Sangría veraniega en el palacio

La decisión de la Junta de Andalucía de cerrar a las tres de la tarde las puertas de todos los museos que gestiona en la región (salvo el Museo de Almería) entre el 16 de junio y el 15 de septiembre; es decir, en plena temporada alta turística, pasa una notable factura al balance de visitantes del Museo de Málaga, que ahora celebra su primer aniversario.

A la luz de las estadísticas de la Consejería de Cultura, entre junio y septiembre, la afluencia al centro cayó casi a la mitad (un 49,45%) respecto al cuatrimestre anterior (entre febrero y mayo). En este sentido, ni siquiera el ‘efecto llamada’ posterior a la inauguración del museo sirve para explicar ese desfase, ya que el aluvión inicial de visitantes se concentró en diciembre y enero, tal y como muestran las mismas estadísticas del Ejecutivo regional.

El análisis de esos datos desvela que entre mayo y junio (mes en el que comienza el cierre vespertino) el número de visitantes cayó un 31% y que la bajada más pronunciada se observa al comparar mayo y julio, cuando perdió más de un tercio de afluencia (un 35,24%). La llegada de usuarios se animó un poco en agosto y remontó algo más en septiembre. Tal es la mella que ha hecho el horario de verano, que septiembre (con la apertura por la tarde a partir del día 16) ofrece un mayor número de asistentes (un 10,78%) que agosto, mes vacacional por excelencia.

La comparación de la Aduana con los principales museos de la ciudad tampoco es demasiado favorecedora en relación a sus datos de visitantes durante el pasado verano. Entre los equipamientos expositivos más relevantes de la capital, el Museo de Málaga y el CAC Málaga son los únicos que ofrecen la entrada gratuita (el primero cobra 1,5 euros a los usuarios no comunitarios, residuales en su cómputo general). En el balance veraniego, el CAC lidera la tabla, mientras la Aduana figura en quinto lugar, por detrás del Centre Pompidou, la Casa Natal de Picasso y el Museo Carmen Thyssen, todos ellos con entrada de pago.

También hay que pasar por taquilla en el Museo Ruso y el Revello de Toro, que figuran por detrás del Museo de Málaga.