Ellas ponen el acento malagueño a 'El tiempo entre costuras'

«Todo esto ha sido un sueño esperado y perseguido», reconocía después la veleña Teresa Alba. Este musical, basado en el 'bestseller' de María Dueñas, supone para ella un salto nacional tras «muchos años luchando». Formada en interpretación textual en la ESAD y en canto con maestros especializados, ha hecho carrera en Málaga con grupos de música, compañías de teatro y como profesora en el estudio La Voz y en ESAEM. «Y he tenido muchos 'casting' en Madrid, pero siempre me quedaba en el filo». Hasta que le llegó este papel, hecho para ella. «Si mi madre lo dice, es que algo hay de verdad», bromea Teresa. Candelaria, una mujer en un mundo de hombres que se matan en una «guerra entre hermanos», le conecta con sus antepasados, con los recuerdos que tiene de su abuela contándole cómo cayó una bomba en Vélez Málaga. «Es un homenaje a esas mujeres», asegura. Y, además, «en andaluz» sin tener que disimular su deje malagueño.

«Trabajar con mi acento me encanta. Es un regalito, me explayo», reconoce a su lado con una sonrisa Aurora Frías. Ella es Doña Manuela, la encargada del taller donde Sira y su madre van a coser por primera vez; pero también, según el día, es Candelaria o la madre de Sira. Lo que haga falta. «Y siempre es emocionante volver al Cervantes». Su primera vez fue con una 'Doña Francisquita', cuando todavía estaba en el Conservatorio Superior de Danza, Música y Arte Dramático –por entonces, todo junto en el Ejido–, y fue premonitorio: ha trabajado en más de 50 títulos del género lírico español, muchos de ellos de la mano del empresario y director teatral José Tamayo. Primero como cuerpo de baile, después como cantante e intérprete. «Seguí estudiando, quería ser como las americanas que cantaban, bailaban e interpretaban», dice. Seis temporadas ha estado en el Teatro de la Zarzuela, pero también ha hecho teatro clásico, obras contemporáneas y musicales, como 'Chicago' o 'La tienda de los horrores'. «Volver con esta producción tan bonita ha sido maravilloso», asegura Aurora, natural de Fuengirola y afincada desde hace años en Madrid. Y nunca, salvo en el parón provocado por la pandemia, le ha faltado el trabajo. Todo un logro en esta profesión. Por eso, más allá de los papeles, secundarios o protagonistas, está convencida de que el éxito «es poder vivir de esto».

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Reconoce que, tras una época difícil en lo personal, 'El tiempo entre costuras' le ha devuelto la «seguridad» en sí misma y le ha hecho ser consciente de su valentía para tirar hacia adelante. «Hay que seguir. Cuando estás mal, te tienes que agarrar a lo que más te gusta porque eso siempre te va a salvar», reflexiona.

Ahora que se acerca el final de este ciclo, ambas tienen ya la cabeza puesta en lo que vendrá. «¡No vamos a llorar nada el último día!», vaticina Teresa. Ella volverá a ejercer de profesora en Málaga mientras continúa buscando nuevas oportunidades escénicas. Aurora, desde Madrid, regresará a las audiciones y a los 'casting', el día a día del oficio, pero feliz de haber vivido esta experiencia.

Basado en la exitosa novela de María Dueñas, convertida después en serie de televisión, esta propuesta con música y texto original retrata un momento muy concreto de la historia de España a través de la mirada de la joven modista Sira Quiroga. Tras abandonar Madrid en los meses previos al inicio de la Guerra Civil e instalarse primero en Tánger y luego en Tetuán, la costurera se forja una nueva identidad al frente de un selecto atelier. Con la contienda española recién terminada y la europea a punto de comenzar, el destino de la protagonista queda ligado a un puñado de personajes históricos vinculados a la diplomacia y la inteligencia que la empujarán a asumir una arriesgada misión entre telas, puntadas y patrones.