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No recuerdo haber vivido semejante repercusión social ante una canción nueva. Hasta los niños pequeños hablan de ella. Se multiplican las búsquedas de Twingo y la cuenta de Casio publica fotos de Shakira usando uno de sus relojes. Algunos piden que la próxima en hacer ... una canción con Bizarrap sea la reina Sofía. A Vargas Llosa hay quien le llama 'Shakiro'. El salseo ha sido absoluto. Tener el corazón roto siempre ha sido una poderosa fuente de inspiración. Los buenos artistas plasman en sus creaciones lo que les pasa y cómo eso les hace sentir. Ahí está parte de la esencia del arte: que la obra funcione como un intercambio de emociones que atrapen al espectador de una manera o de otra. Esta no es, ni de lejos, la primera vez que un músico plasma en sus letras los girones que provoca una ruptura, desde Paquita la del Barrio hasta Nacho Vegas, pasando por Adele o Leonard Cohen, pero pocas veces la letra ha sido tan explícita: en este caso, con nombre y apellido o alusiones directas a la suegra. El hecho de que el principal mencionado sea Gerard Piqué, una estrella del fútbol, modelo para marcas y atrevido empresario, ha atraído al mundo del pop latino a un público de lo más insospechado. La destrucción del amor ha sido total.
Estamos ante un enorme fenómeno musical y social, claramente. El tema en cuestión ha batido récords de escuchas en 24 horas y ya es número uno en todo el mundo, lo cual supone otro éxito en la larga y exitosa carrera de la barranquillera, de 44 años, el doble que Clara, sí, pero valiendo la cantante por dos de 22, tal y como apunta la letra de esta canción en el minuto 2:22. Por pasmosas casualidades de la vida, Shakira y Piqué nacieron el mismo día, 2 de febrero, 2/2, solo que con 10 años de diferencia. Las alusiones son múltiples y la numerología se llena de vísceras. Shakira incluso se atreve a citar textualmente su deuda con Hacienda. Las mujeres ya no lloran, las mujeres facturan, pero algunas no declaran en España. Defraudar 14,5 millones de euros al fisco no es, como señalaría Rajoy, una cosa menor, pero Shakira, envalentonada, prefiere ir a juicio y enfrentarse a una petición de cárcel de ocho años y medio antes que pactar y declararse culpable. De fondo, la silueta de aquella inspectora de Hacienda que analizó las fotos de Shakira en las redes, sus conciertos y las noticias sobre ella para aportar el número exacto de días que la cantante pasó en nuestro país.
Toda la letra es un potosí de referencias que provocan en su primera escucha sentimientos extraños como pudor, vergüenza ajena y asombro. La música no es nada del otro mundo. Su hacedor es también el responsable de que un adolescente no piense en el Siglo de Oro cuando se le habla de Quevedo. Bizarrap, el productor que todo lo convierte en vil metal, tiene la costumbre de no poner título a las canciones. Esta se llama 'BZRP Music Session #53', ese el título de este golpe en la mesa que es al mismo tiempo un golpe de narcisismo, acaso no exento de toxicidad, escarnio público, la bilis que emana de la rabia de haberse sentido estafada, pero con trazos de cosificación a la hora de comparar a las parejas con relojes o con coches, y al amor con una batalla entre pretendientes. Puestos a criticar, hay quien le achaca el hecho de que tengan hijos juntos, pero ser madre o padre no te exime de tu responsabilidad como artista, ni mucho menos de tu condición humana. Nada ayuda a adivinar la mejor manera que tiene una para afrontar las consecuencias del amor, que se saque el dolor como pueda, y que le salga rentable.
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