Robe Iniesta: «Si antes el rock era para minorías ahora mucho más»

-Mucha gente se ha quedado con las ganas de ver a Extremoduro en directo... ¿Hay solución para esto?

-¿Solución? El que no haya devuelto la entrada que la devuelva (risas).

-No, no nos referimos a eso, sino que se pueda disfrutar próximamente, que la gente pueda recibir esa pequeña dosis de Extremoduro aunque no haya concierto.

-No te puedo decir, sólo que esta gira la ha suspendido la promotora porque no se ha querido esperar a que pasara la pandemia para poner fechas, que era la única opción. Querían seguir poniendo fechas hasta la eternidad cuando se pudiera hacer, pero cualquiera que tenga dos dedos de frente se da cuenta de que eso no se puede hacer. No podemos estar presos de un contrato que no sabemos si se podrá hacer el año que viene o al otro, o al otro. Es momento de adaptarse, tocar y hacer lo que tengamos que hacer. Si algún día vuelve a cuadrar y ya no hacemos gira de despedida, pero sí juntarnos a hacer algo, sí se podría hacer. Pero esto ya no, está roto y el que tenga la entrada tiene que devolverla.

-Lo fácil hubiese sido adaptar el concierto a las medidas y vender menos entradas.

-Sí, pero eso ya sería otro concierto e imposible de hacer. Eran conciertos para 30.000 o 40.000 personas en sitios donde se habían vendido entradas para estar todos delante apiñados, unas cuatro personas por metro cuadrado. Adaptar eso hubiera sido imposible. Hubiéramos tenido que hacer muchísimos más conciertos, otro rollo, volver a vender entradas.

-¿Cómo ha digerido usted eso?

-Mal, porque todo el mundo lo ha pasado mal en esta pandemia, no sólo a los que les ha tocado de primera mano, o la pérdida de familiares. Creo que hay mucha gente que ha sufrido y que ha pasado penalidades, que se ha quedado sin trabajo, que se ha arruinado y que le ha pasado todo tipo de desgracias. Bueno, hay que asumirlo porque ha pasado, pero hay que adaptarse y tirar para adelante. Ahora hay que disfrutar de lo que tenemos, de estos conciertos que son así, casi todos sentados. El único en esta gira que es de pie con un poco más de libertad es el de Fuengirola, pero hay que hacerse pruebas de antígenos. El que no quiera adaptarse y no quiera ir a un concierto sentado en esas condiciones pues que se espere al año que viene a ver qué pasa, pero creo que hay que adaptarse y vivir cada momento lo que tenemos, porque si hubiera sido una historia de dos meses bueno... Pero llevamos dos años, no podemos seguir esperando, en la espera continua.

-Usted se ha adaptado bien a esas variaciones.

-La distancia se nota, porque el rollito que hay en un concierto delante, la gente súper emocionada cantando y gozándolo... Esa sensación no es igual cuando la gente está sentada. Aunque la última gira que hice hubo una parte de teatro, pero me arrepentí porque se pierde eso de la gente que está delante. Uno tiene que darse cuenta de que si el público está sentado y lo está gozando pues lo está gozando. En estos primeros conciertos que hemos hecho creo que la gente está disfrutando y nosotros también.

-¿Echa de menos la música de los ochenta y los noventa?

-No es que lo eche de menos, es que la música que hay ahora la entiendo menos. El rock siempre ha sido una música para minorías, siempre ha habido otras que se escuchaban más como la disco, ahora está el reggaeton y todas estas historias que oyen los chavales. Lo que pasa es que quizás ahora está la cosa peor, porque las discográficas tenían más poder y cuando llegabas tenías una parte importante del camino recorrido por la promoción. Ahora que no hay eso todavía es más difícil para los grupos. Está internet, sí, y todas esas facilidades, pero si haces un grupo nuevo nadie va a ir a buscarte a internet.

-Y también se necesita una inversión importante para sacar un EP o un disco.

-Lo que se necesita es una discográfica que te apoye y te meta en circuitos, por eso ahora hay tantas bandas tributo, porque la gente prefiere ir a ver a un grupo del que conoce las canciones mejor que un grupo nuevo que nunca lo ha escuchado. Si antes el rock era para las minorías ahora mucho más, no dudo que no haya grupos nuevos, pero no nos enteramos.

-¿Algún grupo nuevo que haya surgido y que usted esté escuchando?

-Oigo muy poquita música, hay periodos que no oigo nada, es como si la cabeza tuviera un espacio limitado para la música y el tiempo. Hay temporadas en las que la música que oigo me enriquece de una manera, pero otras que me contamina un poco. Cuando estoy componiendo o como ahora empezando la gira me ocupa un poco de espacio y oigo poco.

-'Ahora es el momento', ¿de qué exactamente?

-De adaptarse y vivir lo que tenemos, de tocar de la manera que se puede. Ahora es el momento de vivir, como siempre, nunca es el momento de esperar a que pase algo para poder vivir.

