D. L.

Piden convertir el antiguo molino de Benamargosa en un refugio rural de la cultura: este es el proyecto

El músico Daniel Lozano busca el respaldo de las instituciones y de sus vecinos para impulsar un centro cultural dedicado al campo, la tradición y la sostenibilidad

Sábado, 3 de agosto 2024, 00:55

Forma parte del patrimonio industrial de la Axarquía, el testigo de un tiempo en el que en este rincón de la provincia se producían miel ... de caña y harina. Pero su mayor valor es intangible, es inmaterial. El Molino de San Rafael, un ingenio azucarero del siglo XIX, está en la memoria de sus gentes, de los vecinos de Benamargosa y sus alrededores. Los niños que ahora son abuelos recuerdan cómo la dueña les daba caramelos cuando se acercaban. Con las décadas llegó el abandono y sus ruinas fueron punto de encuentro para los adolescentes y patio de juegos de quienes se atrevían a entrar en la 'casa fantasma'. «Es un símbolo para todos», explica Daniel Lozano, uno de esos jóvenes que se colaba con su guitarra para pasar las tardes. Ahora, tras una carrera como compositor y gestor cultural, Lozano alza la voz para pedir una nueva vida para este espacio en desuso y convertirlo en un referente cultural en el medio rural. La tradición, el campo y la sostenibilidad son sus pilares.

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A través de las redes sociales, Lozano ha difundido el proyecto que ha diseñado para el Molino de San Rafael, un trabajo reconocido por la Diputación de Málaga en los premios 'Tu iniciativa tiene valor', que distinguen las ideas creativas e innovadoras que luchan contra la despoblación. Su vídeo 'in situ', donde muestra el estado de la construcción y detalla sus posibilidades, ha sido ya compartido 149 veces, tiene decenas de comentarios de apoyos y cientos de visualizaciones. Cantantes como Celia Flores, músicos como Enrique Oliver, Paco Vilchez y Adolfo Caimán y Jarrillo Lata, gestores como Héctor Márquez y políticos como Salvador Pendón y la agrupación de IU de Benamargosa han aplaudido su apuesta.

Daniel Lozano, frente al Molino de San Rafael. D. L.

Daniel Lozano defiende que convertir El Molino de San Rafael en un equipamiento cultural no solo dinamiza el empleo y la economía local, «sino que también hace frente a la amenaza de la despoblación y el éxodo rural». La cultura ejercería de polo de atracción para el turismo de interior, pero también para los propios habitantes del pueblo. «Ofrece oportunidades de formación para nuestros vecinos y ofrece un espacio dedicado a la creación artística. Y además, involucra a los centros educativos y universidades a participar en talleres, degustaciones gastronómicas, presentaciones y certámenes, entre otros eventos», enumera Lozano, compositor y productor con tres discos propios, profesor de música y teclista de Jarrillo Lata y Javier Ojeda. El líder de Danza Invisible, precisamente, interpretó su tema 'El Molino', dedicado a este lugar «tan evocador».

En su proyecto (resultado de un máster en Gestión y Emprendimiento de Proyectos Culturales de la UNIR), la planta baja de la antigua fábrica albergaría un museo sobre el patrimonio industrial de la ruta del azúcar de la Axarquía. «Quiero convertir al Molino de San Rafael en el corazón de todos esos ingenios de la comarca a partir de una propuesta museística que mantenga la memoria colectiva de nuestros ancestros, a la vez que combina las nuevas tecnologías».

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Por una rampa se accede al motor de esta propuesta: una sala polivalente, un espacio diáfano con una programación cultural anual. «Acogería poesía, música, cine, teatro y bailes tradicionales, todos inspirados en el folclore, la agricultura y la gastronomía local», explica Lozano. En su agenda de actividades, el gestor contempla también un ciclo anual de conciertos, un certamen de poesía centrado en lo rural y dos festivales: uno de cine dedicado al campo, la tradición y la sostenibilidad, donde «vecinos, estudiantes y profesionales compartirían espacio con sus cortometrajes»; y otro de verdiales y malagueñas, volcado en «el folclore vivo más antiguo de Europa y al fandango malagueño en todas sus variantes».

No es el primer intento que se hace para dar un uso público a este molino ubicado en un lugar estratégico entre Cútar, Salto del Negro y Benamargosa. «A 50 minutos de Málaga capital», apostilla Lozano. En 2009, el Ayuntamiento lo adquirió con el objetivo de reconvertirlo en un museo agrícola y en un espacio cultural. Tras años de abandono, se hizo una primera intervención para asegurar la estructura, pero la reforma no se completó. Un cambio en el equipo de Gobierno tras unas elecciones dejó la rehabilitación a medias y en punto muerto. Desde entonces, el molino sigue sin puertas ni ventanas ni suelo.

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«No es del Ayuntamiento»

En su publicación, Lozano interpela a las autoridades locales para que se pronuncien sobre el destino de esta construcción. «Un inmueble de estas características no puede caer en manos de particulares ni explotaciones privadas. El molino no es del Ayuntamiento, es de nuestros tatarabuelos, bisabuelos, abuelos y padres (...) Es de justicia que hagamos el mayor esfuerzo por devolver al pueblo lo que es suyo».

El alcalde Salvador Arcas (PSOE), de momento, no se pronuncia, pero la propuesta sí cuenta con el respaldo de sus socios de gobierno de Izquierda Unida. «Estamos concretando diferentes citas a ver si podemos darle un empujón a esto. Pasito a pasito», confirma la teniente de alcalde María del Carmen Jaime Gómez (IU). Es consciente de que necesitan ayuda, de que el Ayuntamiento solo no puede financiar la rehabilitación pendiente, pero confía en optar a subvenciones para proyectos que dinamizan el entorno rural. Como mantiene Lozano, hacerlo realidad es una cuestión de voluntad.

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