nivel culinario, es que los niños no tengan una timidez excesiva a la hora de desenvolverse ante las cámaras, ya que en ese caso dificultaría mucho su desarrollo en el programa.
Alba tiene 8 años y procede de Cádiz. Reconoció estar «nerviosa pero muy contenta». Muchos de los candidatos aseguraron que su afición por la cocina les viene de familia. «Mi madre, mi tía y mi abuela también les gusta mucho cocinar», explicó Alba. Los padres, más nerviosos que sus hijos, se definieron como verdaderos seguidores del programa, tanto ellos como los pequeños, y es por eso que decidieron inscribirles. Algunos de los candidatos han adquirido experiencia en los campamentos de cocina que dirige Master Chef. La jiennense Carmen, de 9 años, ha pasado una semana aprendiendo muchas cosas. «Lo que mejor se me da es cocinar la pasta casera».
El aroma, la textura, el sabor y la presentación fueron requisitos indispensables a la hora de evaluar. Uno de los jueces era el chef Eduardo Velasco, veterano en el programa desde la primera edición. «Valoramos más las ganas que ellos tienen de seguir aprendiendo que el plato en sí». Además, saber su formación culinaria, es «definitivo», a la hora de tomar una decisión, concluyó el chef. Los aspirantes tuvieron aproximadamente 20 minutos para realizar el emplatado, y al finalizar, debían indicarlo al grito de: ¡manos arriba!, momento que les apasiona. Pero no todo quedó ahí: Juan, Noa y Álvaro, participantes de Master Chef Junior de anteriores ediciones, acudieron a la prueba para dar una sorpresa a los candidatos.
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