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Dar el alma durante más de 30 años, de forma incombustible, amando una profesión de altibajos constantes y siempre con una sonrisa es una heroicidad que Sergio Dalma logra y celebra desde 2019. 'Esa chica es mía' salía al mercado en ... 1989 como álbum debut de un artista que extiende su éxito sin magulladuras, todo lo contrario: afianzado, querido, admirado y en el podio de un sello que presume de voz inolvidable y reconocible. 'Sergio Dalma. 30... y tanto', álbum y gira que comienza hace ahora dos años, retoma con fuerza su rumbo y ancla en Málaga en el Auditorio Municipal Cortijo de Torres el próximo sábado 26 de junio.
–¿Cómo se afrontan esos 30 años de trabajo y con una pandemia de por medio?
–Realmente cabreado e impotente, a disgusto, como todo el mundo. Es normal, cuando tratas de celebrar algo tan importante como es tu carrera, 30 años ante el público, y se ve truncada por culpa de todo esto, de algo tan desconocido y tan duro, es terrible. Pero bueno, hemos sufrido lo que nos ha tocado vivir y ahora hay que retomar un poco la vida, que cada vez la normalidad está más cerca.
–Ya ha empezado la gira, ¿cómo le está yendo?
–Sí, la iniciamos el 24 de abril en Barcelona, y al principio me quedé un poco descolocado al ver a la gente muy dispersa en un teatro y con la mascarilla. De alguna manera era lo que queríamos, aunque había que volver haciendo varios pases. En Málaga haremos un concierto normal, de un solo pase. Hacía falta retomar todo esto, pero sí que es cierto que choca todavía ver al público así. Yo siempre les digo que aunque lleven la mascarilla que canten, que se les oye, pero no deja de ser una situación que a todos nos parece lógicamente atípica.
–Cuando estaba en pleno apogeo de esta gira y de su nuevo trabajo, ¿qué le supuso a usted y a su equipo frenar de golpe?
–Teníamos mucha ilusión volcada, habíamos hecho ya 11 conciertos, la venta de entradas iba muy bien y era una celebración de 30 años y te cortan así, por lo sano. Estar alejado durante 14 meses de tu equipo y de tu gente es muy doloroso.
–Hace ya casi dos años del lanzamiento, ahora sí que han pasado '30... y tanto', ¿Qué novedades nos ofrece?
–Sí, ahora sí (risas). El productor tiene mucho que ver aquí, pero creo que es un reflejo y, además, muy fiel a lo que hacemos en vivo. Recuperar esas canciones, darles una vuelta de tuerca, vestirlas de otra manera, interpretarlas de otra forma... Quieras o no resultaba atractivo y a la vez una gran responsabilidad, pero lo disfrutamos muchísimo, que de eso se trataba.
–Hay algunas que tienen ritmos más electrónicos, como por ejemplo 'Esa es chica es mía'.
–Sí, si lo comparamos con los primeros discos en sonido ha cambiado muchísimo, pero creo que a la gente la hemos ido acostumbrando y cuando nos ve en directo se da cuenta de que este es un disco muy parecido a lo que ofrecemos.
–En 1989 sacó su primer disco, ¿qué cree que diferencia al Dalma de entonces con el de ahora?
–Físicamente bastante (risas), pero creo que no ha cambiado la ilusión, las ganas de seguir en un escenario, de estar con mi público y ese ánimo por crear proyectos nuevos, eso siempre está latente. Y de momento la salud también nos lo permite.
–¿Cuál cree que es la clave del éxito para estar tantos años en el escenario y mantener a su público?
–Si esa fórmula o esa clave la tuviéramos sería muy fácil, todos se sumarían. Creo que son muchos factores, además de que esto es tu trabajo también es tu 'hobbie', es tu vida, tu afición... También influye la constancia, las ganas de superarte, de ofrecer cosas nuevas al público, de cuidar a tus oyentes, de estar bien con los medios... Al final, es todo un conjunto de cosas que hacen que evidentemente ocurra que te mantengas, pero muchas veces yo también me pregunto que vaya público más fiel tengo después de 30 años.
–En este sentido también hay que definir qué es el éxito, ¿qué es para usted?
–El éxito para mí es seguir dedicándome a lo que estoy haciendo. Cuando decidí en su día que aquel sueño de adolescente se convirtiera en mi trabajo, en una carrera y una profesión, después de todos estos años doy gracias y creo que esto es el éxito: seguir defendiendo lo que en su día elegí, por lo que aposté y que, además, me sigue gustando. Al final, el éxito, como puede entender la gente, resulta cada vez más efímero, pero yo lo que valoro es seguir trabajando, seguir subido a un escenario y contando con el público.
–En esos conciertos que ahora ofrece, ¿se ve con la misma energía que antaño?
–(Risas) De momento la salud me permite ofrecer el concierto que quiero, cuando eso no pueda ser veremos lo que pasa, pero ahora mismo sí. Uno tiene ganas, entrega y mucha ilusión de compartir con el público.
–¿Qué veremos en ese show de Málaga del próximo sábado 26 de junio?
–Hacemos un repaso por esos 30 años, pero hay una primera parte del concierto que está muy pensada para ese público que me ha seguido durante todo este tiempo. Cantamos canciones que hacía años que no cantábamos, alguna que nunca hemos hecho en vivo y creo es un concierto en el que hay mucha nostalgia, y lo lógico es que la gente se emocione.
–Ahora la música es más necesaria que nunca y uno sale de los conciertos valorándola mucho más que antes, ¿por qué cree que ocurre esto?
–La música siempre ha sido un buen bálsamo, una buena terapia en momentos delicados. Lo que nos ha tocado vivir ha sido muy duro y en momentos de confinamiento la gente se agarraba a ella como una válvula de escape, de salida, y ahora más que nunca la gente tiene ganas de salir, de pasar el fin de semana fuera, de encontrarse con sus amigos, de salir a cenar e ir a un concierto. Es lógico y nosotros tenemos que contagiar el optimismo y las ganas de que lo pase bien el público.
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