Un trasplante digital inusual

Estamos, eso sí, ante un fenómeno inaudito en el intento de trasvasar las prácticas del consumo audiovisual. Recuperar por un día el 'Un, dos, tres...' en Twitch fue un fracaso, pero ahí tienen a Ibai Llanos dando campanadas y campanazos todo el año. En la forma, de momento todo luce pobretón, con un plató muy pequeño, cámaras robotizadas y colores chillones que rememoran lujos pasados. En el fondo, las primeras entregas han servido su añorado surrealismo cañí, situaciones absurdas y esa mala baba que caracterizó al programa de las meriendas y riñas, del que beben hoy casi todas las tertulias de la tele, tanto políticas como deportivas. Verdaderos 'máquinas' del fango rosa y de la producción de memes, el mayor reto a la vista, aparte de ser rescatados por algún emisor estatal, es el de reconectar con las audiencias provectas no dadas a frecuentar los lares digitales ni a trastear las 'Smart-TV'. Pero como la precisa tiene un pincho, quién sabe si después de muerto televisivamente 'Sálvame' es capaz de obrar el milagro de la reconexión digital de su público cautivo. Cosas más raras hemos visto, ay, sobre todo a su costa.