Bajo un reconfortante sol de otoño que Nikola Tesla habría pensado en cómo convertir en energía eléctrica se ha celebrado la presentación de la exposición sobre la figura de este genio y científico indispensable del siglo XX. El ruido de coches se colaba en el ... parlamento de los organizadores de la muestra salvo cuando han cruzado la plaza de la Marina un par de vehículos marca de la casa, dos Tesla. Ambos en absoluto silencio como si no quisieran distraer la oportuna y merecida reivindicación que se hacía en ese momento del hombre adelantado a años luz de su tiempo y al que deben el espíritu que montan entre cuatro ruedas. La paradoja es que Nikola Tesla inventó múltiples aparatos que revolucionaron la electricidad, aunque no el coche con baterías que ya estaba inventado desde la primera mitad del XIX. Pero su aportación imprescindible y su muerte solo y sin dinero lo han convertido en una leyenda que reclama su legado en la exposición 'El genio de la electricidad moderna', que se ha inaugurado este miércoles y permanecerá en Málaga hasta el 12 de diciembre.
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Dos unidades móviles desplegadas en la céntrica plaza son el espacio de la nueva exhibición de la Fundación 'la Caixa', que se estrena en la capital de la Costa del Sol para continuar después una gira por diferentes ciudades españolas con el objetivo de «reivindicar una figura que durante mucho tiempo ha estado oscurecida», según ha afirmado en la presentación Rafael Chueca, director del Área Territorial de la fundación bancaria. Mediante una puesta en escena didáctica e interactiva y con el apoyo del Nikola Tesla Museum, la exposición no solo recorre la vida de este personaje salpicado por la leyenda, sino que pone a prueba la física de sus descubrimientos para que los visitantes experimenten en propias carnes la teoría y práctica del hombre que dominó el rayo. Y sin necesidad de meter los dedos en el enchufe, sino solo a los botones que se distribuyen por el recorrido con sus aparatos e invenciones.
Figura venerada pero también polémica en su época, el mito persigue a Nikola Tesla desde su nacimiento 1856 en un pueblo de la actual Croacia -entonces Imperio Austríaco-. Se asomó a este mundo durante una tormenta de rayos y centellas, por lo que su madre vaticinó que sería «el hijo de la luz». Verdad o ficción de esta anécdota, lo cierto es que aquel joven que no fue un estudiante brillante heredó de su progenitora sus dos principales valores: memoria fotográfica y la chispa del inventor genial.
'Nikola Tesla, el genio de la electricidad moderna' muestra el primer gran invento del ingeniero, el motor de inducción magnético, del que construyó un prototipo que presentó en Estrasburgo. Sin éxito alguno. Lo que provocó que hiciera la maleta y se marchara a Estados Unidos en 1884, donde comenzó a trabajar para Edison que, a la postre, se convertiría en su mayor rival. Aunque en versión 'hombre rico' -el norteamericano-, 'hombre pobre' -el europeo-. Y ganando David contra Goliat, cuando Tesla, asociado con Westinghouse Electric, ganó la 'guerra de corrientes', al lanzar el sistema polifásico de electricidad alterna que se impuso al más básico de corriente continua de Edison. El inventor logró iluminar la Expo de 1893 de Chicago, cuyo consumo fue mayor que el resto de la ciudad en aquel momento.
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«La obsesión de Tesla fue siempre desarrollar un sistema de transmisión de energía inalámbrica», ha explicado el comisario de la muestra, Jordi Aloy, ante la 'Bobina Tesla' cuyo funcionamiento se puede experimentar en la exposición cogiendo fluorescentes con la mano que se iluminan con el cuerpo humano como conductor. Tesla también investigó con los rayos X -los llamó 'sombragrafías'- o las ondas de radio, aunque otros inventores se le adelantaron. Su gran obra y también fracaso fue la torre Wardenclyffe de Nueva York que se reproduce en la muestra. Una construcción de más de 50 metros desde la que tenía previsto transmitir telégrafos, conexiones telefónicas e incluso imágenes facsímil y archivos a todo el mundo mediante una red de 12 globos que repetirían la señal. «Es decir, estaba ya descubriendo Internet antes de que se concibiera. Un Internet primitivo tipo 'steampunk'», ha precisado Aloy, que ha estado acompañado por el director territorial de CaixaBank en Andalucía, Ceuta y Melilla, Juan Ignacio Zafra, y la concejala de Cultura, Mariana Pineda.
La exposición también ilustra que el mando a distancia de la tele o el videojuego se lo debemos a Tesla que, cuando presentó este adelanto, vio como muchos lo consideraban un truco de magia. Pese a su genialidad y visión, a Tesla le costaba ponerse las pilas en los negocios, por lo que muchas de sus aportaciones fueron plagiadas y sus proyectos, particularmente la torre con la que pretendía conectar el mundo, lo llevaron a la ruina, por lo que murió solo y olvidado en un hotel de Nueva York en 1943. Un abandono del que lo ha sacado la ciencia y la marca de coches de Elon Musk que se ha hecho muy popular en todo el mundo. Una justicia poética a la que se une ahora esta exposición que nos recuerda que el inventor e ingeniero «nació en un mundo que funcionaba con vapor, pero dejó un mundo basado en la electricidad». Y de plena vigencia hoy día.
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