Goya 2021: El año más difícil del cine español

«Lo llevan matando mucho tiempo, desde que apareció la televisión, y aunque ha sido un año muy complicado y parece que han pasado diez, nosotros hemos estrenado 'Las niñas' en cines, tal y como se había pensado en un principio, y el resultado ha sido positivo», señala la actriz Natalia de Molina, que subraya la «valentía» de los productores y distribuidores de esta ópera prima de Pilar Palomero que supieron aprovechar el gran escaparate que marcó la recuperación de los grandes eventos culturales en el país, el aplazado Festival de Málaga del pasado agosto, donde el filme se hizo con la Biznaga de Oro. Un éxito con el que se presentó en la cartelera –hizo cerca del medio millón de euros en taquilla– y, finalmente, sus nueve nominaciones a los Goya que la sitúan como favorita para muchos –las casas de apuestas, entre ellas–, incluso por delante de 'Adú', que dio la sorpresa con sus 13 candidaturas.

«A ver si en los Goya nos cae algo, pero sobre todo me gustaría que le fuese bien a Pilar y la película», confesa De Molina que aspira a su tercer premio de la Academia. Lo que llama la «triada perfecta», aunque no quiere hacerse ilusiones pese a que este galardón le quiere. «La verdad es que para no tener una carrera muy larga –acaba de cumplir 30 años– no es normal lo que me ha pasado y tener ya dos Goya», admite la actriz jienense, formada en la ESAD de Málaga y cuya familia reside en la provincia. «Me hubiera encantado estar en el Teatro del Soho y celebrarlo como antes», admite Natalia de Molina que reconoce haber aprendido de la incertidumbre actual y prefiere adaptarse a las circunstancias. «Intentaré disfrutar, porque van a ser unos Goya históricos y nos vamos a acordar de ellos toda la vida», zanja la intérprete que ha tenido trabajo este feo año, como el rodaje de 'Contando ovejas', aunque también ha vivido atrasos, como una cinta que iba a filmar ahora y se ha pospuesto a septiembre, cuando el panorama con la vacuna de la covid-19 apunta a una mayor estabilidad.

De test diarios, mascarillas, distancia de seguridad y rodajes burbuja sabe mucho María Luisa Gutiérrez, presidenta de la Asociación Estatal de Cine, la principal unión de productores de España, y una de las primeras que se lanzó a grabar tras la desescalada el pasado verano con el debut de Macarena Astorga, 'La casa del caracol', rodada en la provincia. «Nos estamos jugando mucho en cada rodaje, porque los seguros no cubren la suspensión de una película por la covid, por lo que la realidad es que muchos proyectos se han retrasado a primavera y verano», expone la también productora de la cinta de Santiago Segura 'Padre no hay más que uno 2', que confesa que el año pasado pasó «más de una noche sin dormir». Por rodajes como el que hizo en Málaga y por el riesgo de estrenar el filme de Segura cuando las salas estaban medio vacías.

«Sabíamos que nuestra película podía funcionar y, ante la ausencia de filmes americanos, teníamos una responsabilidad hacia los cines, pero tomamos la decisión sabiendo que nos podíamos estrellar, aunque por fortuna la gente respondió y demostró que el cine no estaba muerto», cuenta con alivio María Luisa Gutiérrez, que pide que las instituciones que ayudan al cine no se olviden de que en el peor año para el sector «fueron las pequeñas productoras independientes, las pymes españolas, las que salvaron las salas en la pandemia». Los que lo han ignorado han sido los académicos ya que, paradójicamente, el gran éxito de 2020 ha logrado cero nominaciones a los Goya. La productora lo asume con deportividad –ya le pasó con la saga 'Torrente'–, aunque admite que «personalmente me da pena porque es una comedia cuidada y Santiago sabe manejar muy bien los tiempos».

Los que no se olvidan son los exhibidores. «'Padre no hay...' no solo nos salvó el verano, sino el año», reconoce Borja de Benito, director de Comunicación de la Federación de Entidades de Empresarios de Cine de España, que no oculta que también se han sentido abandonados por el cine de Hollywood. «La realidad es que llegó un momento en el que nos quedamos sin mercado americano, pero por contra tuvimos el apoyo de la producción europea y española», agradecen los exhibidores, que no se atreven a poner fecha a la vuelta a la normalidad, por lo que piden una «excepción cultural» con los horarios, ya que en Málaga y Andalucía las salas llevan ya más de un mes cerradas.

«Hay una disparidad tremenda entre las autonomías y, mientras en Madrid y Barcelona han tratado el cine y la cultura como si fuera una actividad esencial y pueden abrir hasta las diez, en Andalucía el límite de la seis de la tarde no hace viable su apertura», señala De Benito que destaca que la exhibición, además de una actividad segura y sin contagios, ha desempeñado una «función social» ya que el público no ha dejado de acudir al patio de butacas. Por ello, los exhibidores están convencidos de que, en cuanto se normalice la vacuna, «el público volverá a la playa, a irse de viaje y al cine, porque lo está deseando». No obstante, tras perder en 2020 al 72% de sus espectadores, ese regreso será progresivo y la previsión es que no se estabilizará hasta dentro de un año o año y medio.

Los espectadores se han quedado en casa en este último año y las grandes beneficiadas han sido las plataformas de 'streaming'. Por ello, Antonio Hens, presidente de los productores malagueños agrupados en Procinema, pone sobre la mesa que una de las regulaciones pendientes afecta precisamente a estas operadoras. «Al igual que las televisiones deben reinvertir en rodajes en España el 6% de sus ingresos de explotación», expresa el director y productor, cuya opinión es compartida por buena parte de la industria y la sociedad que ve como estas empresas obtienen muchos ingresos y ni siquiera pagan impuestos en nuestro país.

Ganador del Goya por 'Azul y no tan rosa', Hens confiesa que la nominación del director José Antonio Hergueta por 'Paraíso en llamas' es un gran paso para la visibilización de la producción con denominación de origen malagueña, ya que, junto a la comedia 'El inconveniente', es el «estandarte del cine andaluz en los Goya». Y una llamada de atención para unas producciones que consiguen un gran resultado, pese a que nuestra comunidad autónoma es una de las que dedica menos inversión a la gran pantalla. «El cine andaluz es un enfermo terminal con una salud de hierro», sentencia el productor. Una frase que también se le puede aplicar al cine español en su año más difícil.