Santana Claros brilla a un buen nivel en su alternativa

'Samurai' era el nombre del toro de la alternativa, uno de los dos únicos ejemplares aprovechables del encierro de Juan Pedro Domecq. Con un ramillete de buenas verónicas, donde sobresalieron dos muy templadas por el pitón izquierdo, rematadas con dos medias recibió Santana Claros a su oponente. Tras la ceremonia de alternativa, el toricantano brindó a su familia una faena que, tras unos pases suaves por alto para sacar al burel a los medios, comenzó con la mano izquierda, con la que lograría los mejores pasajes de un trasteo donde hubo buena colocación, firmeza, estética y la cabeza muy bien amueblada. Mató de una estocada casi entera y el público le premió con una merecida oreja.

En el sexto, Antonio Santana Claros volvió a dejar constancia de que es un excelente capotero con otra ramillete de verónicas muy templadas, ganando terreno y con la barbilla metida en el pecho. Fue 'Nobiliario' un toro nada noble que en los primeros tercios estuvo muy suelto. El torero de Fuengirola brindó al público una faena iniciada en los medios donde a base de firmeza y entrega logró arrancarle algunos muletazos sueltos por el pitón derecho, el más potable y donde sobresalieron algunos derechazos de buena factura, al burel hasta que este terminó huyendo hacia las tablas. Mató de una estocada perpendicular y dio una vuelta al ruedo tras una petición minoritaria. Ahora tras el triunfo, llega la siguiente fase de la carrera del nuevo torero malagueño con el reto de lograr contratos que le permitan expresar su buen concepto torero.

La última imagen que Morante dejó en la Malagueta fue hace un año cuando tuvo un gesto provocador al llevarse la mano a la oreja cuando el público le abroncaba. Un hecho que vino a unirse a la relación tormentosa que el diestro sevillano tiene con Málaga en los últimos años y que, como una moneda, tiene dos caras. Si en 2022 salió cruz, ayer salió cara.

A Morante siempre se le espera porque es un torero genial y este martes lo demostró en el ruedo. Fue en el cuarto, al que recibió con unas verónicas templadas, meciendo el capote con garbo y rematadas con una revolera. Tras el paso por el caballo, Juan Ortega entró a su preceptivo quite y dejó unas chicuelinas primorosas que, a la postre, serían lo mejor que pudo realizar en toda la tarde. Morante no replicó al quite para reservar las embestidas de 'Juicioso' para la muleta sabedor de que podía haber lucimiento. Y así fue. El inicio de faena es de los que no se olvida. Sentado en el estribo, a la altura del tendido 3, el diestro sevillano dibujó unos ayudados por alto magistrales y con garbo y una buena tanda rematada con un molinete. Un comienzo arrebatador que puso al público en pie mientras al albero cayeron un par de sombreros. La expectación en esos momentos subió varios grados y Morante no defraudó con buenas tandas por ambas pitones con ese toreo de arte y pinturero que le caracteriza, los primorosos remates y los pases de pecho de pitón a rabo. La obra estaba hecha y sólo faltaba ratificarla para descerrajar la doble hoja de la puerta grande 'Manolo Segura'. Sin embargo, el gozo no fue completo ya que dos pinchazos, una estocada casi entera y un descabello dejaron el premio en una vuelta. Y además, la afición de Málaga se congració, un año después, con un torero único e irrepetible.

Ante su primero, nada pudo hacer Morante. Fue un toro tardo en la embestida, que perdía las manos y, sobre todo, que calamocheaba. El diestro lo intentó por ambos pitones pero en ese pozo no había ni una gota de bravura. Mató de una estocada casi entera perpendicular.

Con la vitola de su gran triunfo en la Corrida Picassiana del pasado 8 de abril y el recuerdo de su gran faena al quinto toro de aquella tarde, volvió a Málaga Juan Ortega con el objetivo de brindar una buena actuación. Pero no pudo ser porque no tuvo material idóneo para desplegar este toreo de arte ya que le tocó el peor lote, con dos animales a 'contraestilo'.

Su primer oponente era hijo de 'Jaraiz', el toro indultado por Enrique Ponce en 2018 en Málaga, pero por lo visto en el ruedo no heredó ninguna de las buenas cualidades de su padre. Fue un burel que desde el inicio no se entregó y estuvo en todo momento a la defensiva. Mató de pinchazo y estocada.

Peor aún fue el quinto, un toro que se acostaba por ambos pitones, pegajoso y sin embestida. Juan Ortega no pudo hacer nada con él. Mató de un pinchazo, media y dos descabellos.

FICHA DEL FESTEJO

Lugar: Plaza de toros de La Malagueta.

Ganadería: Se lidiaron seis toros de Juan Pedro Domecq, de desigual presentación y juego. El primero, bravo y el cuarto fueron los mejores; el resto mansos y descastados, especialmente el complicado quinto. Segundo, tercero y quinto, pitados en el arrastre.

Toreros: Morante de la Puebla (grana y oro): palmas y vuelta tras aviso; Juan Ortega (visón y azabache): silencio y silencio; y Antonio Santana Claros (nazareno y oro): oreja y vuelta tras petición minoritaria.

Incidencias: Quinta de abono. Tarde calurosa y con mucha humedad. Presidió Carlos Bueno. Se desmonteró el banderillero malagueño Juan José Trujillo tras parear al segundo del festejo. Al finalizar el paseíllo sonó el Himno Nacional.