La nube doble

El nivel de Maribel

Lunes, 10 de febrero 2025, 01:00

Ojalá la gala de los Goya de este año hubiera tenido la misma intensidad que aportó Maribel Verdú al entregar a Aitana Sánchez-Gijón su premio honorífico. Ahí hubo verdad, concisión y su poquito de ensayo, vale. Pero ninguna se extendió mucho y fueron al ... lío: con lectura, puede, pero sin «la cutrada» (alguien lo dijo) de recurrir al móvil, a subtítulos surrealistas (caso de Gere), o a tirar de chuleta. Eduard Fernández, adicto a papelones, sacó el suyo al recibir el galardón más cantado. Se le perdona porque fue emotivo, aunque no tanto como el más feliz de todos: el malagueño Salva Reina. Ningún micro-corte de audio, y eso que hubo tela, pudo evitar la comunión alegre con su algarabía por el premio como actor de reparto en 'El 47'. Quien vea la película ganadora del Goya, a pachas con 'La infiltrada' (en ese final de gala tan mal explicado y peor resuelto), sabrá que en ella Reina está sembrado. Como muchos cómicos anteriores que jamás pensaron en alcanzar tal honor, sus lágrimas fueron contagiosas.

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Y tras este hito inicial, unido al subidón de ver a un Miguel Ríos tan combativo como siempre, vino luego el lastre de una sucesión inacabable de retahílas como nunca. En el guion no había nada que distrajera mucho, porque hasta Verdú y Leonor Watling estaban medio desaparecidas. Unos deliciosos montajes sobre nuestro cine por aquí, que subrayaban a un Almodóvar ausente; unas actuaciones musicales por allá, donde sobresalió Rigoberta Bandini; unos piononos por acullá, repartidos en las cerca de cuatro horas, con estampas granadinas o palabras de Lorca, Cano o Morente. El 'In Memoriam' a Paredes y muchos anónimos desconocidos fue punzante e inquietante, pero el homenaje a 'Mar adentro' quedó descafeinado: o porque nadie lo esperaba o porque no cabía ni una reivindicación de derechos más. A mí lo que más me gustó fue el reparto tan desgranado de cabezones, pues ni 'La estrella azul' se fue de vacío, ni tampoco Almodóvar, 'Segundo premio' o 'Casa en llamas', esa delicia imperdible con la injustamente damnificada, ay, Vilarasau.

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