En cada rodaje hay una película paralela que el espectador no verá. Nunca llegará a las pantallas, pero en esta historia también hay un trabajo específico de producción, el movimiento de los protagonistas está absolutamente coordinado y nada se deja a la improvisación. La industria audiovisual se blinda ante la pandemia con un protocolo exhaustivo de seguridad inédito en otros ámbitos. Las productoras invierten miles de euros en equipos de protección individual, en pruebas serológicas y PCR, en personal especializado y en el diseño de acciones concretas para salvaguardar a los trabajadores. Saben que un positivo en plena grabación saldría mucho más caro y no están dispuestas a que el coronavirus paralice el sector. Tras el frenazo en seco del estado de alarma, Málaga fue de los primeros lugares de España en los que se gritó, tras la mascarilla, «¡acción!».
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«Y lloré cuando lo dije. Tenía tanto acumulado....», confiesa Macarena Astorga, directora de 'La casa del caracol', protagonizada por Javier Rey y Paz Vega. La cineasta malagueña había dejado toda su vida por esta película. Se pidió una excedencia después de 20 años como profesora de instituto para rodar su primer largo. El 13 de marzo fue su último día de clase. El 15 de marzo empezó el confinamiento. «Mi vida se quedó pendiente de un hilo», admite. Dedicó ese tiempo extra a seguir trabajando en la película, con la «ansiedad y el estrés» de no saber si el proyecto seguiría adelante. Pero cuando la desescalada se acercaba, los productores apostaron por echarle un pulso al virus y poner en marcha un protocolo desconocido hasta la fecha fruto de muchas conversaciones con la Academia de Cine, el ICAA y Sanidad.
«Inventamos la rueda», explica gráficamente María Luisa Gutiérrez, socia ejecutiva de Bowfinger International Pictures y productora de 'La casa del caracol'. Junto con la dirección médica del Hospital El Ángel diseñaron un plan que después han compartido con otras productoras.
Para empezar, construyeron su propio «arca de Noé» en la fase de preproducción: el equipo de fuera de Málaga se aisló en un chalet transformado en residencia y oficina. Con el inicio del rodaje llegaron los test serológicos cada quince días. Se contrató personal encargado específicamente de velar por las medidas de seguridad: cada cinco días se cambiaban las mascarillas FFP2, el set se desinfectaba antes y después de cada toma y se tomaba la temperatura. Quien daba más de 37 esperaba en una 'sala Covid' a una nueva medición: era agosto en la serranía de Málaga. Las fuentes de agua se reemplazaron por botellas individuales y cada uno tenía su propia bandeja de cátering.
Dentro del rodaje se crearon círculos de acceso. No todo el mundo podía estar en el lugar de los actores, el material humano más sensible y el único que no lleva mascarilla durante la grabación. El positivo de un técnico obligaría a poner en cuarentena a una parte del equipo, pero si el contagio se produce entre los actores, la filmación se paralizaría. «Y eso sí que puede hacer inviable a nivel económico una película», cuenta Gutiérrez. Los 15 días de freno obligado por la Covid se traducirían en meses de aplazamiento hasta que las fechas de los actores coincidieran de nuevo. «Eso no hay productora que lo soporte y el seguro cinematográfico no lo cubre», se queja Gutiérrez.
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Las seis semanas de rodaje de 'La casa del caracol' se saldaron con cero positivos y 70.000 euros invertidos en medidas anti-Covid. «La gente ha sumado las ganas que teníamos de volver a rodar y de que el cine se reactivara y ha ayudado a hacer las cosas bien», se felicita Astorga.
Porque «por mucha seguridad que proveamos en el lugar de trabajo, el peligro de contagiarse está en la vida privada», apunta Peter Welter Soler, productor ejecutivo de la malagueña Fresco Film. En una semana afronta una superproducción internacional americana, la primera que se rueda en España en tiempos de pandemia. Y eso ya son palabras mayores. Aquí los «grupos burbuja» se multiplican «por diez» para que, si se detecta un positivo, se controle rápidamente a su entorno. Dependiendo del lugar de cada uno en el rodaje, se someten a pruebas PCR semanales o incluso diarias para los que están más próximos a los actores. Cada grupo se identifica con un color y se evita al máximo que se crucen entre ellos con horarios distintos de actuación en el set.
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Diez expertos forman el equipo anti-covid de este largometraje de Hollywood con el único cometido de proporcionar seguridad a los trabajadores. Una enorme apuesta humana y económica. «Pero en este caso el gasto es lo de menos», confirma Peter Welter Soler.
