«Critiquen lo que haga falta, soy feliz»

Jesús Vázquez, Raquel Sánchez Silva, Paula Vázquez A la nueva conductora de Pekín Express (Antena 3, esta noche, 22.30 horas) le tocaba enfrentarse a las siempre odiosas comparaciones. «Me daba un poco de miedo», confirma Cristina Pedroche (Madrid, 1988). Pero la audiencia le ha respaldado con esos 2.630.000 espectadores y el 16,2% de share del estreno. Hoy, el segundo examen.

¿Qué tal el debut?

Siempre estaré agradecida a Antena 3 por haber confiado en mí. Era la primera vez que me enfrentaba a un reto así yo sola y tenía mucho miedo de no dar la talla. Pekín Express ha tenido antes otros presentadores que lo han hecho muy bien. Además, pensaba: Los seguidores de este programa son muy fieles y ¡a ver cómo me aceptan!. Nunca se me había visto en este registro pero me he sentido tan arropada y mimada que al final me lo han hecho todo más fácil de lo que pensaba.

¿Cómo vivió la carrera en Asia?

Son países en los que se vive con condiciones muy duras y poco favorables. Sin embargo, sus habitantes no paran de darte lecciones de vida, así que cuando volví aquí pensé que era una tonta. Nos enfadamos por cosas como el tráfico y ellos no tienen casi de nada, ni agua corriente, ni qué comer Lo poco que tenían se lo daban a los aventureros, siempre amables y con una sonrisa. Ahora soy otra persona, si antes ya me emocionaba fácilmente, ahora mucho más.

¿La han llamado los anteriores presentadores?

Cuando salió la noticia de que iba a ser yo la presentadora de Pekín Express, Paula Vázquez me llamó para decirme que no se me olvidara llevarme una Letterman. Yo no sabía ni lo que era eso, pero ahora le doy la razón, es una navaja multiusos muy práctica. Y Raquel Sánchez Silva me ha escrito antes, durante y después. Sé que ella siempre ha sentido este programa como algo muy suyo.

¿Y qué le dijo?

Que disfrutara mucho. Porque por mucho calor que hiciera y a pesar de tener que estar todo el día estudiando los guiones, al volver a casa lo iba a echar de menos. Me he sentido apoyada por ellas.

¿Está preparada para las comparaciones?

Claro que las habrá, por supuesto. Que vengan todas las críticas que hagan falta porque yo soy muy feliz. Cuando vives tan al límite y tantas horas, por mucho que quieras imitar a un personaje no te sale y punto. No creo que me esté jugando con ese programa más que los propios concursantes, ellos deben ser los únicos protagonistas y los que os van a enamorar. Si hay algo que está regular soy yo (risas), ellos están perfectos.

¿Qué ha sido lo más complicado del rodaje?

Mantener la postura (risas). El primer día, según llegué allí, la directora del programa, Eva Sanz, me encerró en la habitación del hotel y me dijo: ¡Muslos bien pegados, pecho hacia adelante y proyecta la voz!.

Y el tono más serio.

Claro, aquí es más serio y creíble que lo que estoy acostumbrada a hacer, que es buscar la risa y meter el chiste fácil. Los aventureros esperaban que yo me riera, y lo tenía que hacer para adentro porque soy la directora de carrera. He tenido buen rollo con ellos pero no he sido su amiga fiestera.

¿Sería capaz de concursar?

Siempre decía que este era al único concurso que me presentaría Y ahora mismo no lo tengo tan claro. Es muy duro

¿Con quién iría?

No lo sé, con alguien que me llevara muy bien porque aquí sale lo peor y lo mejor de ti.

¿Ha echado de menos la comida de su madre?

A mi madre no le gusta mucho cocinar... Ahora tengo en casa a un tres estrellas Michelin.

¿Es cierto que se casa?

Estamos trabajando en ello. Creo que al final me va a dar el sí quiero por pesada.