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Ha pasado al imaginario popular como un personaje en sí mismo, pero mucho antes de ese misterioso trasvase, Cyrano de Bergerac firmó un buen puñado de obras notables. Sin ir más lejos -o quizá, yendo bastante lejos para la época- el escritor francés alumbró en 1650 la que quizá sea la primera novela de ciencia ficción: 'El otro mundo o los Estados e Imperios de la Luna'. En ella, los habitantes del pálido satélite se alimentan de humo y la moneda de cambio son los poemas. Lo ha recordado este viernes el director del departamento Cultural del Centre Pompidou de París, Mathieu Potte-Bonneville, durante la presentación de 'La Luna, un espacio imaginario por descubrir', la exposición a partir de la cual orbita la cuarta edición del ciclo 'Hors Pistes' del Centre Pompidou Málaga.
Hace ahora 50 años que el 'Apolo 11' se posaba en el Mar de la Tranquilidad de la Luna y Neil Armstrong se convertía en el primer ser humano en dejar su huella sobre al superficie del satélite. Ese aniversario sirve al Pompidou de excusa para plantear una exposición diversa en fondo y forma, que transita del espíritu lúdico de Cristina de Middel y Joan Focuberta (que abren y cierran el paseo, de manera respectiva), a la sutileza de Eduardo Nave, la potencia visual de Juan Carlos Robles, la ambición estética de la malagueña Regina de Miguel, el espíritu crítico de Daniel Silvo y la delicada propuesta de Cachito Vallés.
Ellos capitanean la presencia española en el proyecto comisariado de manera conjunta por los equipos del Pompidou en París y Málaga. Porque 'Hors Pistes' se presenta como la iniciativa donde ambas instituciones trabajan de manera más estrecha, como ha destacado este viernes el propio Potte-Bonneville, quien ha reivindicado la «verdadera colaboración» que desemboca en el montaje que podrá visitarse hasta próximo el 24 de noviembre. Una muestra que parte de un tema «muy amplio y que han trabajado muchos artistas», como ha recordado la comisaria de la exposición, Géraldine Gomez, quien ha advertido de que la nueva propuesta del Pompidou de Málaga «se sale de la norma en la elección de obras» que componen el discurso.
Así, la muestra se abre con dos vídeos de dos autores clásicos en distintas épocas: el icónico 'Viaje a la Luna' (1902) de Georges Méliès comparte espacio con el pionero del vídeo arte Nam June Paik. Ambos dan paso a la instalación de base fotográfica de Cristina de Middel, que a través del proyecto 'Los afronautas' recrea la delirante ambición que a mediados de los años 60 llevó a un profesor de Zambia a plantear su particular carrera espacial para llevar a la Luna una misión a bordo de un cohete de aluminio con una mujer, dos gatos y un misionero. Y aquí plantea el Pompidou un sugerente juego de espejos entre la obra de De Middel y la propuesta de Joan Fontcuberta, porque la primera parece fruto de la imaginación, pero está basada en hechos reales, mientras que el segundo ofrece en 'Sputnik' una pieza que parece documental, pero es pura invención.
Ofrecía ese sugerente apunte el director de la agencia municipal que gestiona el Centre Pompidou Málaga, el Museo Ruso y la Casa Natal de Picasso, José María Luna. También él reivindicaba asimismo la colaboración entre los equipos de París y Málaga a la hora de componer la muestra programada con la colaboración de la Obra Social La Caixa, representada este viernes por el director comercial de CaixaBank en Andalucía Oriental, Gerardo Cuartero y el delegado de Andalucía y Melilla y gestor territorial de la Fundación Bancaria La Caixa, Juan Carlos Barroso.
Apoyo público y privado para una muestra que reúne fotografía, vídeo, dibujo e instalación. A este último caso responde la delicada 'Serie Like. Capítulo VII' (2003-2018) de Eduardo Nave. «Frente a la sobrecarga de estímulos, el autor persigue el viejo deseo de la modernidad de explorar un paisaje que no haya sido colonizado con la mirada», ofrecen desde el Pompidou sobre una pieza que parece emparentada con la instalación 'Moon Rise' (2009) de Luc Mattenberger.
Aquí surge además uno de los encuentros más felices del montaje con la reunión de la obra lumínica de Cachito Valdés titulada 'Dark side of the moon' (2016) junto a la potente 'Voces de mundos que se desvanecen' (2013) de la malagueña Regina de Miguel junto a la mencionada instalación de Mattenberger.
Antes ha habido tiempo para la mirada lúdica de Nelly Maurel y su sugerente político titulado '¿Está dispuesto a dejarlo todo para ir a la Luna donde casi nada se cae?' (2019). Junto a él, la fotografía del malagueño Juan Carlos Robles 'La Visitada. Luna temprana en el Cromlech de Mzora' (2018). En la escena, una chica aprieta el paso colina abajo, detrás de la vegetación asoman las últimas claras del día y uno de los menhires, con su silueta de cohete, apunta directo a la Luna. Y todo es calma en esa imagen. Otro Mar de la Tranquilidad.
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