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Jesús Reina siempre es puntual en sus citas, pero esta vez se retrasa media hora. Causa de fuerza mayor. La persona que le va a ayudar a cuidar de Lucas mientras atiende al periódico aún no ha llegado. El violinista acaba de estrenarse en la ... paternidad junto a la también violinista Anna Margrethe Nilsen, su compañera en lo sentimental y en lo profesional. El pequeño Lucas es el mayor de sus desafíos en un año de grandes retos para el malagueño. Fuera del escenario ha demostrado sus dotes como jurado en el 'talent-show' de Canal Sur 'Tierra de talento'. Sobre la tablas, esta semana debuta como compositor en el ciclo Málaga Clásica que dirige junto a Nilsen. Jesús Reina enseña sus otras versiones.
El programa de música de cámara celebra su octava edición en el Teatro Echegaray en un formato limitado adaptado a los tiempos de pandemia. Serán cinco conciertos con aforo reducido que ponen el foco sobre los compositores, los de antes y los de ahora. Con un lema: «Hay que tratar las obras de toda la vida como nuevas y a las de ahora como clásicos, para mantener la frescura de las creaciones mil veces interpretadas y darle el respeto que merecen los compositores que enseñan lo nuevo».
'Ahora' es el hilo argumental de esta edición de Málaga Clásica porque ahora, tras siete ciclos introduciendo al público malagueño en la música de cámara con los grandes nombres del repertorio, era el momento de adentrarse en el presente y en el futuro a través de piezas de estreno de autores contemporáneos. Novedades que dialogan con Bartók, Piazzolla y Granados en 'Pulso rítmico' (miércoles 23 de septiembre), con Tchaikovsky, Shostakovich y Rimsky-Korsakov en 'Tragedia y poesía' (jueves 24 de septiembre), con Dvořák y Kodaly en 'Raíces folclóricas' (viernes 25 de septiembre), con Ravel, Gershwin y Paul Nero en 'Pirueta y perspectiva' (sábado 26 de septiembre) y con Shostakovich y Piazzolla en 'La Quinta estación' (domingo, 27 de septiembre).
Será en este último concierto –con entrada libre previa invitación dentro de los actos del 150 aniversario del Cervantes– donde Jesús Reina muestre por primera vez una pieza propia: 'Obra para corneta, cuarteto de cuerda y percusión'. Reconoce que no lo había hecho antes por pudor, «por respeto» a otros compositores que dedican tantas horas a su trabajo. También por una cuestión práctica: él escribe a mano, pero para ser interpretada una partitura hay que pasarla a otros soportes. «Y soy malísimo en eso», ríe Reina. Centrarse en la composición requiere además de mucho «esfuerzo y tiempo», y ambas cosas las ha invertido durante años en reforzar su faceta de intérprete por el mundo.
Conciertos Cinco conciertos entre el 23 y el 27 de septiembre en el Teatro Echegaray. Todos a las 20.00 horas con precio único de 10 euros; salvo el último, a las 19.00 horas y entrada por invitación.
Intérpretes Junto a Jesús Reina y Anna Nilsen estarán Koh Gabriel Kameda, Laura Romero Alba y Erzhan Kulibaev (violín); Rumen Cvetkov y José Vélez (viola); Gabriel Ureña, Juan Ignacio Emme y Tilman Mahrenholz (chel); Estefanía Gómez Fernández (contrabajo); Josu de Solaun, Héctor Eliel Márquez y Óscar Martín (piano); Dani de Baza (corneta); Mariola Cantarero (soprano); y Fernando Arias (percusionista y vibrafonista).
Pero el ansia creativa no le viene de nuevas. El primer movimiento de esta obra es una revisión de lo que ya escribió siendo alumno de Pinchas Zukerman en Nueva York. El segundo sí es actual. Escribir le ha hecho darse cuenta de la «relación tan importante e inquebrantable» que se establece entre compositor e intérprete. «Son dos personas creando una obra al 50 por ciento cada uno. Una vez escrita depende por completo del intérprete, la partitura en sí es muy limitado lo que puede contar», argumenta.
Un concierto de violín y una opereta son los proyectos en los que ahora está embarcado. «Pero no con un objetivo profesional fijo, sino por necesidad artística», apostilla.
Mientras tanto, sigue en su empeño de acercar la música clásica al gran público. Lo hace con el ciclo de cámara y, desde hace meses, también con su papel en el concurso 'Tierra de talento' de Canal Sur. Jesús Reina comparte labores de jurado con José Mercé, India Martínez y el barítono malagueño Carlos Álvarez en este programa «que se atreve a abrir una ventana a la cultura» en horario de máxima audiencia. No es un 'talent-show' al uso, aquí se premia el virtuosismo en las artes musicales y escénicas de Andalucía, dando un lugar relevante a las grandes obras maestras. Él mismo ha interpretado a Paginini en ese plató, también lo ha hecho algún concursante. «El violín en sí no ha sido adulterado para que pueda llegar a más gente. Suena tal cual sin cambiar la esencia de lo que es», se felicita. Él y su equipo continúan enseñando a los músicos del futuro esa esencia en la Academia Galamian que dirige junto a Nilsen. Ahora se están implementando todas las medidas de seguridad para empezar las clases en octubre.
Poco a poco, recupera el pulso de esta extraña normalidad. El confinamiento, admite, no fue fácil. Nunca antes había estado tantas semana sin viajar ni actuar. «Y cuando a un músico se le silencia tanto tiempo, es muy duro, sientes que no estás hablando. Al principio pensé que iba a tener la mente más creativa. Era como un sueño tener tiempo para poder hacer cosas y crear, pero fue todo lo contrario. Fue una época de introspección, de mirar a la pared», confiesa. Por eso ahora valora más que nunca el componente «social» de la música. Es el momento de compartirla.
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