Foto de familia de todos los premiados, tras finalizar la gala. jorge zapata. efe

Goya 2023: más luces que sombras

La Academia y los presentadores Antonio de la Torre y Clara Lago salvan una gala sin estridencias que supo reponerse a la muerte de Carlos Saura

Domingo, 12 de febrero 2023, 20:05

Solo había que ver las caras de alivio tras la gala de Sevilla para comprobar que la Academia había contenido la respiración ante la incertidumbre provocada por la muerte de Carlos Saura a un día de recibir el Goya de Honor que, finalmente, llegó a ... título póstumo y tarde. La pérdida del último de los grandes autores de nuestro cine alteró la gala, pero paradójicamente actuó como bálsamo de una noche que se conjuró para que (casi) todo saliera razonablemente bien en la noche en la que el protagonista tenía que ser para el homenaje al desaparecido maestro. Amén de la ganadora, 'As bestas', de Rodrigo Sorogoyen con sus 9 premios Goya, 9. La ceremonia no pudo evitar alargarse –se fue a casi tres horas y media–, pero no hubo discursos insoportables como en la edición anterior. Los presentadores, Clara Lago y Antonio de la Torre, estuvieron en su punto justo y el tributo a Saura fue emocionante y cómplice sin caer en la lágrima. Fue una noche con más luces que sombras.

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De los que respiró a gusto al terminar fue el presidente de la Academia de Cine, Fernando Méndez Leite, que se enfrentaba a sus primeros y mediáticos Goya. Y a su primer discurso. Se movió con soltura ante la cámara el veterano cineasta, no estuvo llorón al hablar del sector audiovisual, subrayó que en el mundo del cine hay toda clase de tendencias e ideologías, y resultó didáctico, ameno y conciliador. Aunque tuvo un clamoroso olvido. Nombró al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez; al ministro de Cultural, Miquel Iceta; al alcalde de Sevilla, Antonio Muñoz, y hasta descendió al nivel de la directora general del ICAA, pero pasó por alto a la máxima autoridad andaluza, el presidente de la Junta, Juanma Moreno Bonilla, que inexplicablemente fue invisible pese a las reglas de protocolo y la cortesía. Clamoroso descuido que tampoco enmendó el guión de la gala.

El responsable de la Academia, Fernando Ménez Leite, se mostró conciliador, pero olvidó saludar al presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno Bonilla

Y mira que esta edición habían tenido cuidado con los discursos y se notó que los ganadores venían entrenados por la Academia para que no se pasaran como en la insoportable edición anterior de Valencia. Los premiados estuvieron cada uno en su punto de ebullición por el subidón de ganar, pero en hora. Eso no evitó que la gala de tres horas se fuera más de veinte minutos, aunque este año la justificación estuvo en ese arranque por Saura que tuvo el tono adecuado y, probablemente, necesario. El problema es que los Goya necesitan una enmienda a la totalidad. Treinta premios son una barbaridad, a lo que se unen las cinco actuaciones que también se antojan excesivas por más que algunas fueran formidables como el homenaje a la Faraona y la rabiosa versión de Israel Fernández y el malagueño Pablo López de 'Alegría de vivir'. Esto es predicar en el desierto, pero en esta gala menos es más. Y ahí está la intachable gala pandémica que organizó Antonio Banderas en el Teatro del Soho en 2021 que no solo fue una de las más breves que se recuerdan, sino de las más brillantes, entretenidas y unánimemente aplaudidas.

La gala, en cifras

Después están los números, que este año mejoró un poco el registro de la edición anterior. Así, un total de 2,6 millones de espectadores siguieron de media el sábado la gala de los Premios Goya por La 1 de TVE, lo que supuso un 23,4% de cuota de pantalla, cinco décimas más que en 2022 (22,9%). Y con esta excusa, pues vuelta al mismo modelo el año que viene.

En lo cinematográfico, el triunfo de 'As bestas' era lo previsto. La cinta estrenada en el pasado Festival de Cannes le dio a Sorogoyen nueve galardones, entre los que no faltó ese Goya a la mejor película que se le escapó precisamente en Sevilla hace cuatro años cuando 'Campeones' le arrebató por sorpresa el premio gordo después de haber recibido el de mejor director por 'El reino'. Lo que no tiene un pase es el descalabro de la excelente, emotiva y crítica 'Alcarrás', la cinta de Carla Simón que parte de una premisa muy parecida a 'As bestas' sobre la reivindicación de la vida en el campo, aunque con relatos y puestas en escena dispares. Que la histórica ganadora del último Oso de Oro en el Festival de Berlín no se llevara ni un Goya es para hacérselo mirar. Ni uno. Mejor resultado tuvo la ganadora de la Biznaga de Oro en el Festival de Málaga, 'Cinco lobitos', la deliciosa historia familiar y maternal de Alauda Ruiz de Azúa, que cargó con tres Goya de los que pesan, entre ellos mejor ópera prima.

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Como en todas las ediciones, las reivindicaciones no faltaron en la gala. Por la sostenibilidad, por la defensa de la Sanidad Pública, por los cuerpos no normativos o por «los cortos son cine». Y, lógicamente, provocaron el habitual ruido posterior, pero nada que ver con aquella edición del 'No a la guerra' de la que precisamente se cumplían dos décadas en este año. De hecho, en la gala no faltó una proclama contra el horror por boca de Antonio de la Torre, pero esta vez el 'No a la guerra' en Ucrania gozaba de un consenso unánime.

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