Gonzalo Rojo
Viernes, 28 de junio 2024, 02:00
Rita Jiménez García, más tarde conocida en el mundo del flamenco como Rita la Cantaora, vino al mundo en Jerez de la Frontera en el ... año 1859. Su gran afición al flamenco la llevó, siendo aún un niña, a iniciarse en el cante junto a las grandes figuras del barrio de Santiago de su ciudad natal. Descubierta por un agente teatral, éste la llevó a Madrid en la década de los 80, donde debutó junto a Juan Breva y a su paisana Juana la Macarrona en el Café de Romero, situado en la calle de Atocha, teniendo más tarde la oportunidad de trabajar junto a otros importantes artistas, como José Barea, María la Macarrona, Las Borriqueras, Paco el Malagueño, Carito, etc.
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El éxito conseguido por Rita fue tal que la revista 'El enano' le dedicó estos versos: «Del pueblo andaluz, señora,/ todo el elogio merece/ y su mirar enamora./ Que una rosa que florece/ es Rita la Cantaora». En 1892 actuó en una función benéfica con Juan Breva, la cantaora Pepa la Coquinera y Paco el de Lucena. Y en agosto de este mismo año formó parte de la pantomima 'La feria de Sevilla' junto a Juan Breva y la bailaora Soledad Menéndez, en el Circo Parish, según 'El Heraldo de Madrid', de 9 de agosto de 1892.
En los años 1894 y 1895, en el Liceo Ríus cantó Rita junto a grandes artistas como José Barea, Juana la Macarrona, Las Borriqueras, Matilde Peña, Juan Breva, La Paloma, Pichiri, etc., según información de los periódicos 'El Heraldo de Madrid' y 'El Imparcial'. También por estos años viajo Rita a Andalucía para cantar en Jerez, Sevilla y Málaga. En nuestra capital lo hizo en los cafés del Turco y España, junto a otras importantes figuras del flamenco que tanto se prodigaban por entonces en nuestra ciudad. En 1901 la revista 'Alrededor del mundo' hizo referencia a Rita como «una de las mejores cantaoras flamencas del momento»; y ese mismo año cantó en el Salón Variedades junto a la cantaora rondeña Paca Aguilera.
En 1906 figuraba integrada en el cuadro flamenco del Café del Gato, instalado en el callejón del mismo nombre, con sus espejos deformantes en los que Valle-Inclán veía la tragedia de España transformada en esperpento a través de los ojos agonizantes de Max Estrella. En 1935 la periodista Luisa Carnes la entrevistó para la revista 'Estampa'. Rita era «una viejecita simpática que vivía consagrada al cuidado de su humilde casa y al amor de sus cuatro nietos», «Rita vive olvidada en Carabanchel Alto», denunciaba la revista. «He vivido como una reina y ahora soy más pobre que las ratas». Se casó con un volquetero de Carabanchel y en 1936 las autoridades trasladaron a los habitantes de aquel barrio madrileño a Zorita del Maestrazgo. En este pueblo de Castellón vivió sus últimos días Rita Jiménez García, fallecida el 29 de junio de 1937, a los 78 años de edad. Mañana sábado 29 de junio se cumplirán 87 años de su muerte.
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