Antonio Arjona espera paciente a que le apunten en la frente con el termómetro de mano, después entra, se aplica gel hidroalcohólico en las manos, se coloca una pegatina con el número 26 en el pecho, rellena el cuestionario previo a la prueba y posa ... para una fotografía en el recibidor del Teatro Echegaray. Faltan unos minutos para las once de mañana y Arjona sube al escenario junto a otros cuatro compañeros para las primeras audiciones para participar en la gala de los Premios Max prevista en el Teatro Cervantes el próximo 7 de septiembre. «Sería un sueño estar en un espectáculo como esta gala, porque es un evento que he seguido desde siempre», comparte Arjona (28 años), alumno de primer curso en la Escuela Superior de Arte Dramático (ESAD) de Málaga.
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Arjona es uno de los 65 aspirantes que este miércoles participaron en las pruebas a futuros bailarines y actores para formar parte de la ceremonia organizada por la Fundación General de Autores y Editores (SGAE) y considerada la gran fiesta de las artes escénicas en España. Al lado de Antonio Arjona, también con su correspondiente mascarilla, Ana Tovar (20 años) admite que no ha sentido demasiados nervios en los momentos previos a la prueba. «Veníamos con un poco de incertidumbre, porque no sabíamos muy bien en qué iba a consistir la audición, pero la verdad es que me he sentido muy cómoda. Todo el equipo ha sido súper atento con nosotros y nos ha hecho sentir muy cómodos», ofrece Tovar, con el número 22 en la solapa, también alumna de primer curso en ESAD.
«El coronavirus lo ha complicado todo mucho, pero estamos aquí con mucha ilusión», resume la responsable del Departamento de Extensión Cultural del Conservatorio Superior de Danza Ángel Pericet, Marta González. «Tenemos unos 30 inscritos en las pruebas, pero sin Covid-19 habrían sido muchos más; sin embargo, muchos de nuestros alumnos son de fuera y han tenido muy complicado el desplazamiento y el alojamiento para poder participar en estas pruebas», lamenta González que, no obstante, destaca el «buen 'feeling' que ha reinado en las audiciones».
Luego, como recuerda la docente, «todo dependerá de las necesidades de los coreógrafos», si bien González reivindica el «nivel extraordinario» de la cantera de futuros actores y bailarines que atesora Málaga. «Somos el único conservatorio superior de danza de Andalucía», remacha González mientras se adivina una sonrisa de orgullo bajo su mascarilla quirúrgica.
Los aspirantes siguen entrando de cinco en cinco y atienden a las indicaciones de los directores de la vigésimo tercera edición de la gala de los Max, Joaquín Casanova y Elisa Ramos, fundadores de la compañía granadina La Maquiné. Desde el patio de butacas del Echegaray, Casanova y Ramos siguen la evolución de los candidatos que desde las nueve y media de la mañana desfilan por el Echegaray. «Estamos contentos con el resultado -cierra Arjona- ahora, a ver si hay suerte». Así que mucha mierda para todos.
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