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Aquel otoño pasó unos días en la casa familiar de la Axarquía y allí ha permanecido durante más de cuatro décadas, metido en una carpeta, el texto que escribió entonces, 'Vacanal', una obra inédita de Rafael Pérez Estrada, capaz de destilar la esencia última de este autor erigido él mismo en género literario propio. Narrativa, poesía y teatro; referencias cultas y juegos de palabras; lo divino y lo humano cuajados en una docena de páginas seductoras desde su grueso papel Torreón hasta las letras de tipo Ibarra 12, colocadas una a una por José Andrade en la antigua imprenta Sur para alumbrar una primorosa edición a cargo de la Fundación Rafael Pérez Estrada y el Centro Cultural Generación del 27 de la Diputación Provincial.
Ambas instituciones presentaron ayer 'Vacanal' en la segunda jornada del Seminario La Nube, organizado por la Fundación Pérez Estrada en el auditorio del Museo Carmen Thyssen. Como en la sesión del martes, dedicada a la memoria de Pablo Aranda, se llenó el aforo marcado por las medidas sanitarias para conocer los detalles del texto que hasta ahora ha permanecido en el ámbito privado.
Desde su propio título 'Vacanal' juega la baza del hedonismo propio de Pérez Estrada, aquí resuelto en la historia de dos vacas a las que el autor dedica la trama y la obra entera de la siguiente guisa: "A Margot y Margarina, vacas, hijas de cuarenta generaciones de inseminación artificial, ignorantes de toro macho, industrializadas".
Porque 'Margot' y Margarina' no conocen "vaco", macho de su especie, así que se dedican a juegos eróticos entre ellas mientras se cuestionan casi todo:
"Margot: ¿Cómo te encuentras, Margarina?
Margarina: Querida, no tengo referencias".
Y en esas andan las vacas cuando, de repente todo cambia: "Tinta. Se hace la oscuridad, la noche refleja la silueta inmensa de un toro metálico, anuncio de una bebida alcohólica".
Aparece 'Catastro', "semental virgen, más huevudo que el más huevudo de todos los dictadores latinoamericanos", escribe Pérez Estrada en esta pieza híbrida, desprejuiciada y lúdica, pero también crítica. "Es un texto maravilloso. Nunca hemos hecho una edición en la que nos hayamos reído tanto", brindaba el director del Centro del 27, José Antonio Mesa Toré, que ayer presentaba 'Vacanal' junto a la gerente de la Fundación Pérez Estrada, Ana Cabello. "Creo que estamos ante una obra tragicómica, porque lo que le sucede a estas vacas se puede extrapolar al género humano, en cuanto a que están esclavizadas y no pueden dar rienda suelta a sus instintos", ofrecía Mesa Toré.
Un texto poético, fiel reflejo del humor surrealista fraguado por Pérez Estrada en sus escritos, "con un mensaje detrás muy potente", en palabras de Mesa Toré, quien ponía el acento en la carga simbólica que ofrece 'Vacanal' sobre la alienación de lo natural, solapado por las apariencias y las presiones ajenas. Todo eso ofrece 'Vacanal', "un regalo", como avanzaba Ana Cabello. "Me lo comentó Esteban, el hermano de Rafael. Lo encontró en una carpeta en la casa de campo de la familia en la Axarquía y 43 años después lo tenemos aquí. Me pareció un texto brillante que nos brinda la esencia de Rafael", apostillaba Cabello sobre el escrito que se ha convertido además en un cortometraje del que ayer ofrecieron un adelanto Norberto Rizzo y Alejandro Correa Puche.
Cultura y humor en la obra de Pérez Estrada y en el suculento análisis traído de la mano de la profesora de la Universidad de Málaga (UMA) Natalia Meléndez Malavé, que abría la segunda jornada del seminario La Nube con un repaso a los vínculos entre ambos territorios. "El humor y la cultura nos están salvando y los necesitamos en esta época de tantas dificultades", sostenía Meléndez Malavé, especialista en este ámbito del análisis cultural. Para la profesora de la UMA, la pandemia ha traído, al menos, la reivindicación de la importancia que la cultura y el humor siguen teniendo en nuestras vidas.
A través de multitud de referencias, Meléndez Malavé fue tendiendo puentes de ida y vuelta entre ese acervo común y el humor. De la arquitectura al cine, pasando por la pintura, la escultura o la literatura, fue guiando su charla con amenidad y rigor hasta desembocar en Pérez Estrada y Pablo Aranda. Y así compartió el texto de Aranda incluido en el monográfico de 'Litoral' dedicado al humor, donde recordaba la excusa que daba a sus profesores cuando le pillaban de cachondeo en clase: "No me estoy riendo, es que mi cara es así". Como si lo viéramos.
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