Olga Grymierski, tras su entrevista con SUR, frente a las vistas de su casa. C. Pinto
La Granizada

Olga Grymierski: «Siempre he sido una malagueña rara»

Empresaria y promotora de la Semana Cultural de Japón en Málaga

Jueves, 1 de agosto 2024, 00:17

Su intención era hacer un 'brunch' en Byoko durante la entrevista. Pero fue imposible encontrar una mesa libre aquel miércoles de verano en el local de comida ecológica de la plaza de la Merced. Aunque Olga Grymierski fue resolutiva: «Nos vamos al Café de Bruselas, ... allí te espero, no tengas prisa», escribió en un mensaje de WhatsApp. Sentada en la terraza y con un zumo de naranja, llegó dispuesta a hablar de lo que sea y con su mejor complemento que nunca falla: la sonrisa. La empresaria y promotora de la Semana Cultural de Japón en Málaga pronto comenzó a profundizar sobre el país nipón. Aunque también sabía que en las granizadas de verano se propone hablar de todo. Y ella nunca tiene problema en eso. La conversación pasó rápido, pero en realidad fue más de una hora. Su entrevista con SUR acabó cerca de su casa, en calle Victoria, ante unas ruinas del año 1800 que le fascinan y que pronto van a poder visitarse. Y es que lo de Olga Grymierski es pura pasión e ilusión por descubrir cosas de la ciudad aunque admita ser «una malagueña rara», pero la realidad es que está totalmente involucrada con lo que pasa en Málaga.

Publicidad

–En su última entrevista en SUR dijo que se sentía japonesa.

–Nací en Casablanca, digo que soy japonesa pero soy malagueña, aunque siempre he sido una malagueña rara. Por ejemplo, nunca he sido 100% participativa en la feria y el baile flamenco me atrae cero, es algo muy alejado de mí.

–¿Qué debería aprender el japonés del malagueño y viceversa?

–El japonés para soltarse necesita embriagarse y nosotros muchas veces pecamos de ser bastante impulsivos y extrovertidos.

–¿Es muy impulsiva?

–Soy muy impulsiva, pero trabajo mucho para aprender a meditar. Por ejemplo, la cerámica me sirve mucho. Es otra de mis pasiones.

–Emprendió y montó un restaurante japonés hace unos años. ¿Le gusta la cocina? ¿Tiene algún plato estrella?

Publicidad

–Me gusta mucho hacer la comida, me encanta cocinar. Mi plato estrella en verano es el gazpacho, lo hago todos los días, es como una religión en mi casa. También las alubias, que he aprendido a cocinarlas a raíz de conocer la gastronomía japonesa. Dicen que es lo mejor para el envejecimiento.

–¿Recomendación de restaurante japonés?

–Hay muchos sitios en Málaga capital, pero reconozco que mi favorito es uno que hay en Fuengirola, se llama Kamura. Está por Los Boliches y es un sitio muy humilde, con zona de barra. Tiene un chef que es buenísimo.

Publicidad

–Vive en pleno Centro, ¿se ha planteado mudarse? ¿O incluso vivir en Japón?

–Sí, claro, ahora mi hijo pequeño tiene 8 años y me da margen aún. Pero por allí hay casitas rurales que se venden muy baratas. Aunque siempre volvería, nunca abandonaría Málaga, la adoro. Como alternativa al Centro tenemos una casa en Genalguacil, una maravilla de pueblo, me encanta para desconectar.

–Parece muy mística, ¿es creyente?

–Sí, y creo totalmente en la energía. Creo que hay muchas personas que me consta que han dado mucho para que el ser humano mejore. Quizá ahora mi tendencia es un poco más budista, pero obviamente Cristo para mí es una persona importante.

Publicidad

–¿Le gusta la Semana Santa?

–La sigo, me gusta emocionalmente lo que significa, pero es verdad que no soy fan de quedarme horas esperando. Quizá si voy y me la encuentro sí, pero no soy tan participativa como la mayoría.

–Si tuviera que elegir un lema de vida.

–Pues mira, 'Nanakorobi yaoki', que significa 'me caigo siete veces y me levanto 8'.

–¿Se ha caído muchas veces?

–Muchas veces, la verdad. Me he caído por proyectos que no han salido bien, pero sobre todo he sido muy víctima de mi ego y de otra serie de cosas que me han hecho daño internamente. He aprendido a que no me coma el amor propio. Pero es verdad que no tenemos que olvidar querernos a nosotros mismos y dar gracias por todo lo que tenemos.

Publicidad

–¿Cree en el amor?

–Totalmente. De hecho creo que el amor es lo que te da la energía. Cuando das amor estás abierto y recibes buenas vibraciones. Y las das. No sólo el amor de pareja, sino el amor a las personas. Es más saludable, se vive más tranquilo... Nadie es perfecto, hay mucha gente envidiosa, pero bueno...

–¿Le ha decepcionado mucha gente?

–Sí. Como tuve el restaurante japonés en el centro tanto tiempo, he tenido una lista de contactos de amistades tan grande... Y he sido generosa con mucha gente de la que luego me he dado cuenta que a lo mejor no eran tan amigos... Pero bueno, los que son de verdad están ahí aunque no hables con ellos día a día. Yo es que suelo desconectar mucho del móvil, puedo estar como dos días sin él y sin hablar con amigos.

Noticia Patrocinada

–Qué alegría.

–Si vamos a algún sitio unos días y al salir me doy cuenta de que se me ha olvidado el móvil en casa, no me doy la vuelta.

–Le gusta mucho la música, de hecho, estudia japonés cantando.

–Desde que gané el concurso de oratoria me di cuenta de que hay que ejercitar constantemente la mente y yo estudio el idioma a través de canciones. La mente es un músculo que tenemos que trabaja. Y con la música, pues me encanta mucho toda en general, pero destaca el jazz o techno. De hecho, ahora con mi marido estamos como socios de Sophie, festival que está todo el verano y al que vienen djs internacionales.

–¿Suele ir?

–Sí, claro que voy, y me encanta. Me lo paso genial. Ahora le he comprado a mi hijo una mesa de mezclas y está flipando.

–También le gusta mucho la moda.

–Sí, muchísimo. Con Jesús Segado vamos a ir a Madrid en octubre con diseños que hicimos para la Semana Cultural de Japón en Málaga, son una maravilla. Me gustaría incluso llegar a diseñar, algo que tengo pendiente (risas).

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €

Publicidad