-¿Cuánto tiempo llevaban las canciones de 'Mayéutica' en su cabeza?

-Desde 2018, que fue cuando compuse el disco. Lo grabamos en 2019, pero estaba ahí quieto porque se pensó en lo de la gira de Extremoduro y lo mejor era dejarlo todo parado. Pero ahora con todo esto al final 'Mayéutica' se escapó volando solo del cajón, yo no lo he sacado, había que hacerlo (risas). No podía seguir ahí con eso guardado más tiempo de forma indefinida, había que sacarlo y vivirlo.

-Usted ha hecho historia en la música, ¿desde dentro se ve igual?

-Sí, bueno, eso tiene su parte dulce y su parte amarga (risas). Tampoco te lo puedes tomar a pecho y estar pendiente de ello, simplemente tienes que trabajar y hacer lo que te motive. Mirar atrás no sirve de mucho.

-Tiene que ser agotador emocionalmente.

-No estoy todos los años en el escenario, planifico y me doy mi espacio, hay años que estoy más centrado en componer. Según la situación, todo hay que cogerlo con ganas, porque las ganas son lo más importante que hay en la vida, no puedes dejar que se te gasten. Lo de estar tocando siempre no lo veo, hay que hacer paradas para poder tener algo nuevo que ofrecer y ya ahí salir.

-Como airearse a uno mismo.

-Sí, sacar las cosas que tienes dentro. No puedes esta tocando y componiendo, habrá gente a la que sí le parece bien eso, pero a mí no, prefiero centrarme en una cosa concreta y tener tiempo para componer con tranquilidad. Aunque es difícil hacer esto, no todos los grupos pueden parar de tocar.

-En la era en la que todo es criticable a través de las redes sociales, ¿se imagina sacar ahora 'Jesucristo García'?

-No lo sé, porque se supone que a estas alturas tendríamos que estar ya de otra manera (risas). Parece que vivimos un mundo en el que nos la agarramos todos con papel de fumar y las redes sociales, sobre todo, prohíben palabras y sacar un pezón. Bueno, a ver, es mi pezón, ¿no puedo sacarlo? (risas). Creo que estamos influidos por la tontería de las películas americanas, con su cultura y su cine, estamos todos con esa tontería de lo políticamente correcto y muy de bien queda. Veo muchas prohibiciones, discos que no se permiten sacar por sus portadas... Supongo que si lo hubiera sacado ahora se habría formado un lío, pero no me habría importado, porque nunca me ha importado eso, no puedo componer pensando en nada ni para qué tipo de gente lo hago. Tampoco de qué tema lo hago o si va a ser una canción lenta, triste o alegre. No puedo plantearme nada, lo que me sale, me sale. Con que me emocione a mí ya me vale. Si luego es incorrecto o suena rudo me da igual, el lenguaje hay que usarlo, todo, porque las palabras mal sonantes también tienen su emoción.

-Usted se puede permitir ser políticamente incorrecto.

-Tienes que ser consciente de para quién escribes, si compones canciones para niños tienes que hacerlo de una manera, pero yo ni si quiera me planteo para qué público hago canciones. Sólo escribo frases que me motivan o que me emocionan, que me hacen pensar... Cuando somos adultos se supone que tenemos que tener un nivel de comprensión y no quedarte sólo en la superficie de las palabras. Veo que las cosas han ido hacia atrás. Yo no me paro a leer las redes sociales, sólo escribo cuando tengo una noticia sobre el grupo o algo que he hecho, leer las opiniones de todo el mundo y preocuparte por ellas es una chalaura. Las opiniones son como el ojo del culo, que todo el mundo tiene la suya. Si me puede valer para algo así, pero leer contradicciones todo el día no me interesa mucho. Prefiero leer cosas que me hagan crecer de alguna manera.

-Con su banda ahora en solitario va rodado. ¿Qué le aporta?

-Estamos trabajando de una manera muy fluida y con mucha compenetración. Decía en la rueda de prensa que tengo la mejor banda que he tenido en mi vida, no porque sean los mejores músicos del mundo, porque no hace falta, sólo tener una compresión. No me refiero a que son los mejores cada uno en lo suyo, pero cuando hay que hacer un grupo y hay unos cuantos tiene que haber un 'feeling', una compenetración. Creo que las canciones de Mayéutica nos han quedado estupendamente, estamos trabajando con muy buenas vibraciones y en el escenario se nota eso.

-¿Cree que ya pasó la moda de 'sexo, drogas y rock and roll'?

-No sé si es cosa del rock, de la música o de la vida. La diversión es así, se tiene que reflejar. ¿Sexo, drogas y rock and roll? Pues sí, pero claro, no es lo mismo que hace 30 años.

-¿A qué se refiere?

-Han pasado muchos años, hay que evolucionar y vivir de otra manera.