La muestra está formada por pinturas y esculturas, de las que 62 son de Picasso.Salvador Salas
Tradición y hedonismo
Crítica de arte ·
Cuajada de piezas exquisitas de autores indispensables, esta exposición revisa cómo a finales del siglo XIX y principios del XX se reformula el imaginario de lo mediterráneo: paisaje y tradición se revisten de nuevos códigos lingüísticos
En las décadas finales del siglo XIX y las primeras del XX, a modo de evasión o huida de las grandes ciudades que sumían al urbanita en unas condiciones de vida infrahumanas, se impone la vuelta a la Naturaleza. El ser humano siente como una 'herida' la escisión de la Naturaleza para conformarse como ser antropóforo, que ha creado sus propias leyes y ordenaciones dentro de la ley natural al igual que ha transformado el hábitat primigenio para crear su propio medio-ambiente urbano. Vivir en comunión con la Naturaleza supone para muchos, además de un efectivo restañamiento de esa metafórica herida, un anhelo que venía a rememorar constructos simbólicos como la Edad de Oro o el Paraíso. Y, cómo no, Arcadia, la región griega idealizada como enclave idílico y tantas veces loada por la poesía pastoril o bucólica.
Publicidad
No extraña, por tanto, que muchos artistas iniciaran esa escapada de la asfixiante Metrópolis, tal como había ejemplificado Henry David Thoreau con su ensayo 'Walden' (1854). Algunos recalarían en la Naturaleza más cercana, ya fuese en cabañas, colonias artísticas como la alemana Worpswede, comunidades que representaban cierto arcaísmo en sus costumbres, como Bretaña o poblaciones rurales como Gósol o Horta de Ebro, donde recalaría Picasso. Y también buscaron ese estado ideal en lugares lejanos como la Polinesia de Gauguin. Entre estos escenarios, según nos acercamos al final del siglo XIX, el Mediterráneo, la visión meridional de lo paradisiaco, adquiere un creciente protagonismo. Del pincel de Cézanne y Matisse, y en menor medida de otros como Derain, la temática de «bañistas» vuelve a instaurarse en este momento. Sin embargo, la enunciación del Mediterráneo podía acompañarse con la cita a la tradición de lo clásico y, en consecuencia, lo sensual del marco –del paisaje– se connotaba con esos estratos y raíces culturales. Frente a la figura humana femenina en relación con lo natural, que en el contexto centroeuropeo adquiere condición casi que de ídolo, como una suerte de metafórica representación de las bondades de la Madre Naturaleza, en el ámbito de lo mediterráneo esas figuras, y la de los hombres revelaban un 'modus vivendi' anclado en el hedonismo. Pensemos en algunos títulos de obras míticas de Matisse –obviamente no se exponen aquí– que proyectan esa plenitud del vivir en comunión con lo natural: 'Lujo, calma y voluptuosidad' o 'La alegría de vivir'. Ejemplares de esta armoniosa y plena convivencia son obras que podemos encontrar aquí como 'Pastoral' (1910-11) y 'Mediterráneo' (1910-11), de Joaquim Sunyer. Enlaza esto con la tradición del bucolismo y la poesía pastoril, que hunde justamente sus raíces en la cultura griega, que 'dibuja' Arcadia como un lugar felicísimo, sensual y gratificante, cuyos habitantes entregan su vida a tareas sencillas ligadas al vivir de lo campestre. Sunyer expande esa subsistencia al mar, por lo que el Mediterráneo pasa a tener una presencia fundamental. Resulta sumamente interesante ese matiz del disfrute y el hedonismo. En parte ha seguido guiando la construcción no sólo de esa idea de Mediterráneo sino de un modo de vida que los países ribereños asumimos como idiosincrática, como parte de nuestra identidad. Mientras que algunos artistas del Pop construían en los años sesenta imágenes sobre el estilo de vida norteamericano a través de la promesa de felicidad que representaban los bienes de consumo, en el Nuevo realismo francés, la 'contestación europea' al Pop, Martial Raysse, con 'De repente el último verano' (1963), buceaba en la felicidad y el hedonismo a través de la mera y plena relación con el entorno.
