![Enrique Contreras: «Siento mucha disconformidad con el mundo en el que vivimos»](https://s1.ppllstatics.com/diariosur/www/multimedia/2023/10/17/1697569598617-R4QUDEvwmgY6CkMEY3I2slL-1200x840@Diario%20Sur.jpg)
![Enrique Contreras: «Siento mucha disconformidad con el mundo en el que vivimos»](https://s1.ppllstatics.com/diariosur/www/multimedia/2023/10/17/1697569598617-R4QUDEvwmgY6CkMEY3I2slL-1200x840@Diario%20Sur.jpg)
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Víctor Rojas
Martes, 17 de octubre 2023, 21:20
Corría el año 1987. Enrique Contreras leía este periódico, SUR, donde se anunciaba que el Ministerio de Educación estaba intentando establecer una colaboración con el estado de California para contratar a profesores y llevarlos a Estados Unidos. Más que una noticia, Contreras vio una oportunidad. ... Una oportunidad de iniciar una nueva aventura, de pocos años, en las que explorar un territorio atractivo y cultural. El profesor de inglés se puso en contacto con el Ministerio para enterarse con más detalle de la oferta. Le hicieron una entrevista. Y se fue a Estados Unidos. Lo que era una aventura de dos o tres años, se acabó convirtiendo más de 30 años al otro lado del charco.
Ahora, de vuelta a Málaga, Contreras ha publicado su segundo poemario: 'Todos los días son pájaros', dividido en tres partes por las que se puede hacer un recorrido en su evolución como poeta. Desde joven ha sido aficionado a la lectura y eso derivó en convertirse también en amante de la escritura, aunque con una particularidad: todo lo que escribía lo destruía porque no le parecía suficiente. Pero guardaba lo que veía con más calidad. Y así se lleva toda la vida: acumulando poemas y escritos. Sin embargo, su mujer, Clara, jugó una pieza fundamental para la publicación de este libro. «Siempre ha sido capaz de orientarte en el laberinto. Ella ha sido la que ha rescatado todo lo que tenía escrito y me ha obligado a sentarme y a tirarlo definitivamente o a sacarlo», confiesa. El primer poemario de Conteras fue publicado en México y dedicado a su mujer: 'Poemas a Clara'.
Contreras presentará este poemario, 'Todos los días son pájaros', mañana, 18 de octubre, en el Ateneo de Málaga, en la sala Muñoz Degrain, a las 19.00 horas. Presenta Jesús García Gallego y, además del autor, interviene Juan Gaitán.
–¿Por qué 'Todos los días son pájaros' se compone de tres partes?
–La primera parte, que tiene el título de Madrugada del poeta, es donde he rescatado aquellos poemas más antiguos, de cuando era muy joven, adolescente. La segunda parte es Intemperie de sueños y quimeras. Y hay una tercera parte que se llama El destierro, que da cabida a toda la última etapa de nuestra vida en Estados Unidos. Cada una de esas partes tiene una especie de voz poética diferente.
–¿Qué trata en cada una de estas partes?
–Los temas en los que se mueve también son diferentes. Madrugada del poeta, como su nombre indica, es siempre un primer paso un ver a tu alrededor. Intentar controlar o comprender dónde te encuentras, qué es lo que te rodea. Es la primera parte, es mucho más ingenua y fresca. Luego, en la segunda parte, ya te encuentras como todas las personas nos reencontramos a merced de nuestras dificultades para entender lo que nos pasa y también para entender el mundo. Y la última parte contiene una serie de poemas en los que hay muchas reflexiones en muchas estampas, muchas situaciones vividas fuera de lo que es la cultura natal, lo que es la infancia, la adolescencia, la juventud y es un enfrentamiento. Ojalá el poemario sea, como decía Antonio Machado, la honda palpitación del espíritu al contacto con el mundo. Esa palpitación del espíritu al contacto del mundo es lo que he intentado reflejar.
–¿Se puede ver su evolución como autor a través de estas tres partes?
