Los trabajadores del Museo Picasso Málaga desconvocan la huelga y siguen las negociaciones

Los trabajadores del Museo Picasso Málaga sacan la bandera blanca para alcanzar un acuerdo con la empresa. Tras la cuarta reunión fallida con el Sercla, los representantes de los empleados desconvocan los cinco días de huelga programados a partir del próximo lunes con el compromiso de que su última propuesta, «muy reducida en cuanto a condiciones», se estudie en el consejo ejecutivo del 22 de septiembre. De no aprobarse, anuncian medidas «más contundentes» coincidiendo con la inauguración de la gran exposición del Año Picasso, 'El eco de Picasso', el 2 de octubre.

«No queremos una huelga, pero tampoco conformarnos con una vuelta atrás», señaló en rueda de prensa Inmaculada Abolafio, vocal del comité de empresa. Según explicaron, el nuevo documento es prácticamente idéntico al actual con una actualización salarial «factible para la empresa» (un 0,5% superior a la que ofrecían) y con una reducción de la jornada horaria a medio camino entre lo que pedía cada parte. «No es dinero todo lo que pedimos, queremos conciliar», puntualizó Blanca Rodríguez, secretaria del comité, que detalló medidas como la regulación del teletrabajo o la jornada intensiva durante los meses no lectivos. «Es un convenio hecho para firmar, todos estamos ya cansados de esta situación», señaló Abolafio.

La pelota está ahora sobre el consejo ejecutivo del 22 de septiembre, donde la empresa se ha comprometido a estudiar el nuevo documento. Si no hay respuesta antes del 25 de septiembre, los trabajadores volverán a movilizarse en una fechas críticas, en los días previos a la apertura de la gran apuesta del museo para la conmemoración del 50 aniversario de la muerte de Picasso. Las huelgas a jornada completa serían el 26 y 27 de septiembre, Día Internacional del Turismo, y el 2 de octubre, día de la inauguración de la exposición. Además, celebrarán concentraciones en las sedes de los actos privados previos a la presentación de la muestra, en la entrada de la pinacoteca y frente al Hotel Miramar.

Preguntado al respecto, el consejero de Cultura, Arturo Bernal, mostró su sorpresa por las nuevas protestas anunciadas. "Me extraña que la posición sea desconvocar una huelga y, pocas horas después, volverla a convocar, como queriendo poner de manifiesto que vamos a tener que negociar en una situación de tensión que no se entiende", declaró. No obstante, mantiene que ya son "pequeñas cuestiones las que quedan por matizar" y confía en una pronta resolución del conflicto.

Por otro lado, los trabajadores han solicitado a la empresa información sobre los tornos y máquinas expendedoras de entradas que han instalado -aún sin funcionamiento- en los accesos al museo y que automatizarían el trabajo que ahora desarrolla parte del personal de atención al público. Eso, junto con la renovación de temporales, mermaría la eficacia de los paros convocados. «Los servicios jurídicos del comité de empresa estudian si estas actuaciones podrían constituir un delito sobre el derecho a la huelga», informó Pepa Babot, presidenta del comité.

Bernal atribuyó ese movimiento a una intención de "modernizar el museo", desvinculándolo de las protestas. "Lloviendo y con un sol de justicia, hay colas de personas que llegan hacia el final de la calle San Agustín y eso tampoco es de recibo. Es razonable que el museo se plantee una modernización de sus sistemas de gestión de entradas", manifestó.

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