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El plan era construir un cohete de aluminio; meter dentro a una mujer, dos gatos y un misionero; propulsar la nave mediante un sistema de ... catapultas y, así, llegar a la Luna. El profesor zambiano Edward Makuka quería entrenar al primer equipo africano capaz de llegar al satélite vecino y se puso manos a la obra en 1964. Fundó la Academia Nacional de Ciencia, Investigación Espacial e Investigación Astronómica; pero su sueño apenas pasó de ahí. Claro que sirvió a la fotógrafa y artista Cristina de Middle como inspiración para su serie 'Afronautas', representada en la próxima exposición que el Centre Pompidou Málaga tiene en agenda y que supondrá el acto central de la nueva edición del ciclo 'Hors Pistes' que la filial desarrolla junto a la matriz parisina.
'La Luna: espacio imaginario por defender' es el título de la muestra que entre el 18 de octubre y el 24 de noviembre aterrizará bajo el Cubo del puerto con las obras de una docena de artistas cuya nómina incluye a los malagueños Regina de Miguel y Juan Carlos Robles, sin olvidar clásicos contemporáneos como Nam June Paik, Georges Méliès y Joan Fontcuberta. Justo este último firma una de las propuestas más sugerentes del montaje, la serie 'Sputnik', donde Fontcuberta vuelve a combinar realidad y ficción, en un juego de espejos que plantea una de las claves de su trabajo: los peligros y seducciones de la verosimilitud.
El ciclo 'Hors Pistes' representa además uno de los proyectos en los que el Centre Georges Pompidou y la filial malagueña trabajan de manera más estrecha, en un comisariado compartido que tiene como resultado la combinación de artistas del entorno cercano con autores venidos de la mano del centro francés. Así, el montaje sobre la Luna ofrecerá las creaciones de los autores malagueños Regina de Miguel y Juan Carlos Robles.
La primera presentará la pieza 'Voice of vanishing word', compuesta por 37 fotografías, un grabado y un vídeo. De Miguel toma como referencia una frase de los diarios de la poeta Sylvia Plath: «¿Entiendes? Alguien, en algún lugar, ¿puedes entenderme un poco, amarme un poco? Por toda mi desesperación, por todos mis ideales, por todo eso, amo la vida. Pero es difícil, y tengo mucho, mucho que aprender». La artista traduce era oración a diferentes idiomas antiguos y al mismo tiempo establece una correspondencia entre las palabras y un grupo de fotografías con imágenes de galaxias en las que se ha encontrado algún agujero negro.
Por su parte, Juan Carlos Robles participa con la fotografía titulada 'La visitada. Luna Temprana en el Cromlech de Mzora', «registro poético de la luna temprana a punto de alinearse con el menhir más alto que forma parte de El Cromlech de Mzora al tiempo que una joven apresura su paso colina abajo para abandonar el círculo de menhires», avanzan los responsables del proyecto sobre la imagen tomaba en el monumento megalítico marroquí, situado entre Asilah y Larache.
La próxima propuesta expositiva del Pompidou encuentra otro de sus principales alicientes en el vídeo titulado 'Electronic Moon nº 2' del músico y cineasta Nam June Paik. Para los responsables del proyecto, estos trabajos «se encuentran entre las primeras exploraciones de la interconexión de películas y vídeos» y «están marcados por un sentido lúdico e irreverente de improvisación y experimentación».
«Estos experimentos forman un vínculo entre la performance de Paik y las obras escultóricas de los años cincuenta y principios de los sesenta y las célebres obras de vídeo e instalaciones de años posteriores«, apostillan desde el Pompidou sobre la obra de este pionero del vídeo arte.
Un visionario en la estirpe de Georges Méliès, cuya película 'Viaje a la Luna', crucial en el devenir de la historia del cine, recalará en el Pompidou malagueño justo cuando se cumplen 50 años de la llegada del hombre al pálido satélite. Desde allí, la voz de Neil Armstrong: «Es un pequeño paso para el hombre, pero un gran paso para la humanidad. La superficie es fina y pulverulenta. Puedo levantarla sin esfuerzo con los dedos de los pies. Se pega al suelo y a mis botas como una fina capa de carbón. […] Pero puedo ver las huellas que dejan mis botas, mis pasos, en esas finas partículas arenosas».
Huellas que medio siglo después mantienen intacto su poder de fascinación.
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