–Claro, ahí está la evolución. A diferencia de muchos otros autores, nunca he tenido la prisa ni el impulso por publicar. Yo he sido aficionado a la literatura y he leído desde Garcilaso hasta poetas del siglo XX como José María Álvarez, Ángel González, en fin, mucha gente. Entonces he puesto un listón alto para sacar algo. Siempre había pensado que la mejor fórmula era guardar lo escrito y que el propio paso del tiempo me iba a indicar si aquello que estaba ahí guardado realmente merecía la pena o no, es decir, si el paso del tiempo lo pulverizaba definitivamente o si, de alguna forma, merecía la pena ser rescatado. De mucha producción que tenía, he rescatado un poquito. Y ahí se puede ver la evolución desde esa primera parte, que es de una primera juventud, hasta poemas muy recientes.
–¿Desechó más poemas de los que se quedó?
–Sí. Indudablemente. He desechado muchísimos y he seguido destruyendo infinidad de ellos. En definitiva, la poesía es esa expresión de sentimientos universales, pero tiene que partir necesariamente de elementos de la vida diaria. Si esos elementos de la vida diaria se convierten en expresión universal que es inteligible, entonces tiene sentido y posiblemente llegará a los demás. Esa selección para conseguir el objetivo, es una selección bastante dura y que quita de en medio mucho. En realidad, si coges el libro, son más de 200 páginas. Ahí hay muchos poemas, incluso muchos de los que hay, seguramente, con el tiempo los eliminaría. Así que la selección es difícil.
–¿Cuáles son los elementos de la vida cotidiana que le inspiran?
–Soy curioso por naturaleza. Puede ser cualquier cosa: un atardecer, una puesta de sol, una palabra que he oído, un conflicto que me atormenta, una música que me devuelve a años anteriores. Todos los elementos que conforman la vida. Lo que respiramos todos los días, de alguna forma, el poeta lo que hace es cogerlos y sacarles esa esencia, que hace que esos momentos, que esas pequeñas partículas, alcancen la universalidad que tienen.
–¿Por qué todos los días son pájaros?
–Hay un poema en el libro que se llama así. Yo prefiero que el lector, en compañía de su yo íntimo, lea ese poema y saque sus conclusiones. Trata de desgranar un poco el sentido de ese todos los días son pájaros. Lo que sí puedo decir es que yo creo que los pájaros son criaturas extraordinarias, son criaturas pasajeras, que además están en contacto con dimensiones que nosotros difícilmente alcanzamos y que son mágicas como es el cielo, el horizonte, el firmamento. Si unes eso que te acabo de decir con los días y los pájaros, esa analogía es fácilmente entendible.
–¿Con qué mensaje le gustaría que se quedaran los lectores?
–Más que mensajes son sensaciones, reflexiones, puntos de vista. Hay mucha disconformidad en el libro, es decir, con el mundo en el que vivimos. Hay críticas de tipo social, político, tiene muchos elementos, pero ese es mi punto de partida y mi punto de vista. Lo que yo siento y pienso. Pero de ninguna forma es un mensaje que trato de imponer. Yo creo que cada uno tiene que elaborar su propias respuestas al mundo que le ha tocado vivir. Y es lo que yo pretendo hacer con el libro.
–El libro es un canto a la vida pero también incluye esa rabia y ese inconformismo, ¿de dónde viene?
–El inconformismo viene de mirar alrededor. Miras alrededor y ves muchas cosas que te molestan, que entiendes que no son racionales, que no son justas, que son producto de vicios que la sociedad tiene, de vicios que van de alguna forma penetrando en todos los ámbitos y todas las capas que componen el tejido social. En cuestiones profesionales, por ejemplo el periodismo, yo recuerdo cuando yo era joven que el periodismo siempre se consideraba como el cuarto poder. Se suponía que el periodismo tenía que controlar al poder, denunciar los excesos del poder. No tener convivencia con el poder porque es la única forma en que la sociedad podría defenderse de aquello que ostentan el poder. Eso con el paso de los años se ha ido perdiendo y el periodismo, con perdón, pero se ha convertido en una correa de transmisión del poder.
–Pero también es un canto a la vida.
