Alberto Gómez, Antonio Javier López y Pablo Pineda, durante el encuentro de ayer. marcos álvarez

Pablo Pineda rompe tabúes: del gueto al sexo

El malagueño visita el escenario de Cervezas Victoria en el encuentro que abre el nuevo curso de Aula de Cultura de SUR: 'Sin barreras ni etiquetas'

CRISTINA PINTO

Jueves, 16 de septiembre 2021

Pablo Pineda entraba a la fábrica de Cervezas Victoria y se paró en firme esperando con la mirada. Al fondo de la sala estaba el diputado de Recursos Humanos, Juande Villena, que aceleraba el paso y llegaba a la puerta para dar un fuerte y ... emotivo abrazo a su amigo de toda la vida. Estudiaron en la misma clase y ese cariño perdura en el tiempo, se notaba. El Aula de Cultura de SUR celebraba la vuelta con una nueva temporada que iniciaba junto a este malagueño –que ya tuvo su primer encuentro con el Aula de Cultura en 2010– y ayer se subía a las tablas del escenario de Cervezas Victoria 'Sin barreras ni etiquetas'. Así se tituló el encuentro que condujeron los periodistas de SUR y directores del Aula de Cultura Antonio Javier López y Alberto Gómez.

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Lanzada la pregunta «¿Te consideras un pionero?», Pablo Pineda alzaba las manos y lo reafirmaba: «Es que soy un pionero». Y es que no cualquiera puede decir que es el primer europeo con síndrome de Down en conseguir una titulación universitaria, que tiene una Concha de Plata al mejor actor en el Festival Internacional de Cine de San Sebastián ni que le pusieron a una glorieta de Málaga su nombre. Empezaba así una charla que luchó por dejar atrás los prejuicios y hablar de realidades y valores de los que la sociedad no suele hablar. Que este malagueño tiene un don de gentes nadie lo duda, y que tiene el don de la palabra, tampoco. Él hablaba y todos callaban, les miraban atentos para no perderse ni un detalle del discurso.

«Hace falta conocer más el prejuicio que hay con las personas con discapacidad, pero eso incomoda a los políticos y a la sociedad»

Desde el momento en el que se enteró que tenía síndrome de Down y pasando por su época universitaria hasta llegar a hablar de los guetos en la sociedad, la infantilización o el sexo en las personas con capacidades especiales. Rompiendo tabúes. De eso que nadie quiere hablar: «No se quiere hablar de estos temas porque incomodan, porque tambalean muchos conocimientos sociales, se prefieren otros pretextos. Y nosotros somos personas de carne y hueso», reflexionaba Pineda.

Vídeo. Cristina Pinto

«Lo que no interesa escuchar»

«Se habla de sexo y no de sexualidad. Se habla del acto sexual, pero no se habla de lo que realmente es la sexualidad: el respeto, el saber cómo tratar al otro... Ahí es donde empieza la educación sexual. Saber que cada persona es una persona, no una cosa», empezaba Pablo Pineda así a reivindicar en su visita al Aula de Cultura. La infantilización es algo que le viene de cerca a este tema de la sexualidad en personas con discapacidad, o así lo analizaba Pineda: «Hace falta conocer más ese prejuicio que hay con las personas con discapacidad. Pero el tema incomoda a los políticos y a la sociedad en general, no interesa escucharlo. Por eso para no dejarles avanzar la mejor forma que tienen es la de infantilizar a las personas con síndrome de Down. Y aquí ya más de uno tenemos cierta edad, ¿verdad?», señalaba mientras miraba al público.

«Se habla del acto sexual pero no de lo que realmente es la sexualidad: el respeto, el saber cómo tratar al otro...»

Al preguntarle por la solución, el malagueño resoplaba y decía que se tenía que remontar a la historia. «¿Habéis visto 'El Ministerio del Tiempo'? Pues vamos a hacerlo, vamos al Imperio Romano a ver si ahí querían a personas con discapacidad como gladiadores, o a Grecia, o a la Edad Media, que les decían que eran seres demoníacos...», recordaba Pineda. Al rememorar su etapa en el Ayuntamiento se pasó al tema de la inclusión laboral, algo que va de la mano de «la educación a la empresa, trabajadores y directores», como aseguraba el malagueño.

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Ahí es donde llegan «los guetos». «Detrás de cada empleado hay una persona con su historia, sus necesidades... Alguien a quien darle aire para que demuestre lo que sabe. Dadles una oportunidad, arriesgaos, bucead ahí abajo a ver quién hay», invitaba Pineda al mundo laboral a no distinguir entre sus empleados. En «los guetos» llegaron «los cajones», esos hechos para separar, cuando pueden estar todos en uno mismo: «¿Por qué no decimos personas diversas y así englobamos a todos? Porque nos encanta hacer cajones. Y hay que quitar los cajones», matizaba. Ahora que llega el otoño se está a tiempo de hacer cambio de armario y dejar de utilizar tantos cajones como dice Pablo Pineda.

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