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La nube doble

Que el ritmo no pare

Lunes, 24 de marzo 2025, 01:00

Málaga, marzo de 1998. En la primera edición del Festival de Málaga una película ganó, como 'Sorda', el primer premio y el del público. Fue ' ... La primera noche de mi vida'. Pero a nadie se le ocurrió entonces traer un capítulo de 'A las once en casa' o de 'Periodistas' para clausurar el evento. Ni por asomo. Eran tiempos iniciáticos de cinefilia analógica, de mucha comedia y juventudes, ah, y hasta donde podíamos aplaudir a Fernán-Gómez. Ahora todo ha cambiado. Y por eso, aparte de los múltiples premiados, la gala de clausura de este año ha sido la de 'Mariliendre', serie de Atresmedia estrenada aquí un mes antes de su pase en plataforma. Imagino que en San Sebastián esto lo hubieran hecho en Anoeta, pero a falta de La Rosaleda ampliada, la serie fue aclamada en el Cervantes, en la alfombra roja y en las redes sociales. El gran aplauso fue a mayor gloria de Martin Urrutia (OT2024) y de sus productores 'Los Javi' (Ambrossi & Calvo), que además de organizar las fiestas más envidadas de la pijería ultra-pop, no paran de producir, por sí mismos o en franquicia. Ahora suman a otro Javier, Ferreiro, como director de una comedia musical que, sí, vuelve algo a los fueros de la frescura de 'Paquita Salas', aunque no del todo, porque también le añaden un poco de 'drama-queen'. 'Mariliendre', título homenaje a los miles de féminas soporte psicológico de todos los gais que en el mundo ha habido y habrá, está facturada y dirigida claramente a la comunidad LGTBQ+ (así, con todas las siglas). De ahí que beba de canciones himno como 'Dime' de Beth o hasta del 'Amén' de las Azúcar Moreno. Y como ambos creadores dijeron en la 'autorrueda' de prensa del estreno (Méndez-DeLeite dixit), esta serie vive de la nostalgia del Chueca de los primeros dos mil. No sé yo si tanta nostalgia anticipada nos anuncia males húngaros mayores por venir, ay, o solo tira de fácil reclamo comercial. Pero si Aitana a sus 25 años tiene documental biográfico, a lo mejor no es descabellado hacer ya un repaso proustiano a las primeras noches de muchas vidas, aunque fueran de anteayer.

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