Faltan cuatro días para la gala de los Goya. Y mientras el exterior del Teatro del Soho Caixabank, sede de la entrega de premios, ya es un hervidero de técnicos, el copresentador y codirector de la ceremonia, Antonio Banderas, ha abandonado el escenario de los ensayos para conectarse en directo a través de la cuenta en redes sociales de la Academia de Cine para mantener un encuentro con el público. Y los galardones del próximo sábado ha sido el gran protagonista de la charla, en la que ha explicado la decisión de que los candidatos no acudan finalmente a Málaga y se conecten desde sus casas. «Me hubiera encantado tener a los nominados en el teatro, pero una gala es más complicada que asistir a una proyección de cine», ha afirmado el ganador el pasado año de la estatuilla del cine español por 'Dolor y gloria'.
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El actor ha detallado que todos los técnicos que están trabajando ya en el teatro han pasado por una prueba PCR y que la entrega de premios suponía recibir a nominados de todas partes de España, cada una con una situación sanitaria diferente. Por ello, ha defendido que «una gala de este tipo no tiene nada que ver con asistir a una sala de cine o un teatro donde todo está preparado y es más fácil distribuir a las personas».
Con la seguridad como prioridad, Banderas ha avanzado que la ceremonia no será «tan festiva como en otras ocasiones» por la ausencia precisamente de los «compañeros». «Hemos tratado de hacer una gala que tenga mesura y con cierta elegancia para colaborar con la situación que estamos viviendo», ha sostenido el presentador de la gala, que compartirá el escenario con la otra conductora del evento, María Casado, y una treintena de actores e invitados que se encargarán de abrir los sobres y anunciar los ganadores que verán ese momento conectados y 'pinchados' en pantalla desde casa.
Sobre la reciente gala de los Globos de Oro en la que los candidatos también estaban en sus respectivas residencias, Banderas ha marcado distancias al asegurar que van a ser «distintos» ya que la ceremonia de los Goya va a tener «mucho directo» -están previstas las actuaciones en el teatro de Aitana y Vanesa Guzmán-, además de la intervención de un coro que, por el número de participantes, será pregrabada para ajustarse a los protocolos de seguridad.
Por ello, ha denominado la gala como un «artefacto» más «complicado» que la celebración y la asistencia a otros espectáculos culturales. «Cruzamos los dedos para que nos vaya bien», ha deseado el intérprete, que ha asegurado que la gala, con todos sus condicionantes, se ha convertido en un «reto».
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En cuanto a si él pudiera otorgar un premio, Banderas ha confesado que lo tiene claro y que, después de pasar la covid-19, se lo daría a los sanitarios por el servicio que están dando a la sociedad. El actor ha recordado que la marca Hollywood es algo que él ya lleva impreso en todo lo que hace después de trabajar en Estados Unidos durante más de dos décadas, aunque, más que un actor español, se declaró «un español».
También se ha permitido fantasear y, al ser preguntado sobre cine clásico, ha reconocido que se hubiera visto en el papel de Marlon Brando en 'Un tranvía llamado deseo', mientras que la película que le dejó marcado en la infancia fue 'Matar a un ruiseñor'. «Me produjo un gran impacto cuando era niño, sobre todo el personaje principal de Atticus, al que encarnaba Gregory Peck, que se ve envuelto en la defensa de un afroamericano al que acusan», ha descubierto Antonio Banderas que ha afirmado que esa película «forma parte de mi ideario».
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Frente a ese perfil más cinéfilo, el malagueño ha confesado que también tiene hueco para producciones más entretenidas y, especialmente, en esas jornadas en las que las cosas no salen bien. «Cuando tengo un mal día, quiero ver películas malas, algo más diluido como una comedia, aunque también hay comedias muy serias», ha manifestado el intérprete que se ha declarado un admirador de Luis García Berlanga, al que precisamente se recordará en la gala de los Goya al cumplirse el centenario de su nacimiento.
Acostumbrado a liderar proyectos nuevos, Banderas no renuncia a ponerse de nuevo detrás de las cámaras para dirigir -tiene algún guion que también transcurre en Málaga-, pero ha puntualizado que en este momento el Teatro del Soho Caixabank ocupa toda su iniciativa. Y a lo que tampoco aspira es a la presidencia de la Academia de Cine. «No, no me gustaría porque es un puesto muy complicado», ha sostenido Banderas, que ha añadido que es un «defensor» del actual responsable de la institución, el director de cine Mariano Barroso, ya que es «un hombre de consenso que sabe acercarse a la gente». Y ha puesto como prueba la «polémica» decisión de que los nominados no acudan a la gala y en la que ha primado «salvaguardar con mucho celo la salud de las personas».
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