Una pieza de Alexander Calder anuncia la expo del arquitecto Carlos Raúl Villanueva, del que fue colaborador y amigo. Marilú Báez

El Pompidou reivindica la revolucionaria arquitectura de Carlos Raúl Villanueva, en riesgo por la crisis de Venezuela

El centro expositivo muestra la relación del urbanista con artistas como Calder, Leger, Vaserely y Pevsner

Miércoles, 30 de octubre 2024, 17:55

En una gran foto al principio del recorrido expositivo, el arquitecto Carlos Raúl Villanueva levanta el dedo inquisidor mandando callar al mismísimo Alexander Calder. Pero ... el gesto del norteamericano cambia el sentido de la imagen por completo. No puede disimular la sonrisa, de la que se contagia el venezolano que le devuelve ese índice que, en realidad, revela complicidad y teatro. No solo eran amigos, sino que se entendían. Tanto que colaboraron en una de las grandes obras de la arquitectura latinoamericana, la Ciudad Universitaria de Caracas y, más concretamente, su Aula Magna -también anfiteatro-, en la que la rompedora estructura del arquitecto está coronada por las reconocibles formas móviles -aquí estáticas- del escultor. Un proyecto revolucionario, Patrimonio de la Humanidad, que la nueva exposición del Centre Pompidou, 'Carlos Raúl Villanueva. Arquitectura moderna y síntesis de las artes', reivindica en un momento delicado y oportuno, ya que la conservación de este legado está afectado por la propia crisis política, social e institucional que vive Venezuela.

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Los organizadores de la muestra, junto a la hija de Raúl Carlos Villanueva, Paulina (Izquierda). Marilú Báez

«La obra de Villanueva es muy importante porque le transformó el rostro a Caracas en una época en la que soportaba mucha presión demográfica al vivir la gran emigración del campo a la ciudad», ha asegurado este miércoles Valentina Moimas, comisaria y jefa del departamento de Arquitectura del Centre Pompidou de París, en la presentación de la nueva temporal para situar la trascendencia del arquitecto venezolano. Su obra más «emblemática», la Ciudad Universitaria de Caracas, se desarrolló entre los años 40 y finales de los 60 con una idea moderna capaz de compaginar el diseño con el uso y disfrute de estudiantes, profesores y usuarios. «Es un símbolo de la arquitectura del país y tenemos que tener los medios para disfrutarla y valorarla», ha expresado la experta sobre su protección, a la vez que ha abogado por «hacer todo lo que se pueda» para «conservarlo» como cuestión primordial.

Un móvil de Alexander Calder, junto a la imagen del Aula Magna de Carlos Raúl Villanueva. SUR

Una protección que también ha reclamado Luis Lafuente, director de la Agencia de los museos municipales, que ha recordado que el complejo universitario y buena parte de la obra del arquitecto va más allá de un país ya que es un «patrimonio de toda la humanidad». Precisamente, el desarrollo de las facultades y centros que integran el campus de Caracas sirve de introducción a la exposición 'Carlos Raúl Villanueva. Arquitectura moderna y síntesis de las artes», que pone el énfasis en la relación del urbanista con pintores y escultores para poner «la arquitectura al servicio de las artes o las artes como complemento de la arquitectura», ha explicado el responsable museístico del Ayuntamiento de Málaga.

Apuntes de clase

La exposición revela así desde bocetos a proyectos y diseños de Villanueva que también practicó la arquitectura social en barrios y zonas de expansión, como la reurbanización de El Silencio, el Plan Cerro Piloto o la urbanización 23 de Enero, todos ellos en Caracas. Sobre ellas planea la obra de toda una vida, la Ciudad Universitaria, donde además daba clases. Sus apuntes se pueden incluso consultar en un ordenador de la exposición donde están catalogados y digitalizados los 1.800 manuscritos de su puño y letra con sus lecciones magistrales, desde el arte egipcio al actual, del que era un ferviente defensor y practicante.

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'Proyección dinámica en 30 grados', obra de Antoine Pevsner para la Plaza Cubierta de la Universidad de Caracas. Marilú Báez

Además en su gran campus universitario fue donde logró esa síntesis del arte y la arquitectura de la que habla el título de la exposición. Y no solo concebida para el exterior. De hecho, fue el propio Calder el que al ver la impresionante Aula Magna proyectada por Villanueva le propuso usar sus piezas para el interior. El resultado se puede ver mirando al techo, donde las reconocibles formas ovaladas y coloristas del escultor norteamericano tienen un sentido artístico y estético, a la vez que sirven de elemento acústico del gran auditorio. Esa huella de interiores está también presente en la gran vidriera de Fernand Léger para la Biblioteca Central del campus, que puede verse desde el exterior, donde encontramos el arte cinético de Victor Vaserely para el edificio del Complejo Central o las escultura de Antoine Pevsner y Jean Arp para la Plaza Cubierta que conecta los edificios anteriores.

Precisamente, una obra de Arp ahora expuesta en la exposición estuvo durante mucho tiempo en el garage de Villanueva «y mi madre le daba continuamente con el coche al aparcar», ha revelado la también arquitecta e hija del protagonista de la muestra, Paulina Villanueva, que junto a su familia ha colaborado activamente en la muestra malagueña, cuyo recorrido se cierra con el edificio de tres cubos que proyectó para el Pabellón de Venezuela en la Exposición Universal de Montreal y que habla de la radical mirada moderna y artística de la arquitectura de Carlos Raúl Villanueva. Vigente medio siglo después de su muerte con su reconocimiento en 2000 como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Y en riesgo por la decadencia que vive en los últimos tiempos del régimen de Maduro.

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