Weekend Beach Festival, un espejo de emoción

«En el Weekend puedes hacerte amigo de cualquiera que te lo vas a pasar bien, no importa si es de un tío heavy o de otro que le gusta la electrónica, eso me encanta, porque creo que es único en este festival», cuenta Leyla Mattalia, una malagueña que repite experiencia por tercera vez, esta vez con su amiga Laura para quedarse en el camping: «Aquí no se duerme bien porque no descansas, pero bueno, vale la pena por todo lo que te llevas. Y el lunes me voy a Canarias», comenta riéndose. En la segunda jornada oficial de festival los cuerpos aún estaban relajados y a la vez enérgicos, las pilas recién cargadas porque los dos años de sequía festivalera han servido para morder la manzana musical con muchas más ganas. Aún con el sol justiciero de julio brillando con fuerza sobre la explanada, la tarde comenzaba a encarrilarse con los valientes que no querían perderse a El José, un artista granadino con el duende garrapatero y poético en sus venas (aunque a él no le gusta catalogarse). La suya fue la primera voz que se escuchó en este espacio y aún con poco público frente al escenario estiró el show para disfrutarlo al máximo en el escenario TorreMar.

Desde luego, si algo caracteriza al Weekend es que ese eclecticismo se divide en escenarios paralelos que no se contaminan acústicamente. En el contiguo, el Weekend Brugal, los malagueños Bauer llegaban por primera vez a este festival para ser profetas en su tierra y regalarle a quienes les siguen una tarde de buena música y de instrumentos que suenan con empaque. En el siguiente, Sunrise Jack Daniel's, la electrónica no cesa en las más de doce horas que dura la jornada.

Guitarricadelafuente, también primerizo en este festival que va consolidándose (ya son siete ediciones), fue la marcha de la tarde a pesar de que sus temas se mueven entre baladas melancólicas y emocionantes. Una versión de 'A mi manera' a coro con su grupo y el público de Weekend fue la guinda brillante y sabrosa de una tarde de sorpresas, aunque no la única. A los pocos minutos, Álvaro Lafuente subió al escenario a una seguidora entre el público que levantaba una pancarta blanca en la que escribía: «Mi sueño es cantar 'Guantanamera' contigo», y como el genio de la lámpara, el artista le concedió el deseo de forma espontánea. Lucía Jiménez, la malagueña afortunada de tan sólo 15 años, explicaba fuera del escenario que sintió una «mezcla de emociones increíbles», pues cantar con alguien que siente la música de la misma forma que ella fue un regalo inolvidable.

Como contratiempo, uno de los grupos cabezas de cartel de la jornada, The Hives, anunciaban en sus redes sociales que finalmente no podrían asistir a Weekend por «causas excepcionales, la huelga internacional de pilotos de Europa». Para remediarlo, la organización programó en su lugar a Danza Invisible, grupo que vuelve a celebrar sus 40 años en la música en otro escenario multitudinario.

«Qué humedad, por Dios», comentaba Rozalén al poco tiempo de salir al escenario con un poncho de hilos coloridos, alegre, como su actitud frente al escenario. Se notaba que su público de Málaga la esperaba, que quería contagiarse de su espíritu optimista porque la demostración de amor fue imperiosa. «Este es nuestro sitio, el de la amistad», presumió con una sonrisa henchida antes de animar a los 'weekers' a hacer una conga multitudinaria. Al mismo escenario se subió poco rato después SFDK, con Zatu al frente del proyecto y con algunos invitados especiales como el malagueño Little Pepe con el que cantó su tema en común, 'Bajo el mismo sol', donde la ciudad de Málaga es la protagonista absoluta. Por suerte para los amantes de la música aún les queda todo el fin de semana para seguir extendiendo este reencuentro que promete batir récords de asistencia.