«Llueva o haga frío», a Beatriz Martínez no le mueve nadie de la primera fila. Apoyada en la valla que separa al público de las 'celebrities', cuenta que a sus 74 años lleva dos horas esperando (y le quedaban otras dos por delante) ... para ver a su paisano. Y no era Antonio Banderas. Ella hablaba de «¡Pedroooooooo!». El grito a lo Penélope Cruz para llamar la atención de Almodóvar se convirtió en lo más sonado y divertido de una alfombra roja que se hizo rogar en una noche de frío intenso en Málaga. El manchego era el más esperado por todos, los aplausos a su paso lo corroboraron, y por eso su paseíllo desde el hotel Room Mate Valeria hasta el Teatro del Soho Caixabank fue el último antes de que el espectáculo saltara de la calle al interior del escenario.
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Pasadas las tres de la tarde se cortaba la calle Córdoba al tráfico y la tranquilidad habitual del Soho a esas horas empezaba a alterarse con un goteo constante de público que ocupaba los 300 metros de alfombra roja. Atraído por la afluencia de cientos de personas, Cristóbal trasladó hasta allí su puesto de «Almendras de Málaga a 1 euro» que normalmente instala en el parque, para ver si entre famoso y famoso vendía algún cartucho. «Poca cosa», decía resignado al acabar el evento. «Pero al menos me he podido subir al taburete para ver a Almodóvar», reconocía con una media sonrisa.
Hasta los turistas extranjeros que se toparon por casualidad con todo el jaleo –y fueron muchos– aguardaban «con curiosidad» la salida del director manchego. Sus 'chicas', Loles León y Rossy de Palma, también triunfaron en la pasarela elevando los decibelios de los fans, que aguantaron estoicamente el frío y el viento que apretaba con fuerza anoche. «¡Estad tranquilos que ya viene el Cautivo!», bromeaba el monologuista malagueño Tomás García para levantar los ánimos.
Casi una hora se retrasó el desfile. Unos hacían tiempo con sus niños en el parque infantil de Muelle Heredia (más vacío de lo habitual), otros pasaban el rato haciéndose 'selfies' y algunos como Juan Ortiz aprovechaban el impass para pasear a la nieta bordeando la alfombra mientras el resto de la familia guardaba sitio en primera fila. «Esto no se ve todos los días», decía. Los más listos –y previsores– reservaron las mesas junto a la cristalera del restaurante GK para ver el desfile con calma y un café en la mano. Desde el interior del restaurante, además, se podía seguir en las televisiones la señal en directo de lo que pasaba frente al teatro. «Hoy hay que aprovechar, que con tantas horas la gente aquí de pie luego les entrará hambre o querrán tomarse un cafelito para entrar en calor», auguraban en otro bar de la zona.
Porque lo que se montó ayer en el Soho era «digno de ver», apuntaba Maribel García, que había memorizado la larga lista de invitados anunciados por el teatro. «Y como no venga alguno, le pongo falta», apostilló. Tuvo que hacerlo. El gran ausente de la noche fue Pablo Alborán, que había movilizado a muchos fans. Entre ellos, la pequeña Nicole, de 12 años, que con su rotulador preparado para que el cantante malagueño le firmara su último disco.
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En cualquier caso, fueron muchas las presencias que dieron lustre a la alfombra roja, donde se revivieron momentos clásicos del Festival de Málaga. «¡Guapo!», gritaba una chica. «¿Ese quién es?», le preguntaron. «¡No sé pero tú hazle una foto!». Por si acaso... Había piropos para todos. Desde el «qué guapa va ella siempre» que le dedicaron a Paloma Cuevas (del brazo de Enrique Ponce) y a Paula Echevarría (con Miguel Torres); hasta los «¡ole tú!» que se escucharon al paso de Diana Navarro. «Son experiencias que solo se viven una vez», decía emocionado Sergio Garrido, de 16 años, tras conseguir una foto con su admirado Félix Gómez.
Los tradicionales «¡guapo!» a toda potencia se mezclaban con la exaltación 'malaguita' de invitados y espectadores. Con un sonoro «¡Hola Málaga!» comenzaba Miriam Díaz Aroca su recorrido por la pasarela. Y «¡viva Málaga!» exclamaban desde el público con cada paisano que cruzaba la alfombra. Fran Perea, Zenet, Pasión Vega, Carlos Álvarez, Manolo Sarria...
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«Es emocionante ver a todos estos famosos aquí. Hay que agradecer que Banderas haga tanto por su tierra», aseguraba Margarita Bermúdez. «Somos afortunados de que haya gente como él que nos hace salir de la normalidad», aplaudía Ricardo González. «¡La que ha montado es grande!», le reconocía Gustavo Díaz. «Ya solo le queda presentarse a alcalde de Málaga», proponía Maribel García. Ahora falta que todos los que ayer abarrotaban el Soho llenen también a partir de hoy sus nuevas butacas.
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