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miguel ángel alfonso
Domingo, 15 de marzo 2015, 10:17
Desde que debutó hace diez años en televisión con Los hombres Paco hemos visto a Hugo Silva (Madrid, 1977) empuñar un arma muchas veces. Pero nunca de tanto calibre como la que maneja el capitán Alberto Cárdenas en Los Nuestros. La miniserie de Telecinco finaliza mañana (22.30 horas) y se ha convertido en la opción favorita de los lunes con 3.477.000 espectadores en el segundo episodio. El rodaje fue una suerte de mili para todos los actores del reparto: «¡Yo en mi época no la hice!».
¿Cómo se ve de uniforme?
No hice el servicio militar, no me veía allí. Pero esto ha sido muy bonito. Hemos entrenado muchas horas para darle coherencia al papel y, sobre todo, he descubierto a estos seres humanos que se juegan la vida y que tienen que obedecer órdenes aunque entren en conflicto con lo que piensan. También hay un código de honor que me parece interesante, un compañerismo llevado al extremo.
No me diga que se arrepiente de no haber hecho la mili...
Cuando me tocaba hacer la mili no existía ejército profesional, las cosas han cambiado mucho aunque no sé cómo era entonces. En aquel momento no me apetecía y ahora la vida me ha colocado aquí y no me arrepiento.
Por lo menos jugaría a los soldaditos de niño.
Claro, jugaba a todo lo que fuera ficción, a soldados, a la serie Falcon Crest... (risas).
¿Ha cambiado su visión?
Mi trabajo consiste precisamente en no tener prejuicios, intentar empatizar con el personaje que me toque, sea el que sea, y éste ha sido muy fácil. Primero, porque yo no tenía experiencia militar y vine con muchas ganas de aprender y, luego, porque la experiencia fue muy grata. He hecho amistad con algunos soldados.
Convivió con un capitán.
Tuve esa suerte, porque estaba todo el rato conmigo, siempre muy pendiente. Primero estuvimos en el cuartel de artillería de Madrid para saber de lo que estábamos hablando, para diferenciar ya no solamente a los distintos mandos, sino hasta cómo se hablan los unos a los otros. Hemos pasado por el campo de maniobras, montado en helicóptero, hasta hemos participado en operaciones especiales simuladas.
¿Impone el papel?
Desde el principio vi que el tratamiento de la serie era bastante inteligente y en ese sentido estaba muy tranquilo. La gente quería un marco real, los conflictos que hay en las Fuerzas Armadas pero de un modo nada efectista. Me he sentido muy arropado por el Ejército, me han dado mucho cariño.
¿Y lo de darle al gatillo?
Ya había utilizado armas antes, en Los hombres de Paco. Pero tuvimos instrucción con el fusil. Luego cada uno ha tenido que preparar su campo de acción, unos ametralladoras, otros rifles de precisión como Blanca (Suárez)
Lo pasaron mal grabando en Fuerteventura.
Tuvimos que repetir muchas secuencias por el viento, se colapsaba el sonido. Era imposible abrir los ojos y teníamos que hacernos lavados de ojos después de rodar. Ha sido casi una mili, ha habido muchos golpes y moratones, un ambiente de rodaje casi de cine.
«Blanca es perfecta»
Tiene una trama potente con Blanca Suárez.
Blanca es una compañera perfecta, ella es capaz de hacer cualquier tipo de secuencias, hasta de acción. Ha estado muy fuerte.
¿Siempre tiene que haber tramas amorosas?
Yo creo que no sobran. En cualquier trama de cualquier película, obra de teatro, moderno o clásico, siempre está el amor, tiene que estar. No estamos haciendo una historia de robots, sino de personas, y las personas tienen miedo, sienten odio, sufren Pero esta no es una historia de amor, sino de desamor, y eso ayuda a la trama. Hace que las cosas se compliquen. No lo veo como una estrategia para enganchar al público.
¿Cómo ve la situación de la mujer en el Ejército?
Creo que el retrato que se hace en esta serie es muy fiel. La presencia de la mujer es muy fuerte en el Ejército, pasa en casi todos los ejércitos de la OTAN, solo que aquí y en Noruega también están en primera línea de fuego.
Ahora se ha pasado al cine y está rodando con Álex de la Iglesia.
¡Y con Raphael! La película se llama Mi gran noche y yo interpreto a Roberto, el presentador de un loco programa especial de Nochevieja, un tipo con un ego enorme. A Raphael solo le he visto en una lectura de guión y es un artista alucinante, el personaje que interpreta no puede quedarle mejor. Tenemos una ilusión brutal con este proyecto.
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