Terral: el rock de los perseguidos infames que nació en Málaga

«Cuando empezamos no teníamos pensado ni sacar un disco y ahora vamos por el tercero y también hemos compartido escenario con artistas que llevamos escuchando toda la vida. Nos lo dices hace ocho años y nos echamos unas risas», asegura el vocalista de la formación de origen malagueño, para quien «haber aprendido de compañeros que llevan toda la vida en la música y que siguen en ella como el primer día es una fuente de energía muy grande». Y es que en este tiempo Terral ha compartido escenario nada menos que con Rosendo, Celtas Cortos, Burning, Kutxi Romero, Reincidentes, Uoho (de Extremoduro), Tabletom…

«El rock es mi forma de transmitir lo que se me pasa por la cabeza y creo que no ha habido una música con la que puedas decir tanto con tan poco. Además, creemos también que está volviendo a recuperar el sitio que se merece. Si por los grandes medios musicales fuera, supuestamente el rock llevaría muerto más de 50 años y aquí seguimos hablando de ese entierro, con bandas que a día de hoy hacen rock and roll llenando salas y recintos», asegura Sergi Méndez, que reconoce que han tenido mucha suerte porque desde pequeños se han criado escuchando buena música, «y eso hace que dejes las etiquetas a un lado. Las canciones van saliendo y ellas son las que mandan. No nos centramos en un único estilo de música y este disco es una muestra de ello. Es lo que mola de la música, que hay muchos tipos. Y dentro del rock también».

Manu Guerra y Adri 'Indio' completan en la actualidad la banda Terral, que con 'El club de los perseguidos infames' ha querido rendir homenaje a la rapera cordobesa Gata Cattanna. «El título viene de un fragmento de un poema suyo titulado 'Génesis'. Gata Cattana fue una artista a la que le debemos mucho a nivel lírico, da igual el género que hagas», aclara el músico.

Su tercer disco ha sido grabado en OVNI Estudios de Asturias, con Pablo Martínez (Desakato) a los mandos. Un tercer trabajo que llegó después de los rotundos '¿Dónde está mi casa?' y 'Ciclón', tres trabajos con los que han logrado hacerse un hueco en el panorama nacional, trascendiendo la escena local. Un trabajo intenso que solo se puede abordar cuando realmente se ama la música, tal y como explica Sergi Méndez: «Todo está cambiando continuamente y es muy difícil seguir ese ritmo, porque hay muchas cosas que no dependen de ti, cuando realmente tú solo quieres hacer canciones que te emocionen al tocarlas y enseñárselas a la gente y hacer siempre una mejor. Ahora se ve que se premia más al que le echa más tiempo a hacerse una foto con una guitarra que al que de verdad le apasiona colgarse una y tocarla. Con esto no me refiero a que sea malo hacerse fotos o vídeos, que ya estoy viendo a la gente diciendo que nosotros también tenemos fotos haciendo el idiota y para llenar un álbum, sino que en una balanza entre hacer un TikTok o sentarse a tocar, gana hacerse un vídeo diciendo tonterías».

El directo es la base de este proyecto musical, que acaba de participar en el festival Torrock de Cáceres y que tiene ya fechas confirmadas para el Yeste Rock en Albacete y el DMC en Dúrcal, además de salas como Bar Mutante (Sevilla), Lemon Rock (Granada), Fun House (Madrid) o Revólver (Murcia). «Se presenta una temporada donde vamos a comer furgoneta y carretera, y eso es muy buena señal», añade el cantante del grupo.

'El club de los perseguidos infames' incluye seis canciones que destacan por su originalidad, con letras que hablan de historias cotidianas, pero con un toque singular. Canciones que nacen «de una melodía o una letra que se te ocurre, que la pasas al papel o a la guitarra», señala Sergi Méndez. «Normalmente hago el esqueleto de la canción con la guitarra acústica y con una letra y después le damos forma entre todos en el local. Después, ya con las maquetas, antes de meternos en el estudio, intentamos dejarlas finas». Un proceso en el que también es importante añadir ese punto de rebeldía que llevan todos los temas que tienen su sello, ya que considera que «la función principal del rock es esa, contar las cosas que están pasando en la calle y ser altavoz de lo que pasa a nuestro alrededor. Está guay hablar de historias personales, pero también teniendo en cuenta el contexto en el que se escribe y siendo conscientes de lo que está pasando», sentencia.

A la hora de hacer balance después de ocho años, Sergi Méndez es contundente: «La conclusión es que está jodida la cosa… Bueno, fuera bromas, el balance es positivo, hemos tocado y conocido a artistas que llevamos escuchando toda la vida y sobre todo, lo más importante, que gracias también a la música hemos conocido a personas increíbles en muchas partes. No quita que a día de hoy sepamos que cada vez es más jodido comer de esto, aunque sabemos que estamos en el camino correcto y nadie nos va a parar».

Y en ese trabajo constante e incansable ha tenido mucho que ver también la respuesta del público en cada una de sus actuaciones y a la hora de escuchar sus discos, porque para ellos «lo de meternos en el estudio es una excusa para seguir tocando». Así, afirma que a los músicos de Terral lo que les gusta realmente es subirse al escenario, «darlo todo cantando esas canciones y que la gente lo haga con nosotros. Normalmente la gente suele repetir en nuestros conciertos y eso es muy buena señal».

Es por ello que la banda sigue trabajando y, entre concierto y concierto y además del trabajo de cada uno de los miembros al margen de la música, tienen ya compuestas «unas cuantas canciones nuevas, ideas y también colaboraciones, que si salen adelante, va a ser una pasada. La idea es sacar algo antes de verano, aunque preparar la gira, la promo, las fechas... ocupa bastante tiempo. Terral es una banda autofinanciada y no tenemos recursos infinitos, lo que sale de los conciertos va casi todo al fondo del grupo y eso lo utilizamos para sacar material nuevo, pero para eso hay que seguir tocando. En cuanto tengamos hueco y posibilidades, sacaremos ese material sí o sí», sentencia Sergi Méndez.

Rock con un sello muy personal el que impulsan los músicos de Terral, que son conscientes de la importancia de promover la cultura de actuaciones musicales, ya que tal y como argumenta el cantante y compositor del grupo, «en Málaga tenemos una oferta cultural de conciertos gracias a las salas bastante buena y eso hay que aprovecharlo, porque los festivales están bien, pero hay que ir a las salas de conciertos». En este sentido, añade que asistir a los conciertos de otras bandas es enriquecedor: «De hecho, así es como más se nutre uno, aunque hay gente a la que a veces se le olvida. Yo tengo la suerte de trabajar también con otras bandas, ya sea como músico, promotor o en el área de producción y no hay fin de semana que no vaya mínimo a un concierto. Y si no trabajo en él, me busco alguno cerca», concluye.

El 10 de mayo se subirán al escenario de La Trinchera, en un concierto en el que estarán acompañados por la banda sevillana Rienda Suelta y los malagueños Niño Lagarto abriendo la velada.