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EUGENIO GRIÑÁN
La visita de John Lennon a Málaga bien vale mil pesetas

La visita de John Lennon a Málaga bien vale mil pesetas

Pese a que llegó sin su famosa melena, el mítico Beatle, del que se cumplen cuatro décadas de su muerte, levantó un gran revuelo nada más pisar el aeropuerto en 1966. No dijo lo que ganaba, pero firmó numerosos billetes verdes que con su rúbrica cobraron todavía más valor

Domingo, 20 de diciembre 2020, 01:30

No era la primera estrella que bajaba la escalerilla del avión en el Aeropuerto de Málaga. Sin ir más lejos, el escandaloso Frank Sinatra lo había hecho justo un año antes y la pionera Maureen O'Hara llegó con el equipaje del glamour la década anterior. Pero nunca se había visto tanto revuelo por un vuelo. La diferencia es que esta vez la prensa estaba sobre aviso. Pero no uno ni dos, sino toda una legión de reporteros y plumillas que en septiembre de 1966 esperaron al cantante del momento, el Beatle John Lennon, en la misma pista del aeródromo en la que se detuvo el avión de Air France que lo traía de Alemania. Venía sin su característica melena, pero lo identificaron sin problemas. La expectación era tal que al cantante no le quedó otra que improvisar una rueda de prensa. Un aquí te pillo y aquí te pregunto que valía oro por la popularidad del personaje. Y cuando contestó todas las cuestiones y creía que ya se había ganado la salida, se encontró con otra aduana: decenas de fans en busca de un autógrafo. Todavía no era tiempo de 'selfies'.

«La presencia de los fotógrafos no pasó inadvertida y muchos extranjeros, sobre todo mujeres, que llegaban al aeropuerto para volver a sus países lo reconocieron, por lo que Lennon estuvo firmando sin parar hasta que se lo llevaron», recuerda Eugenio Griñán, que fue uno de los que inmortalizó con su cámara la llegada del líder de Los Beatles, del que este mes de diciembre se han cumplido cuatro décadas de su asesinato en Nueva York. Apenas 25 años tenía el cantante cuando llegó a Málaga, donde el fotógrafo lo vio dejar su rúbrica hasta en billetes verdes que los turistas se llevaban de recuerdo para sus países. Mil pesetas que, con el garabato de Lennon, ya no tenían precio.

Hablando de dinero, la prensa malagueña aprovechó para preguntarle al de Liverpool cuánto ganaba, a lo que el joven artista, ya experto en lidiar con preguntas incómodas, tenía la respuesta preparada: «No lo sé, eso quien lo sabe es nuestro 'manager'». Un banco de madera en una sala de la zona internacional de El Rompedizo sirvió para que John Lennon se sentara para atender a los periodistas y fotógrafos, que no tardaron en sitiarlo. «El aeropuerto era una fuente de noticias y tenía un contacto que me contaba si algún personaje famoso iba a venir, pero aquel día no fui al único al que pasaron la información», cuenta Griñán, que recuerda que el Beatle se prestó a todo, derrochó sonrisas y rompió todas las reticencias después de haber protagonizado una polémica que se hizo mundial.

Efectivamente, Los Beatles habían realizado apenas un mes antes, en agosto de 1966, una gira por EE UU en la que se rescataron unas declaraciones suyas en las que afirmaba con algo de autosuficiencia y provocación: «Somos más populares que Jesús». Aquello enardeció a grupos religiosos hasta el punto de que el USA Tour se llenó de protestas en cada concierto. Una polémica que también llegó a España y que cosechó no pocas críticas hacia el «melenudo», como despectivamente se refería a él la prensa del régimen.

Sin pelo como Sansón

Pero claro, aquel chico malo con pelos largos llegó con el cabello recortado a lo Sansón, lo que sorprendió a los periodistas que no tardaron en preguntar que había sido de su desafiante melena. A lo que respondió que había venido a Málaga para dirigirse a continuación a Almería a rodar la película 'Cómo gané la guerra', en la que encarnaba a un sargento a las órdenes del cineasta Richard Lester. Y lógicamente, si iba a interpretar a un militar tenía que pasar por la barbería. Un corte que también fue aprovechado por una revista musical alemana ya que, como si fuera el nuevo mesías a lo Jesucristo, recogió esa cabellera beatle y la repartió entre los lectores de la publicación.

Recorte de la información que publicó SUR el 20 de septiembre de 1966 con la visita de John Lennon. HEMEROTECASUR

Aunque el equipo de la película lo formaba una treintena de personas y en la expedición también viajaba el actor Michael Crawford, el que se llevó todas las miradas y preguntas fue Lennon. Bueno, las cuestiones se las decían a Quique Herreros, relaciones públicas de la película, que traducía al cantante y viceversa. Así, contó que sus prioridades eran rodar la película, nadar en el mar y correrse alguna juerga flamenca, un ambiente que ya conocía bien ya que tres años antes había pasado un par de semanas en Torremolinos con su representante, Brian Epstein, conocido como el 'quinto Beatle'.

Donde los periodistas pincharon en hueso fue con los toros, ya que Lennon se declaró un animalista que se adelantó a la actual contestación a la fiesta nacional. «No me gusta ese espectáculo, soy un enamorado de los animales», zanjó el actor y cantante, que no tardó en ganarse a los presentes al decir que España era «un país acogedor y alegre. Aquí me siento feliz». En esto último asomaba precisamente aquella escapada a la libertaria Costa del Sol de unos años antes. Y allí se acabó la entrevista, aunque el autor de 'Let It Be' y 'Strawberry Fields Forever' todavía tardaría un poco en ganar esta guerra y salir del aeropuerto. Le quedaban los fans y sus billetes al portador a la espera de firma. Finalmente, la estrella pudo enfilar la carretera de Almería rumbo al rodaje. Una estancia que sirvió a David Trueba de argumento para su película 'Vivir es fácil con los ojos cerrados'. Pero esa es otra película.

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