Patricia Simón, una enviada especial a la guerra contra el odio

Este artículo iba a ser una entrevista con esta autora, la ilusión de un diálogo sobre todos los impulsos que le han llevado a escribir un libro que me ha parecido fascinante no por lo que dice, sino por lo bien escrito que está. Patricia Simón se ha ido a Ucrania a cubrir esta guerra y ahora nada me parece más importante. Pienso en la valentía que reside en desplazar toda la fragilidad de tu cuerpo a la guerra, al lugar desde el que emerge algo que decir. Me acuerdo de lo que me decía Miguel Benlloch: «Hay creación donde hay conflicto». Ahora, con Patricia, siento lo mismo. Estoy con ella cuando leo este libro: 'Miedo. Viaje por el mundo que se resiste a ser gobernado por el odio' es el hijo literario de una vida entregada a la verdad, que nos habla del miedo a estar solos o a estar demasiado juntos, el miedo al otro, al pobre, al inmigrante, a los menas. El miedo a nosotros mismos. La manipulación de la incertidumbre como herramienta de propaganda política. A Patricia me la imagino ahora mismo en Ucrania y pienso en su valentía. Yo no sería capaz. En su capítulo final, hay una frase de 'La bola de cristal': queremos ser libres, no valientes. La autora detesta la ilusión del periodista como escribana. Las cosas se cuentan para cambiar la realidad.

Patricia Simón relata el resultado de una vida dedicada a la cobertura de conflictos, con sus contradicciones, propias y ajenas, en más de una treintena de países. Veinte años de oficio y de curiosidad. Si hay algo bueno que ha tenido la pandemia es la virtud de la reflexión. Viva la pausa que nos ha ofrecido el confinamiento. Esta heroína de Estepona detectó el miedo como una presencia común y pone el foco de sus artículos en lo insólito, que es lo que nos pilla cerca. En el lado humano y en las preguntas más simples. Un conductor de Uber, una vecina de Lesbos, un inmigrante que busca su lugar en el mundo. 'Miedo' es un ensayo prodigioso en primera persona, que expulsa frialdades para que el lector acompañe la mirada con una complicidad que define el deseo de la justicia, el amor que da sentido al caos, a la finitud y al sufrimiento, aunque quererse no tenga nada que ver con sufrir. El miedo a la muerte también queda escrutado en este libro tan bien escrito; la muerte de un padre, el derrumbe de la creencia de un mundo mejor. Por eso, en una de las páginas más bonitas de este libro, Simón pide una canción para su funeral. Mayte Martín cantando aquel poema de Manuel Alcántara: 'Le gustaban pocas cosas'. El verano y tus pestañas. Léanlo. El poema y este libro. Porque les hará mejores personas.