Rodarán entre Alicante, Barcelona y Gerona. Fresco Film llegará desde Almería, donde está terminando el rodaje del western alemán para público infantil 'Young Winnetou' ('Der Junge Häuptling Winnetou'). Han sido ocho semanas, con un equipo de unas 150 personas «y ni un solo caso», aplaude. Para eso, insiste, ha sido esencial «el sentido común» de todos. «Hay que ser solidario con los compañeros y con uno mismo y restringir los contactos sociales al mínimo», señala.
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De eso saben bien tres actores malagueños en pleno rodaje en Madrid. «Responsabilidad» es la palabra que más repiten Salva Reina, Mona Martínez y Miguel Ángel Martín, prácticamente «autoconfinados» desde mucho antes de que la Comunidad cerrara algunos barrios. El trío malagueño forma parte del elenco de 'Deudas', la comedia de Atresmedia protagonizada por Carmen Maura.
«Y el único sitio en el que me encuentro segura es en el rodaje», garantiza Mona Martínez, que ya comenzó la desescalada audiovisual con la serie 'Veneno'. «Mi madre sufre mucho cuando me vengo a Madrid, pero yo le digo que aquí es donde más seguro estoy», corrobora Miguel Ángel Martín, que salta con esta serie a la pantalla tras convertirse en uno de los rostros más amables del estado de alarma con su taza y su 'Diario de confinamiento'. «Hay dos personas que salen de otra manera de esto: Fernando Simón y yo», bromea el malagueño ante la inesperada popularidad que le dieron sus monólogos en pijama.
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Salva Reina cuenta que acaba de grabar una secuencia donde hay un desmayo, con el cámara y el técnico de sonido a un palmo de los actores. No puede haber distancia de seguridad y por eso «se extreman las precauciones». Todos los técnicos van con protección, incluso doble (con gafas) cuando se acercan a los actores.
«Pensaba que iba a ser más difícil, pero el equipo se ha encargado de hacerlo fácil», asegura Martín. El actor se sorprende de la capacidad del ser humano para acostumbrarse a lo nuevo. Explica que comen en un espacio acondicionado con pantallas de metacrilato para poder quitarse las mascarillas. «Y hoy me he dado cuenta de que había gente a la que no le había visto la cara nunca, pero lo había normalizado. Esto me horroriza en realidad», confiesa.
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Mona Martínez reconoce que el mayor «estrés» lo produce la espera de los resultados. Incluso teniendo anticuerpos como ella, que pasó el coronavirus en las primeras semanas de pandemia. «Sientes la presión de fallar, de poner en peligro a todos los compañeros», asegura. Ahora bien, admite que nada comparado con la tensión que asume el equipo de producción, «esa gente ha pasado noches sin dormir cada vez que ha habido alguna sospecha». Cada semana, el director de producción les manda un email para mantenerles informados de la situación. En lo que llevan de rodaje, se han usado 20.000 mascarillas, que se renuevan dos veces a la semana. «Han invertido mucha pasta».
«Si uno de nosotros da, estamos en terreno pantanoso porque habría que parar el rodaje. Tenemos que cuidarnos porque somos nuestra propia herramienta de trabajo», analiza Martín, que compagina 'Deudas' con su nueva faceta de monologuista por diferentes escenarios. Teatros que, como reivindica, son espacios seguros. Reconoce que tiene cierta tendencia a «tomarse la vida con un poco de cachondeo», pero nunca hasta ahora había explotado el papel de humorista. «Me queda un pelín grande», apostilla.
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En octubre, «Covid mediante», finalizará la grabación de esta comedia coral de Antena 3 «fresca, divertida y gamberra», en palabras de Reina, donde dos familias se enfrentan. Carmen Maura es la matriarca en la ficción y en el rodaje. «Es muy atenta y cariñosa, se preocupa mucho por cómo estás y por conocerte. Solo me pregunta qué dice mi madre de todo esto», ríe Miguel Ángel Martín. Salva Reina es su hijo en la pantalla, «una pasada».
Pendiente del estreno de la película 'Con quién viajas', la ópera prima de Martín Cuervo, Salva Reina tiene varios proyectos de ficción en cartera cuando acabe 'Deudas'. «La industria tiene que seguir. Si queremos volver a la normalidad tenemos que acostumbrarnos y hay que convivir con esto hasta que haya solución. No hay que preocuparse pero sí ocuparse, no tener miedo y seguir viviendo. Si no, no nos va a matar el bicho pero sí la pena«, concluye.
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Además, la industria se postula para contrarrestar la nefasta temporada turística en el país, «y hacerlo de forma sostenible». Como apunta Peter Welter Soler, cada rodaje mueve a cientos de personas impulsando la economía local. Sobre todo, los internacionales. Si se aprovechan las oportunidades «y se mejoran las condiciones de los incentivos fiscales», ni la pandemia impedirá que este sea un buen año audiovisual.
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