El artista Francisco Contreras, conocido como Niño de Elche, en una de sus últimas visitas a Málaga. ñito salas

Niño de Elche: «No me considero referente en el flamenco y ojalá nunca lo sea»

El artista visita este martes y miércoles el Echegaray para clausurar el ciclo Anverso/Reverso con el monólogo 'Transparental'

CRISTINA PINTO

Lunes, 12 de diciembre 2022, 00:06

Recién salido de una tienda de discos, mientras preparaba su día como otro cualquiera, Francisco Morales, conocido en su faceta artística como Niño de Elche ... descuelga el teléfono para hablar con SUR de su visita al Teatro Echegaray esta semana para clausurar el ciclo Anverso/Reverso en el monólogo 'Transparental' con Juan Antonio Hidalgo en un homenaje a David Bowie. Pero antes de comenzar la llamada, como tono de espera se escucha una canción de reggaeton, 'Picky', de Joey Montana.

Publicidad

–La canción que tiene es pegadiza...

–(Risas) Eso es Orange, que es muy creativo.

–¿No la puso usted?

–Creo que ni la he escuchado... La gente cuando llama, cuelga porque se piensan que se han equivocado.

–¿No la quiere quitar?

–No sé, ya tiene su gracia.

–Niño de Elche y David Bowie, de primeras suenan totalmente contrarios. ¿Pero hay algo en común?

–Bowie es un referente para mí, no es troncal en mi carrera pero en sus últimos discos experimenta en el sentido sonoro, en lo escénico... A mí me ha marcado ese carácter camaleónico que tenía.

–Experimentar con la música...

–Él no tenía prejuicios en el mundo del arte y yo me siento reflejado en su forma de abordarlo; a mí los artistas me interesan desde ese punto de vista. No importa el resultado, sino el proceso.

Publicidad

–¿En qué proceso se encuentra ahora mismo?

–Estoy en diferentes proyectos cada uno con una temática diferente porque, al fin y al cabo, a mí lo que me interesa es de lo que tengo que hablar. A veces utilizo el flamenco y otras diferentes temáticas y disciplinas.

–¿Le cansan las críticas?

–¿Cuáles?

–Las que recibe por parte de algunos sobre su flamenco.

–Bueno, es una parte folclórica de todo aquel que se atreva a mover los cimientos de una música con una cierta influencia de un poder conservador y, como ahora están todos a punto de morir, van pegando sus últimas cornadas. Pero no tiene más importancia, está bien hablar de ello y comentarlo, pero tenemos que ser conscientes de que estamos hablando de algo minoritario sin ningún tipo de relevancia. A mí me gusta hablar de las críticas en la barra de un bar para reírnos, pero son personas que perdieron la batalla hace unos años.

Publicidad

–Son más los que le apoyan que los que no...

–Es evidente. Por eso darle un espacio protagonista a esto no me parece que sea la realidad. Cuando me enfrento a las críticas lo hago desde un sitio de diversión, no desde una batalla cultural. Las cosas, por suerte, han cambiado... Por ejemplo, Rosalía ahora o Morente y Camarón en sus tiempos; el flamenco siempre se ha ido superando. Y hay que verlo como cuatro frikis pueblerinos, profesores o periodistas retirados que no tienen otra cosa que hacer.

–Los artistas están utilizando mucho el flamenco para fusionarlo y hacer nuevos sonidos, ¿no?

–Hay flamencos que siguen teniendo inquietudes y eso es positivo. Tenemos que fomentar que esas curiosidades tomen cuero y no sean simples intentos mediáticos para envolverse en etiquetas que no suenen a modernidad por nuestros complejos ante otras músicas.

Publicidad

«Me gusta hablar de las críticas en la barra de un bar para reírnos; no como una batalla cultural»

–Investiga mucho sobre esto, ¿cuánto tiempo le dedica?

–Es que no hago otra cosa en mi vida. Vivo solo, no he tenido nunca pareja... Así que siempre estoy en esto. Justo ahora estaba saliendo de una tienda de discos, luego voy a comer con una amiga, iré a ver una película que tengo ganas y luego a la noche me quedaré en casa escuchando estos discos, leyendo sobre la improvisación libre... Mi agenda tiene que ver con esto, con el comer y con escuchar.

–¿En algún momento se ha considerado pionero?

–Sería un drama.

–¿Por qué?

–Porque ser el primero es lo peor que te puede pasar.

–¿Mucha responsabilidad?

–Los primeros pasos de un camino siempre son los más terribles. Yo no me considero pionero o un referente, por lo menos no en el mundo del flamenco. Para otras músicas no sé, pero no me siento que sea una referencia para otro tipo de artistas en el flamenco. Y ojalá que no me consideren así nunca.

Publicidad

–Ahora se mueve mucho con las colaboraciones, se le ha visto en la gira de C Tangana, ahora con Rocío Molina...

–Siempre he entendido lo de colaborar como un proceso de nutrición. No sé si sabes, pero la palabra reunión más que tener que ver con juntarse significa encontrarse a uno mismo. Entonces cuanto más me junto con gente, más encuentro mi propio yo.

–¿Y ha descubierto a ese otro?

–Eso está siendo transformado constantemente, no hay un 'yo' concreto. En ese sentido todos somos 'trans'.

–¿A qué quiere llegar con su trabajo?

–Firmaría por estar tal y como estoy, aunque a lo mejor sí que pediría tener más posibilidades a la hora de las producciones. Como estoy entre la música y otras disciplinas siempre es difícil encajarme, una contratación que a un compañero de mi generación le cuesta dos días, a mi me cuesta cinco. Eso es lo único que quiero resolver en estos años, por lo demás, firmaría ahora mismo.

Noticia Patrocinada

–¿Se ha encontrado muchos problemas por no catalogar en un solo género su trabajo?

–Es un problema siempre. Vivimos en un mundo que cada vez es más abierto pero tiene todo más etiquetado. Aunque se está abriendo un poco porque hay gestores culturales que lo están haciendo muy bien, pero aún nos queda trabajo por hacer...

–¿Cree que en España se está avanzando con la cultura?

–Bueno, se ha mejorado... Pero la política de cancelación está arrastrando cosas muy radicales, aún hay todo tipo de censura por mínima que sea. Y hay que utilizar la inteligencia y picaresca artística porque ya que no vamos a poder cambiar las almas de la gente, al menos que el arte nos de el mecanismo para jugar.

Publicidad

–¿Le han censurado alguna vez?

–Una vez, lo que pasa que a puerta cerrada. Aunque no me considero un artista censurado, sino que muchas propuestas no encajan en los térmicos políticos y estéticos de muchos espacios. ¿Y eso es censurar? Pues se dice que es por el programador... ¿Se considera eso vetar? Pues no sé... Pero la censura existe y existirá, aunque siempre nos quedará nuestra inteligencia. El arte es mucho más amplio, más complejo, más profundo y, sobre todo, más transformador en el sentido de espíritu. Y eso es lo que me interesa.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €

Publicidad