Momento nostalgia: los mejores anuncios de Navidad de todos los tiempos

Antes de que la Navidad toque a nuestra puerta en forma de reencuentros y cenas copiosas, de felicitaciones por WhatsApp y chistes sobre cuñados, la publicidad descorcha una época que, admitámoslo, no sería lo mismo sin su correspondiente ristra de anuncios festivos. Desde que Televisión Española emitiese su primer spot, a finales de los cincuenta, por nuestras pantallas, ahora planas, han pasado miles de piezas sobre turrones, lotería, juguetes, cavas, relojes y casi todo aquello que pueda ser comprado. La mayoría de estos anuncios quedaron relegados al olvido, pero algunos permanecen en la memoria colectiva a fuerza de melodías y eslóganes repetitivos, imágenes enternecedoras y, en los mejores casos, originalidad. Recordamos algunos.

El Almendro y su «Vuelve a casa, vuelve» son todo un clásico. Creado en los ochenta, está considerado, por su efectividad, uno de los mejores eslóganes de la historia de la publicidad en España. Hace algunas semanas, la empresa Delaviuda Confectionery Group organizó un concurso para que los usuarios de Facebook grabaran un vídeo, con una duración máxima de tres minutos, explicando el motivo por el que quieren regresar a España para pasar las fiestas. ¿Nuevo anuncio a la vista?

Los spots que Coca-Cola ha lanzado estas últimas décadas, aunque diferentes, guardan una semejanza: un impresionante despliegue técnico y creativo. El anuncio realizado en 1971, con un divertido toque hippie, convirtió su letra en todo un himno: «Al mundo entero quiero dar un mensaje de paz». Se trata, por cierto, del mismo anuncio que explica el final de una serie ya mítica cuyo nombre no desvelaremos para evitar el spoiler.

Las burbujas y el niño de rojo de Freixenet, otro clásico. La firma catalana ha logrado que sus anuncios sean protagonizados por Liza Minnelli, Shirley McLaine, Plácido Domingo, Christopher Reeve, Antonio Banderas, Sharon Stone o Penélope Cruz, entre otros muchos. Incluso Martin Scorsese dirigió en 2006 un spot, aunque nosotros rescatamos este de 1989, protagonizado por Paul Newman.

Pese a sus últimos desvíos, con Raphael y Niña Pastori incluidos, el sorteo extraordinario de la Lotería de Navidad también cuenta con una marcada imagen navideña, la del famoso calvo, el actor Clive Arrindell, que apareció por primera vez en 1998. En una entrevista, Arrindell llegó a decir que dejó de protagonizar los anuncios del sorteo porque, según le dijeron, «ensombrecía a la Lotería». En la memoria de todos está el fondo musical del tema El café de los estudiantes, compuesta por Maurice Jarre, y una frase: «Que la suerte te acompañe».

Las muñecas de Famosa parecen ahora necesitar zapatillas ortopédicas, pero en 1970 aquel movimiento supuso toda una revolución tecnológica. Famosa decidió años más tarde, ya en los ochenta, volver a utilizar el famoso villancico con el mismo formato en un nuevo anuncio a color. Aunque el escenario era más realista y la puesta en escena más elaborada, no logró el éxito obtenido por su antecesor en blanco y negro.

Corrían los noventa y el teléfono sólo se usaba para hablar. Vodafone se llamaba Airtel y creó un anunció que aún forma parte de la memoria colectiva. «Hola, soy Edu, feliz Navidad», repetía un niño de ocho o nueve años, tumbado en el sofá, con un móvil en una mano y el listín en la otra. La campaña fue tan intensa que el spot aparecía en todos los cortes publicitarios y la frase se puso de moda, con el consecuente perjuicio para todos los Edus del país, que tuvieron que soportar la gracia una y otra vez. La campaña tuvo una gran repercusión, pero no en favor de la compañía, ya que muchos la asociaron con Movistar/Moviline, su competencia directa.

Llega la hora de los anuncios más lacrimógenos. Campofrío reunió a algunos de los mejores humoristas del país en torno a la tumba de Gila. El spot, dirigido por Álex de la Iglesia, juntó a Santiago Segura, Chiquito de la Calzada, Martes y Trece y otros cómicos para recordarnos que «nada nos quite nuestra manera de ver la vida» ante la crisis.

En enero de 2013 se emitía El cajero de las sonrisas, un anuncio de Coca-Cola protagonizado por gente anónima a las que se le regalaba cien euros con la condición de que compartiesen el dinero.

Bajo la campaña «La Navidad nos desamuebla la cabeza, nada como el hogar para volvérnosla a amueblar», Ikea nos presentó La otra carta, un  anuncio que emocionó a los padres de los niños entrevistados.