La exposición
Título:
'Mediterráneo. Una Arcadia reinventada. De Signac a Picasso'. 62 obras la componen, obedeciendo una tercera parte de ellas a la autoría de Picasso. Las piezas responden a un arco cronológico que discurre entre 1876, fecha de una escultura de Rodin, y 1963 en la que se realiza una jarra 'picassiana'. En cualquier caso, la mayoría de ellas están ejecutadas en las décadas del cambio de siglo y los años veinte. Por número destaca la pintura (óleo sobre lienzo generalmente), aunque también encontramos grabado (linograbado, aguafuerte, litografía), dibujo, escultura (en bronce) y cerámica.
Comisaria
Lourdes Moreno
Lugar
Museo Carmen Thyssen Málaga. Plaza Carmen Thyssen, Málaga.
Fecha
Hasta el 9 de septiembre.
Horario
De martes a domingo, de 10.00 a 20.00 h.
Al fin y al cabo, la exposición plantea la revisión de cómo los constructos «Mediterráneo» y «Arcadia» se fueron moldeando en el cambio de siglo, reafirmando sus principios, así como sometiéndose su universo visual a una 'puesta al día' estilística. Lo hace con un conjunto de obras no sólo sobresaliente, firmadas por autores indispensables, sino que éste consigue transmitir precisamente la serenidad, el orden, lo sensual y el hedonismo que otorgamos a la cultura mediterránea. Un protagonismo especial en esta exposición tiene Picasso, lo que le lleva a aparecer en una de las acotaciones del título. De hecho, se ha configurado un conjunto de una veintena de piezas de muy distintas fechas y disciplinas que evidencia cómo es justamente Picasso una figura fundamental para la pervivencia y la reformulación de un universo visual ligado a lo mediterraneísta, que le acompañaría a lo largo de toda su vida. El Picasso clásico está profundamente ligado a la condición de lo mediterráneo. No es usual que cuando Picasso formule una de ellas la otra no aparezca de manera implícita. En esta exposición vemos algún ejemplo de ello. Ocurre con 'Los pichones', un interior que se abre a la plenitud del Mediterráneo y que recuerda a algunas de sus vistas de finales de los años diez del siglo XX en Saint-Raphaël. El resto de sus obras se convierte en un compendio de lo que representa lo mediterráneo (mitos, lo culto, lo popular, las tradiciones o los escenarios identificables).
La muestra lleva a una de las dialécticas esenciales de la creación: tradición y modernidad
Distintos registros
La exposición remite a muy distintos registros. Por un lado, desde una perspectiva diacrónica, a la reformulación de una tradición grecolatina. Muchos artistas, con distintos lenguajes, vuelven sus ojos a ese legado que nos ha conformado. Precisamente, entrando en la dimensión sincrónica de la enunciación de lo mediterráneo, en los años diez y veinte volver a lo clásico era optar por «la vuelta al orden», un refugiarse en los valores eternos e inmutables propios del clasicismo. Pero este particular nos lleva a una de las dialécticas esenciales de la creación: la tradición y la modernidad. Son numerosas las piezas que recuperan un imaginario ancestral e identitario sobre el que recaen novedades formales y que incluso puede ostentar un sentido alegórico acerca de distintos síntomas sociales, como la mencionada angustia existencial que podían generar las opresivas ciudades o la respuesta ante la consecuente crisis y desconfianza que genera la Primera Guerra Mundial. Desde la óptica de nuestro país, la eclosión del mediterraneísmo suponía una suerte de contestación a la identidad de 'lo español' anclada en la imagen de la España negra y del yermo paisaje castellano que había defendido el noventayochismo; al menos generaba una erosión o expansión de esa identidad nacional que, en este momento, pasaba a ser caleidoscópica con el surgimiento de distintas escuelas pictóricas en torno a identidades locales. Así, además de la vinculación y renovación de esa tradición mediante la cita del clasicismo y temas bucólicos, formalmente se manifiesta con el 'luminismo', con escenarios profundamente contrastados en lo lumínico.
El Picasso clásico está profundamente ligado a la condición de lo mediterráneo
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.