Premios Ateneo: un homenaje al teatro malagueño que hace llorar, reír e imaginar

Se abría el telón y sonaban las primeras notas de una guitarra y una voz que iban a estar presentes durante toda la gala, ellos eran 'Borrón y Copla Nueva' Roberto Spano y Ana Cristina Mara interpretando el tango 'Malena' que bailaban Ximena Carnevale y Nacho Fortes. Después de la música llegaron las palabras de los presidentes del Ateneo Victoria Abón y Miguel Tello. «Rendimos homenaje al teatro en mayúsculas, a esos profesionales que tienen un gran valor por dedicarse en cuerpo y alma a las artes escénicas. Un espacio vivo donde la gente aprende, llora, ríe, valora, imagina...», destacaba la presidenta.

El reconocimiento a ese teatro en mayúsculas empezaba a darse en forma de premios. El primero, para la mejor obra original: 'Baleia. La Manada', de Ararí Danza, Bum Creaciones y Factoría Echegaray. Una producción que se llevó dos galardones más durante la noche: mejor dirección para Olga Magaña y Javier Viana y mejor diseño de iluminación para Azael Ferrer. «Mostramos nuestra preocupación por la problemática del vertedero marino y la belleza que nos impone el patriarcado», explicaba la directora al recoger el premio.

La alegría y mucha simpatía para el teatro malagueño llegaron de la mano de las presentadoras, un año más Noelia Galdeano y Marina Devesa, que vistieron estilismos de dos alumnas de la Escuela de Arte San Telmo. José Antonio Sedeño, Esther Monleón, Regina Sotorrío, Cristina García Pinto, Antonio Navajas, Francis J. Sánchez, Pablo Bujalance, Luigi Ruiz, Irene Viñals y Diego Rodríguez Vargas habían sido parte del jurado y, ahora, sus decisiones tomaban forma con los Premios Ateneo de Teatro, diseñados por Leslie Sánchez.

Seguían los premios y un momento de ternura aparecía sobre las tablas del MVA con dos pequeños artistas: Alejandra Rodríguez y Rubén Guerrero, que forman parte del elenco de 'Low Cost (Por bailar)' de la Cía. Fernando Hurtado, reconocido como el mejor espectáculo de danza de la temporada. «Un espectáculo no se mide por el dinero invertido, sino por el equipo conectado», destacaba la bailarina. Y con estos pequeños llegaba el premio al mejor espectáculo infantil: 'Cris, la pequeña valiente' de El Espejo Negro, un teatro que a través de una historia emotiva aborda la transexualidad en la infancia. Recogieron el premio el autor y director Ángel Calvente y la actriz que da vida a 'Cris', Cristina Jiménez: «Hay que trabajar por todos estos niños, niñas y niñes que se sienten diferentes», explicaba Calvente.

El galardón a mejor espectáculo de teatro musical fue para 'Canciones de Olmedo', de Jóvenes Clásicos y el director de la compañía José Carlos Cuevas subió junto al director musical de la obra, Nacho Doña. «Gracias por poner a la escena malagueña los premios que merecen», resaltó Cuevas. Aparecía en la pantalla del MVA el malagueño Paco Pozo, que se llevó el reconocimiento a mejor actor por su papel en la comedia 'Los invisibles' de La Coracha Teatro, que también se llevó el galardón a mejor espectáculo de teatro de los Premios Ateneo. Como mejor actriz subió al escenario Alessandra García por su interpretación en 'Mujer en cinta de correr sobre fondo negro', inquieta como su discurso, que hizo que más de uno en el público no parase de reír.

El último reconocimiento era a la constancia, a la perseverancia. Y ahí estaba la Rea Danza, la compañía de baile que llegó a Málaga para quedarse hace 30 años. Los hermanos Jupa y Diego Arias subieron a recoger su mención especial a la trayectoria: «Pedimos que no se menosprecie la danza porque es fundamental para crear sociedades sensibles. Más danza y menos odio», concluía emocionado en su discurso Diego Arias.

Habían sido 30 las propuestas que se habían presentado como candidatas a estos galardones, diez fueron las elegidas. Pero se reconoció el trabajo de toda la escena de Málaga. Un año más, los Premios Ateneo de Teatro dan un chute de energía a ese mundo de las artes escénicas malagueño, un teatro que sigue luchando, como decía el pequeño bailarín Rubén Guerrero: «Esperamos que el futuro nos haga caso y las artes escénicas y la danza estén donde deben estar».