–A pesar de eso, nunca he perdido la ilusión, la esperanza, el impulso, porque las cosas tienen otros caminos que se pueden tomar y que seguramente tomaremos, muy probablemente tomaremos. Aunque muchas veces nos vamos por el túnel equivocado, pero seguramente cuando salgamos a la luz podremos continuar y conseguir cosas mejores.
–¿Cambia una persona al estar tanto tiempo al otro lado del charco?
–Cambia mucho. El mundo sajón, el mundo americano, es distinto. Es un mundo anclado en el protestantismo. Los valores que imperan en la sociedad americana son diferentes a los nuestros, ese contraste te hace modificar también tus posiciones. Cualquier persona tiene que ser capaz de modificar su forma de pensar inicial o la forma de pensar que va adquiriendo. Y tiene que ser capaz de ser moldeable y de entender que los puntos de vista que vamos elaborando no son ni mucho menos definitivos ni intocables. Lógicamente, más de 30 años en Estados Unidos me han hecho, por ejemplo, tener una visión de aquel país diferente a la que tenía antes de ir. En ese sentido, creo que he aprendido mucho y que soy ahora capaz de valorar muchas cosas. Valoro mucho lo que nos ofrece esta tierra nuestra, España. Aunque me resulta escandalosa esa pulsión que tenemos hacia el cainismo, es decir, hacia la lucha entre los diferentes. Entre los diferentes pensamientos. Creo que tenemos que llegar a un entendimiento de unos con otros y todos juntos enderezar el barco en buena dirección.
–¿Sus poemas hubieran sido diferentes si hubiese permanecido en España?
–Absolutamente. Sin duda de ningún tipo. La distancia me ha permitido establecer un punto de vista más alejado de algunos de los temas que yo he tratado, que tienen que ver con nuestro país. Desde fuera también se ve lo que sucede, pero se mira también con ojos diferentes. Entonces claro que que me ha hecho modificar muchísimas cosas.
–Cuenta con dos poemarios, ¿tiene pensado publicar una novela o apostar por otro género literario?
–Sí. Aparte de eso, tengo cuentos escritos que no he publicado todavía. Los publicaré si creo que al final merece la pena. Tengo también una novela que está casi terminada. Tengo otro libro de poesía que se llama 'A quemarropa', que es muy directo y muy agrio en algunos sentidos. Sigo escribiendo porque tengo esa costumbre que adquirí cuando era muy jovencito, la he mantenido a lo largo de mi vida y así seguiré, seguramente, hasta que acabe. No sé si publicaré o no publicaré, pero tampoco es una cosa que me preocupe excesivamente. Este libro lo publica un grupo editorial que se llama 'Olé Libros', que tiene tres grupos editoriales, y lo dirige un señor que se llama Antonio Alcolea. Se puso en contacto conmigo, porque envié el libro a distintas editoriales, y tuvimos una conversación larga. Yo creo que va a ser una buena plataforma para darlo a conocer, pero ahora el libro tiene que iniciar su viaje y los lectores decidirán si vuela o no, como los pájaros de los que habla el título.
–¿Qué le apetece contar en la presentación en el Ateneo? ¿Qué le apetece que la gente conozca?
–Creo que lo mejor es que lea algunos poemas del libro para que la gente que asista a la presentación tenga oportunidad de recibir las vibraciones que esos poemas contienen y, a partir de ellas, que ya decidan si es algo que les estimula y que les apetecería y que quisieran y que les gustaría leer. Fundamentalmente lo que voy a hacer es leer algunos poemas, nada más. Como en realidad son tres libritos los que hay ahí dentro, o tres voy a leer un poquito de cada parte. Yo creo que eso le va a dar un sabor de lo que es ese pálpito que aletea en todas las páginas del libro.
–¿Ha hecho ya la selección de los poemas que va a leer?
–He hecho una pequeña selección, pero también va a depender un poquito del momento, o sea, de la gente que yo vea. En fin, me imagino que seré capaz de percibir qué es lo que les gusta más y lo que les gusta menos. Elegiré de acuerdo al momento.
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