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Nadie se lo esperaba. Entre otras cosas porque hacía dos semanas que el propio presidente de la Academia de Cine, Mariano Barroso, había dicho que a la ceremonia del próximo 6 de marzo en el Teatro del Soho Caixabank solo iban a acudir ... los nominados y los anunciadores de los premios. Pero como avisó el responsable de la institución esta misma semana, la situación por la pandemia es tan inestable que todo de lo que se habla es «a día de hoy». De las pocas certezas que hay sobre los Goya es que se van a celebrar el 6 de marzo y que va a ser una ceremonia «híbrida» con los presentadores, María Casado y Antonio Banderas en Málaga, y los nominados en sus respectivas casas. Muchos de los periodistas que escucharon en directo el anuncio de los organizadores hace unos días –aquí uno de ellos– no salían de su asombro y preguntaron cómo se podía hacer eso y mantener la gala como un espectáculo televisivo. Pero lo cierto es que Banderas tenía en la cabeza un claro precedente con esos mismos condicionantes que salió bien: la entrega de los premios Emmys de la televisión norteamericana que se celebró el pasado mes de septiembre sin público y con los actores y técnicos en sus propios domicilios.
También existe otro precedente, los premios Platino Xcaret del cine iberoamericano del pasado verano, pero en aquella ocasión los que estaban en casa eran los tres presentadores de la ceremonia y no se ofrecieron conexiones con los nominados, sino que simplemente se proclamaron los ganadores. Todo muy frío. En la línea de los Emmy, la gala del cine europeo también se realizó de forma virtual el pasado diciembre, pero sin la brillantez del formato norteamericano.
De los dos modelos, los Goya que quiere celebrar Antonio Banderas se parece al de los Emmy, ya que quiere que los aspirantes a premios se conecten desde sus casas en directo y que el ganador dé su habitual discursito. Un formato que preserva la seguridad y protección por encima del espectáculo en plena tercera ola de la pandemia. La cuestión sería acercarse a la brillantez escénica de los galardones de la Academia de la Televisión norteamericana, donde no faltó ni el 'glamour'.
ANTONIO BANDERAS, CODIRECTOR DE LA GALA DE LOS GOYA
MARIANO BARROSO, PRESIDENTE DE LA ACADEMIA
La gran incógnita es cómo llevar el icónico galardón hasta la casa de los ganadores para que los reciban ante las cámaras. Se ha especulado incluso con una entrega tipo 'Glovo' con motoristas preparados para llevar los premios, pero el presidente de la Academia lo ve poco viable. «Tenemos 178 nominados y no podemos disponer de 178 estatuillas en 178 motos circulando por todo el mundo» para entregar solo las que ganen, asegura Barroso, que se ha comprometido a que «cada premiado tendrá su Goya, aunque no lo tendrá en el momento» del anuncio.
Por otro lado, el codirector y copresentador de la gala quiere mantener esa regla de oro de estos galardones y mantener el secreto total de los ganadores hasta el momento de apertura de los sobres de cada categoría. «Esto mantiene el suspense que forma parte de un protocolo que la Academia ha seguido durante 35 años y no queremos romperlo este año», sostiene Antonio Banderas que, si no se encuentra otra solución, aboga por acudir a la infografía y los efectos digitales para unir virtualmente el «icono» de la estatuilla con el ganador cuando éste dé el discurso de agradecimiento, una solución técnica que depende de TVE, encargada de la retransmisión .
Aunque tanto Barroso como Banderas parecen descartar la posibilidad de entregar físicamente el Goya en el momento del anuncio, los precedentes nos dicen que se puede hacer. De hecho, los pasados Emmy también dan algunas pistas con momentos como el que protagonizó Zendaya, que se rodeó de su familia para escuchar la ganadora del galardón a la actriz de drama de una serie. Competía con Olivia Colman ('The Crown') y Jodie Comer ('Killing Eve'), que no estaban conectadas, y con Jennifer Aniston ('The Morning Show'), Laura Linney ('Ozark') y Sandra Oh ('Killing Eve'), que también asistían desde sus casas.
Al final fue Zendaya la que se llevó el Emmy por 'Euphoria', un título que define a la perfección la que se montó a su alrededor, más aún cuando apareció la estatuilla de la mujer alada que representa estos premios. En este caso no hubo motorista ni nada parecido, sino que uno de los acompañantes hizo de custodio y entregador encubierto del premio, el cual fue sacado de su escondite tras anunciarse la ganadora. Una medida que también está al alcance de los Goya, que incluso podría promover este sistema de entrega si, como ha dicho Banderas, las productoras «habilitan» un espacio burbuja en sus oficinas para reunir a todos los nominados de sus respectivas películas. Algo que ya se hace para escuchar las nominaciones a los Goya, por lo que no sería de extrañar esta opción.
Así, las más nominadas, como 'Adú' (13 candidaturas), 'Las niñas' y 'Akelarre' (9), y 'La boda de Rosa' (8) podrían convocar a sus premiables en un mismo espacio bajo protocolos de seguridad, lo que reduciría el número de conexiones telemáticas y haría posible la entrega al ganador a través de una persona de cada equipo que colabore con la Academia.
Como en los Emmy presentados por Jimmy Kimmel en el Centro Staples de Los Ángeles, Banderas y Casado estarán en un vacío Teatro del Soho Caixabank, donde solo les acompañaran los entregadores de premios y los artistas que actúen en directo. Lo que es indudable es que será una ceremonia extraña y, sobre todo, inédita en la historia de los Goya.
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