Al menos, Portillo

Apesar de su sosería general, los Goya del sábado en La 1 se saldaron con éxito muy superior al del año pasado. La gala rozó casi el 23% de la audiencia, con 300.000 espectadores más que en 2021. En total, cerca de unos 2,8 millones de criaturas siguieron sus tres horas y veinte, con sensación térmica de cuatro horas por lo menos. Con los clips de los familiares de algunos nominados, ay, hasta sentí nostalgia de las videollamadas de hace un año desde el Teatro Soho CaixaBank. Esta vez se recuperó el bullicio del público en vivo, vale, pero se echó en falta alguien que diera vidilla o la pifiara. Vaya, un director de orquesta o un ama del cotarro. A Carmen Machi casi la adoptamos para esto, pero solo estuvo un rato; ojalá Arturo Valls se hubiera estrenado en estos menesteres desde su Valencia, pero tampoco.

Quedó todo algo raro, frío y poquísimo berlanguiano. Tras un atropellado inicio con mascletá rollo Beijing 2008 y el sinsentido del primer número (¿por qué no 'Paquito el Chocolatero', ya en ese plan?), hubo algún fulgor, por desgracia intermitente. Entre la letanía de tanto discurso o vídeo inopinado, esperábamos los rayos anunciados de Joaquín Sabina o Luz Casal, que añadieron algo de sentimiento. Ansiábamos ver también lo de Blanchett (con acento en la 'e'), aunque no imaginamos que Pedro Almodóvar haría las veces de regidor regio de la platea, un poquito de por favor, se levanten ante esta estrella de Hollywood (y de mi próxima peli), hombre ya.

No le culpo: él se sabe todas las galas y sabía que no era su noche, pero sí el momento de una 'standing ovation', añadida claro a la obligada a Pepe Sacristán. Pedro hizo de la necesidad virtud y estuvo digno y en su sitio. Lo más doloso fue, ah, lo de Aitana Sánchez Gijón, quien todavía, subrayemos, no tiene un Goya. Lo más emocionante: lo de Javier Bardem sumado al porte y los ojos generosos de Penélope. Y lo más justo, sin duda, el discurso y el poderío de Blanca Portillo, laureada al fin por y con su 'Maixabel'. Valió la pena por ella, adorable estrella sin Goya hasta ahora.