Pata Teatro, un clásico de la escena de Málaga que cumple 25 años

Les tocó decir eso de: «Mamá y papá, quiero ser artista». Y claro, en casa les torcieron el gesto. Para actores de drama, nada mejor que los padres. «Me dijeron que estudiara una carrera antes, así que hice Administración de Empresas, pero después entré en la Escuela Superior de Arte Dramático y aquí estoy», cuenta Josemi Rodríguez que ya hace unas décadas se anticipó a la moda del doble grado universitario. Lo suyo era puro teatro, una debilidad que compartió con muchos de sus compañeros. Particularmente con Macarena Pérez Bravo con la que comenzó animando cumpleaños cuando todavía eran estudiantes y con la que acabó fundando Pata Teatro, que ha hecho de los clásicos y del espectáculo infantil sus señas de identidad. Referentes de la escena en Málaga, la compañía cumple este año su 25 aniversario con una calendario laboral ya repleto de días en rojo. Desde Navarra a Galicia, pasando por Cantabria, Madrid, Castilla-La Mancha o Sevilla ya los esperan con alguna de sus cuatro obras en marcha, desde la cervantina 'Quijote' a su último estreno para toda la familia, 'Tierra mía'. Un derroche de talento sobre el escenario, pero también de producción que gestiona la propia pareja cuando se baja de las tablas. «Mira, al final, lo de Administración de Empresas me ha servido mucho», concede Josemi, que asegura que «no hay profesiones equivocadas». Ni padres equivocados.

Pérez y Rodríguez, tanto monta, monta tanto, miran al pasado sentados en el sillón arcoiris de su local de ensayo en calle San Millán. Macarena no olvida la fecha de su debut y la fecha le brota como un resorte, al igual que la sonrisa: «Fue el 4 de abril de 1998». Aquel día se subieron a las tablas con su primer espectáculo infantil, 'El tiempo vuela'. Aunque aquel día se subieron volando a algo más. A un mundo de fantasía, teatro y pasión del que todavía no se han bajado. Ni piensan hacerlo. «En la carrera, la mayoría de compañeros pensaba en irse a Madrid a trabajar en el audiovisual, pero nosotros siempre tuvimos muy claro que queríamos quedarnos en Málaga y crear una compañía de teatro», confiesa la pareja, cuyos primeros personajes fueron Patatín y Patatán, los 'clowns' que interpretaban en los saraos con niños. A los que llevan consigo desde entonces en su propia identidad y denominación. «Redujimos el nombre a 'Pata', que no solo nos gustaba sino que es un elemento muy teatral ya que es el cerramiento lateral del escenario», explica la cofundadora y media naranja de este dúo.

Lo del cítrico viene a cuento y no es teatro. Porque Macarena&Josemi son además pareja a tiempo completo. «Separar lo familiar de lo laboral es un problema, ya que todo lo que nos afecta del trabajo es mutuo y es difícil separarlo... a los niños los tenemos fritos», afirma la pareja que ha transmitido algo de ese artisteo tanto a Candela (14 años) como a Nicolás (18), que ya apunta maneras ya que ha empezado a estudiar Comunicación Audiovisual. Sin tener que pasar por Dirección de Empresas.

Junto a El Espejo Negro, Acuario, Peneque y Fernando Hurtado, Pata Teatro son de las pocas compañías malagueñas de la última década del siglo XX que continúan a pie de escenario. Y con la furgoneta preparada. «La escenografía viaja con nosotros y, dependiendo del espectáculo, nos acompañan unos actores u otros, además de nuestro técnico, Elías García», asegura Pérez, rodeada precisamente de todos esos decorados atesorados a lo largo de más de dos décadas, desde el barco de 'Sin rumbo' a la casa de muñecas que es un edificio de 'Debajo del tejado'. Como decía aquel disco de Ana Belén y Víctor Manuel, Macarena y Josemi son mucho más que dos. Porque además de otros intérpretes, su equipo está formado por diseñadores de vestuario, escenógrafos, marionetistas, iluminadores… y así hasta una treintena de personas necesarias para poner en marcha un espectáculo. «En 'Quijote', Miguel Ángel Martín (@tunomandas) se encargó de la dirección de actores porque al estar sobre el escenario necesitaba esa mirada exterior y la suya es formidable», afirma Josemi Rodríguez, que todavía luce esa perilla grisácea del caballero de cuyo nombre no quería acordarse Cervantes. «Ya creo que me la quedo», confiesa.

Aunque para quijotesco, el episodio que vivieron en el último ciclo de esa tradición estival que ya es 'Clásicos en verano'. Después de anunciar la renuncia al evento y provocar una ola de adhesiones y una reacción de los responsables políticos culturales municipales y autonómicos, no tuvieron confirmación del escenario de las representaciones hasta finales de junio, una semana antes del estreno. «Lo teníamos todo ensayado, pero tuvimos que retrasarlo una semana porque no teníamos ni cartelería ni lo habíamos podido anunciar», cuenta Macarena, que añade que, pese al éxito, «otra vez estamos igual: todavía no nos confirman el espacio para el próximo». «Esta incertidumbre después de diez años es estresante, porque además tenemos que empezar con la producción que supone una inversión. La verdad es que todo el mundo está a favor de que se haga el ciclo, pero después cuesta mucho echar una firma para autorizarlo», expone Josemi, que recuerda que cuando en 2012 propusieron hacer una obra clásica en un espacio patrimonial y al aire libre –al estilo de los festivales de Almagro o Mérida–, les soltaron que «en verano en Málaga la gente quiere ir a la playa no ir al teatro». Por eso no se olvidan que Antonio Navajas, director del Teatro Cánovas, creyó en ellos y en el proyecto que, con sus traspiés, ahí sigue cada año recabando el aplauso general.

«El Rubio –Miguel Guardiola– siempre dice que el 80 del sueldo nos lo llevamos en aplausos y es verdad que nuestra profesión es muy gratificante, porque cuando voy al banco y me hace una gestión, no me voy aplaudiendo», asegura con humor Josemi Rodríguez, que con Pata Teatro atesora reconocimientos cotizados como los Premios Feten por 'El árbol de mi vida' (2015) y por 'Debajo del tejado' (2020). «El último lo ganamos y nos la contrataron por toda España, pero con el confinamiento, las restricciones y el miedo aquel año se suspendieron las funciones, pese a que se demostró que en los teatros no se producían contagios con las medidas de seguridad», relata la actriz, que añade que los espacios escénicos e instituciones han recuperado el pulso y, afortunadamente para ellos, la fama les precede y tienen contratos tanto en Málaga como en el resto de España.

Esto le lleva a Josemi a mirar al sector y a hacer autocrítica. «Creo que los actores nos hemos vendido muy mal, porque nos quejamos mucho de la profesión y de que es muy complicado subsistir y eso es lo que ha calado en la gente: que vivir del teatro es imposible», asegura Rodríguez, al que todavía le preguntan si logra comer del teatro. «Y yo siempre contesto que incluso merendamos».

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