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Una tenue luz violeta impregnaba el anillo superior del Martín Carpena destinado a albergar la fiesta posterior a la ceremonia de los Goya. Cuando pasó la marabunta inicial, a duras penas repartida entre los que querían salir del palacio de deportes y los que ansiaban ... tomarse allí la primera copa, una pregunta se hizo fuerte entre los asistentes al cóctel. ¿Dónde están los famosos? Muchos de ellos apenas hicieron protocolario acto de presencia en la celebración organizada por la Academia, ya que la mayoría se decantó por la fiesta que Paz Vega y su marido Orson Salazar suelen organizar después de los Goya.
La pareja se decantó por Palacio del Limonar y hasta allí se fueron, entre otros, la exmodelo Vanesa Lorenzo y su pareja el exfutbolista Carles Puyol (que presentó un Goya durante la gala), Aldo Comas y Macarena Gómez, Javier Gutiérrez, Miguel Ángel Muñoz y Ana Guerra, Eduardo Casanova, Nieves Álvarez, Juan Avellaneda, Ona Carbonell, Santiago Segura, Paco León, Pablo Alborán y James Rhodes.
El equipo de El Deseo, la productora de Agustín y Pedro Almodóvar, también organizó su propia fiesta para celebrar que 'Dolor y gloria' se convertía en la gran vencedora de la noche con siete Goyas. Hasta La Sole de El Pimpi se fueron Pedro y Agurín Almodóvar, Antonio Banderas, Nicole y Barbara Kimpell, la diputada Carolina España, el empresario Mario García, Javier Banderas, Pablo Gonzalo, Francisco Fortes y Pablo Atencia. Fueron algunos de los asistentes a una celebración para los más íntimos a la que Almodóvar, Banderas y el resto de la 'troupe' de la película llegaron después de atender a los medios de comunicación con exquisita profesionalidad hasta más allá de las dos de la madrugada. Periodistas que, por cierto, se quedaron esperando a que compareciera la malagueña Belén Cuesta, que decidió no compartir con los informadores de medios escritos sus impresiones tras ganar su primer Goya después de dos nominaciones.
Repartidos los rostros más conocidos entre las fiestas de Paz Vega en Palacio del Limonar, la cita organizada por El Deseo en La Sole y la velada que el equipo de 'Mientras dure la guerra' montó en el Hotel Miramar, en el Martín Carpena quedó no obstante una buena entrada para la celebración posterior a la ceremonia de los Goya mientras los operarios se afanaban en desmontar toda la estructura de la ceremonia nada más terminar la gala.
Ginebra japonesa con piel de yuzu, una barra con whisky de alta gama, su propio guardarropa y terraza para fumadores y claustrofóbicos arropaban a los asistentes a la celebración por la que se dejaban ver más allá de las tres de la mañana el productor y director Gerardo Herrero y el actor Carlos Olalla.
Apretaba el hambre pasadas las cuatro de la madrugada cuando empezaron a aparecer las bandejas con camperos en pan de mollete, bocadillo de embutido con queso de cabra y hasta chocolate con churros para despedirse de los Goya hasta el año que viene.
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